martes, 5 de octubre de 2021

Marta y Maria, acción y contemplación, ambas se necesitan.

 


Marta y Maria, acción y contemplación, ambas se necesitan.


Jonás 3,1-10
De nuevo vino la palabra del Señor sobre Jonás: "Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo." Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: "¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!" Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños.
Llegó el mensaje al rey de Nínive; se levantó del trono, dejó el manto, se cubrió de saco, se sentó en el polvo y mandó al heraldo a proclamar en su nombre a Nínive: "Hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, no pasten ni beban; vístanse de saco hombres y animales; invoquen fervientemente a Dios, que se convierta cada cual de su mala vida y de la violencia de sus manos; quizá se arrepienta, se compadezca Dios, quizá cese el incendio de su ira, y no pereceremos." Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.
Palabra de Dios

Salmo 129 " Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?

Lucas 10,38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano." Pero el Señor le contestó: "Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y no se la quitarán."
Palabra del Señor


En la primera lectura hay varios momentos de Jonas. La primera el Señor le dice “ Levántate y vete a Nínive “. Jonas escucha y obedece a Dios. Como nos falta a todos nosotros escuchar la voz de Dios y no solo eso, obedecerle. Dios tiene todo el panorama, El sabe porque actúa de una u otra manera, porque a veces se demora, quizás no es el momento oportuno. Cuando Dios le dice a Jonas que se levante y vaya a Nínive es porque El sabe que algunos del pueblo están listos para recibir su mensaje entre esos el rey.

Esto es lo primero que debemos de reflexionar… ¿Tu eres obediente a lo que Dios te pide? en otra palabras eres obediente a las inspiraciones del Espíritu Santo? ¿Estás convencido que Dios tiene mejores planes para ti? ¿le crees?

El actuar de Jonas fue bien importante para la misión de Dios porque él al predicar la gente se convirtió. ¿Le pides a Dios que te ayude a dar sabios consejos para aquellos quienes lo necesitan?  ¿Te sientes un instrumento útil en las manos de Dios?

La gente se convirtió al escuchar a Jonas. Cuando te corrige desde la misericordia lo aceptas con paz o más bien lo rechazas y te disgustas con la persona.  Eres capaz de reconocer que desde la misericordia de Dios, Él te llama a un cambio y la manera de hacerlo es a través de tus pensamientos o también a través de personas que te quieren, reconoces la misericordia de Dios?

El evangelio nos muestra dos acciones bien importantes, la acción y la contemplación y lo vemos en estas dos mujeres, Marta y Maria. Para servir a la manera de Jesus, tenemos que ser primero oradores y contemplativos, como decía el santo de ayer San Francisco de Asís, ”Tú eres digno de toda bendición, alabado seas” y “Los que perdonan y aguantan por tu amor”. Una misma actitud con dos caras. Muchos santos, por ejemplo San Benito decía  “Ora et labora” (Trabaja y reza). Es nuestra condición cristiana: Dios y el hombre, visible e invisible, verdadero Dios y verdadero hombre, signo y misterio.

El ser humano que alcanza la unidad personal desde tantos campos dispersos, es una señal de madurez. Qué bien se entiende esto contemplando a una religiosa que se levanta de mañana y se recoge largamente en oración con su comunidad, y luego se entrega, con pasión y sin tiempo, al enfermo, al niño que educa o al indiferente a quien evangeliza. Podríamos dar varios ejemplos, pero en el fondo Marta y Maria nos enseñan que no solo es importante escuchar al maestro sino que además debemos servir a quien lo necesita. No podemos quedarnos solo sirviendo y descuidar nuestra relación con Dios porque nos vamos a cansar.  Recordemos que Jesús mismo lo hacía muy bien: por la noche, oraba; por la mañana, bajaba a curar a la gente.
A nosotros nos toca saber escuchar y saber hospedar como lo hizo Marta. La dimensión contemplativa es una llamada al silencio, al asombro, a la sorpresa, a la reflexión, a la interiorización, a la profundidad, estar atento a quien sabemos que nos ama.

Hoy Jesús me recuerda las dos acciones importantes en todo cristiano, acción y contemplación, una va ligada a la otra, porque el servicio sin silencio es alienación, y el silencio sin entrega es comodidad. Dame la gracia Señor de escuchar tu Palabra y envuélveme en el manto de tu silencio, que pueda descubrir la fuerza de la Fe que hay en tus Palabras y que en ellas encuentre la esperanza y la profundidad de tu amor, que es inmenso e inagotable. Ese amor lo necesito para poder servir con humildad y generosidad a los que pongas tu en mi camino, Amén.  

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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