jueves, 21 de octubre de 2021

Acercarse a Jesús es acercarse a una fuerza abrasadora que tiene la fuerza de contagiar a los demás.

 


Acercarse a Jesús es acercarse a una fuerza abrasadora que tiene la fuerza de contagiar a los demás.


Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6, 19-23
Hermanos:
Hablo al modo humano, adaptándome a vuestra debilidad natural: lo mismo que antes ofrecisteis vuestros miembros a la impureza y a la maldad, como esclavos suyos, para que obrasen la maldad, ofreced ahora vuestros miembros a la justicia, como esclavos suyos, para vuestra santificación.
Pues cuando erais esclavos del pecado, erais libres en lo que toca a la justicia. ¿Y qué fruto teníais entonces? Cosas de las que ahora os avergonzáis, porque conducen a la muerte.
Ahora, en cambio, liberados del pecado y hechos esclavos de Dios, dais frutos para la santidad que conducen a la vida eterna.
Porque la paga del pecado es la muerte, mientras que el don de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Palabra de Dios


Pablo nuevamente nos exhorta al hablarnos que es el pecado y que nos trae el pecado a nuestra vida. Él quiere que entendamos de una vez por todas que el  pecado siempre conduce a la muerte, ya en esta vida terrenal. El pecado se camufla, su apariencia engaña y si el pecado tuviera etiqueta, osea nos dejará ver hacia dónde nos lleva, si pudiéramos ver el panorama por completo ni siquiera nos acercaremos y por ende no cometeríamos tanto pecado.

Si una persona deshonesta por ejemplo utiliza los recursos de la nación para su propio beneficio quitándole la posibilidad de salud, de estudio, de subsidio para los menos favorecidos. O aquellos que promueven la muerte “ digna ”, el aborto, y otras propuestas que son antivavoles porque van en contra de la ley de Dios supieran el mal que hacen a los demas y las cosnecuencias de sus actos a donde los van a llevar. El terrorista, el narcotraficante, el vendedor de droga, la infidelidad, el tramposo, el abusador, las mentiras, las calumnias, las faltas de perdón, el desamor, cuando creas división, por el momento no ves el efecto que eso causa, pero todo lo que hagamos o dejemos de hacer hay un efecto positivo o negativo. Por eso es tan importante el discernimiento y hacer el examen de conciencia todos los días para descubrir qué obras de amor dejamos de hacer cada día.

El pecado es muy astuto porque a simple vista no se ven sus consecuencias. De la misma manera Jesús nos dijo “ El pecado paga con la muerte “. Aunque el mal tiene poder, Cristo venció al mal y solo si estamos cerca de Él y aceptamos su invitación, Él destruye la fuerza que tiene el mal sobre nosotros. Por eso antes de pecar deberíamos preguntarnos qué consecuencias me trae a mi y a los que están cerca de mi.

 No solo es importante estar cerca del Señor, hay que aprender a escucharlo y obedecerlo, porque de esta manera El reinará en nosotros y al hacernos esclavos de su amor, nuestras obras estarán en la línea de Dios, en la línea de las obras de Cristo Jesús, el Hijo de Dios, quien está vivo en medio de nosotros y es quien nos da el verdadero sentido a la existencia, la alegría, la felicidad limitada de esta vida terrena y a la plenitud de la vida después de nuestra muerte y resurrección.

Salmo 1,1-2.3.4.6 R/. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división.
Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».
Palabra del Señor


Que significa “ He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo!”

Uno de los tantos signos visibles que podemos reconocer cuando alguien está inundado por el amor de Dios es porque es capaz de encender su propio corazón y el de los demás.  

Acercarse a Jesús es acercarse a una fuerza abrasadora. El evangelio apócrifo de Tomás pone en labios de Jesús una conocida frase: “Quien está cerca de mí está cerca del fuego; quien está lejos de mí está lejos del Reino”.

Acercarse a Jesús es acercarse al Reino, un Reino de amor, de fraternidad, de paz, de armonía, de unión, de humildad, de mansedumbre, y obediencia. Cuando el Espíritu Santo de Dios está en un alma, esta alma es capaz de hacer hasta cosas que son imposibles, es una  experiencia inigualable, capaz de encender el corazón humano para siempre. Vivir esta incombustible experiencia nos hace capaces de abrasar y encender otros corazones y nos convierte en misioneros evangelizadores. Así se transmite la fe y se contagia la pasión por el Reino. Hay personas que son expertos en teología, mucho conocimiento pero son incapaces de transmitir la fe porque aún no han tenido una experiencia personal con Dios.  
Cuando eres tocado por Dios, te conviertes en un apasionado por el reino de Dios, y esta pasión se traduce en pasión por los demás, por los últimos, por aquellos por los que Dios se apasiona y se compadece. No hay otro camino para la nueva evangelización. Sin Jesús y su reino no hay evangelización posible. No hay otro camino. El mundo de hoy quiere vivir nuevamente esa experiencia abrasadora capaz de encender de nuevo el corazón de la humanidad y llevarla hacia la cima más alta de justicia y equidad. Acerquémonos al fuego, sin miedo. Tomar partido por Jesús es agarrarse a la mejor bandera.

Gracias Señor porque tu gracia me ha alcanzado y ahora con más claridad puedo ver lo que el pecado trae a mi vida, la muerte, la mutilación y la infertilidad. Desde tu misericordia ayúdame a tener un buen discernimiento para que antes de actuar me pregunte, esto que consecuencias me trae y a los que están cerca de mi. Solo tu quieres que me acerque a Ti, porque Tú tienes el poder de destruir el mal, destruir la tristeza, el desamor, la pereza, la idolatría, la soberbia, el orgullo, el desamor, el temor, la envidia, los celos, la desconfianza, la falta del perdon, esto y mucho mas. Deseo que mi corazón sea inundado por tu Santo Espíritu para que esta experiencia de Dios me llene el corazón con el fuego de tu amor y sea capaz de abrasar y encender otros corazones y así poderme convertir en verdaderos misioneros del amor de Dios. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jeucristo por siempre sea alabado!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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