viernes, 8 de octubre de 2021

El Reino de Dios nos trae liberación y sanidad.



 El Reino de Dios nos trae liberación y sanidad.


Primera lectura
Lectura de la profecía de Joel 1,13-15; 2,1-2
VESTÍOS de luto, haced duelo, sacerdotes, gritad, servidores del altar.
Venid y pasad la noche en sacos, servidores de Dios, pues no hay en el templo de vuestro Dios ofrenda y libación.
Proclamad un ayuno santo, convocad la asamblea, reunid a los jefes, a todos los habitantes del país en la casa de vuestro Dios y llamad a gritos al Señor.
¡Ay del día! Se acerca el Día del Señor, llega como ruina arrolladora.
Tocad la trompeta en Sion, gritad en mi monte santo, se estremecen todos los habitantes del país, pues llega el Día del Señor.
Sí, se acerca, día de oscuridad y negrura, día de niebla y oscuridad, como el alba, sobre los montes, avanza un gentío innumerable, poderoso como nunca lo hubo ni lo habrá tras él por generaciones.
Palabra de Dios


El pueblo ha sufrido una gran catástrofe, una plaga de langostas ha destruido las cosechas. El profeta Joel interpreta este hecho como castigo de Dios porque el pueblo había descuidado la vida de Fe  “falta en el templo del Señor ofrenda y libación “, Por eso el profeta Joel invita a que los sacerdotes convoquen a una jornada de penitencia.

En esta primera lectura nos invita a cada uno de nosotros a qué revisemos cómo está nuestra relación con Dios y también con nuestro prójimo. Algunos quizás se preocupan mucho la relación entre ellos y Dios descuidando la relación con el prójimo, osea con el próximo. Otros se esfuerzan por la relación de servicio al necesitado pero descuidan la relación íntima con Dios. La invitación que nos hace Joel es a la conversión,  a volver a Dios. Unos más otros menos, todos somos débiles y pecadores, y necesitamos convertirnos. Todos podemos convertirnos a Dios desde nuestras mediocridades y perezas. No solo necesita convertirse el ladrón, el criminal. Todos tenemos nuestro talón de Aquiles, aquello que solo nosotros sabemos que no está bien.  

Que hoy el Señor nos dé la gracia de escuchar su Palabra para recapacitar y reorientar nuestra atención a los valores fundamentales, que a veces descuidamos.

Salmo  9,2-3.6.16.8-9 R/. El Señor juzgará el orbe con justicia

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,15-26
En aquel tiempo, habiendo expulsado Jesús a un demonio, algunos de entre la multitud dijeron:
«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:
«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín.
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.
Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por Jugares áridos, buscando un sitio para descansar, y, al no encontrarlo, dice:
“Volveré a mi casa de donde salí”.
Al volver se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio».
Palabra del Señor


Una de las cosas que me preocupa es ver como a todos nos falta hacer un buen discernimiento.

 Ante un milagro de Jesús, aparecen distintas reacciones. A unos les seduce. A otros les confunde en su maldad; y, como no pueden negar el hecho, atribuyen el milagro al poder del mal. La razón es muy simple, porque si ellos admiten que venia del poder de Dios, entonces ellos debían de reconocer en Jesús al Mesías.

En nuestro medio, sucede lo mismo. Cuando vemos a alguien que actúa generosamente, la miramos con recelo y hasta decimos “ Tendrá algún guardado”. Como nos cuesta ver las virtudes y los dones en los demás. Jesus realiza milagros porque Dios está en Él y con Él, ellos son uno y es la gran señal de que el Reino de Dios había llegado. Jesús pasó haciendo el bien; su Reino no era de este mundo pero liberaba a este mundo de sus esclavitudes.

Ayer leyendo las memorias de Santa Teresita del Nino Jesus, la santa nos decía que la Palabra que es Dios se hace hombre, Cristo es el verbo o la Palabra de Dios encarnada, y nosotros al escucharla, verla, contemplarla y tocarla nos queda seguirla y que se haga vida en nosotros, esa es la revelación de Dios. El mal retrocede si hay presencia de Cristo. El mal avanza si hay ausencia de Cristo. Por eso Jesus que es la Palabra del Padre, se hace hombre y trae sanación y salvación para todos. Así como Él lo hizo, tú y yo estamos llamados a hacerlo en su Nombre.

Señor gracias por dejarnos Tu Palabra que da vida a mi vida. Quien escucha Tu Palabra y verdaderamente la acepta en su corazón su vida es transformada por la gracia de tu Santo Espíritu.  Como necesitamos enamorarnos de Tu Palabra,  de acercarnos a ella, de acogerla con amor, de dejar que ella actúe en nosotros. Danos la gracia Señor del discernimiento, para descubrir dónde tú estás presente y donde no porque el mal retrocede cuando está tu presencia. Por eso Señor llevame donde tu quieras, haz lo que tu quieras en mi, quiero ser un instrumento útil en tus manos para que el Reino de Dios crezca en este mundo para así alabar y bendecir a Dios que está en medio de nosotros, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado
!--

Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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