jueves, 28 de octubre de 2021

Ante una toma de decisión, ora para que tengas más claridad cuál es la voluntad de Dios.

                                             

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 19-22

Hermanos:
Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.
Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros entráis con ellos en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.
Palabra de Dios


Una de las cosas que me llama la atención es cómo el ser humano mucho o poco nos gusta ser reconocidos, ser tenidos en cuenta, algunos hasta hacen lo que sea para ser aceptados y amados, es por eso que hay mucho que van por esta tierra mendigando amor olvidándonos que somos ciudadanos del pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios. ¿Sabes qué significa eso?

Dios nos da nuestra dignidad como hijos e hijas muy amad@s por Él. No es cualquiera que nos ama, es el mismo Dios, quien es el dueño de todo lo que vemos y no vemos. Sentados en una montaña del amor de Dios y somos incapaces de reconocerlo. La raíz del problema es que al no tener a Dios en nuestro corazón y no ser Él, el número uno de nuestra vida, nuestros criterios humanos son dirigidos por el mundo. Todo se pone en orden siempre cuando Él sea el amo y Señor de nuestra vida.  Dios es nuestro Padre y Jesús nuestro hermano mayor.

Esta nuestra familia forma un edificio cuya piedra angular, la piedra donde se sostiene todo el edificio, es Cristo Jesús, el Hijo de Dios. No habrá fuerza humana, ni terremoto ambiental que lo destruya. Tenemos un estupendo fundamento. Los apóstoles, entre ellos san Simón y san Judas, extendieron y cimentaron después de Jesús, este edificio que es la iglesia. Nosotros queremos también colaborar a su propagación sabiendo que nos da fuerza para ello el mismo Dios, que habita en nuestros corazones. Somos “moradas de Dios por el Espíritu”.

Salmo 18, 2-3. 4-5 R/. A toda la tierra alcanza su pregón

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 12-19
En aquellos días, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Después de bajar con ellos, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.
Palabra del Señor


Hoy el evangelio nos trae dos acontecimientos, Jesús sube a la montaña a orar y después de esa oración elige a los doce apóstoles de entre sus discípulos (elige) y los envía para un trabajo misionero (misión).

La oración nos aclara las ideas, nos pone en sintonía con Dios. Si te sientes que estás llamado a servir a los demás, entonces tienes que tienes que ser una persona de oración. Jesús era el hombre-para-los-demás y el hombre-para-Dios. Antes de sus acciones más importantes se retiraba a orar largamente. Es una buena costumbre, recomendada por muchos santos y cultivada por muchos cristianos, la de rezar antes de comenzar un trabajo, aunque sea con una breve jaculatoria o con una señal de la cruz. Con ello, se expresa la confianza en la protección de Dios al iniciar una obra. En efecto, Él bendice y sostiene toda buena obra humana... Pero, ¿cómo saber con seguridad si una obra es realmente buena o no? Es buena si concuerda con su plan de salvación. A veces hay que hacer muy buen discernimiento y pedirle al Espíritu Santo que nos confirme si todo está en dirección a la voluntad de Dios. Por eso los santos, al orar largamente antes de iniciar algo importante, buscaban ser iluminados en su decisión.

La elección de los apóstoles es uno de los momentos centrales de la historia. Casi nadie se enteró, pero aquel puñado de hombres normales fue la chispa que más tarde se convirtió en fuego que hizo arder al mundo. Su misión desde entonces hasta ahora sigue porque Jesus es el centro de la evangelización, Jesus es la Palabra, la Eucaristía, la comunidad, los Pobres, sin Él no hay misión que valga.  

Jesús tú eres el maestro de la oración y nos enseñas con tu ejemplo la importancia de la oración en el ser humano. Ayúdame a ser consciente de esta sana práctica porque es la manera donde me encuentro con el ser amado y creador. Cuando te doy el primer lugar en mi vida, tú le pones orden a las finanzas, a los amigos, al trabajo, a la familia, a los hobbys, al amor, a los deseos, a mis planes y sueños, en otras palabras le pones orden a todo mi ser dejando que mis criterios no sean guiados por los del mundo. Que por intercesión de San Simón y San Judas, yo desde lo que soy también pueda colaborar a la propagación del evangelio que es vida, un evangelio de servicio, de amor, de perdón, de unidad, de fraternidad, sabiendo que Tu nos das la fuerza para ello, porque habitas en nuestros corazones al ser moradas de Dios por el Espíritu, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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 Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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