No confíes en tus riquezas ni digas: "Soy poderoso"; no confíes en tus fuerzas para seguir tus caprichos; no sigas tus antojos y codicias ni camines según tus pasiones. No digas: "¿Quién me podrá?", porque el Señor te exigirá cuentas; no digas: "He pecado, y nada malo me ha sucedido", porque él es un Dios paciente; no digas: "El Señor es compasivo y borrará todas mis culpas." No te fíes de su perdón para añadir culpas a culpas, pensando: "Es grande su compasión, y perdonará mis muchas culpas"; porque tiene compasión y cólera, y su ira recae sobre los malvados. No tardes en volverte a él ni des largas de un día para otro; porque su furor brota de repente, y el día de la venganza perecerás. No confíes en riquezas injustas, que no te servirán el día de la ira.
Palabra de Dios
Salmo 1 “ Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor”
Marcos 9,41-50
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "El que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno. Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. Todos serán salados a fuego. Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la sazonaréis? Que no falte entre vosotros la sal, y vivid en paz unos con otros."
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Que gran exhortación nos hace hoy el Señor en este libro del Eclesiástico. El Señor nos invita a no confiar en nuestras fuerzas ni tampoco en nuestras riquezas para seguir nuestro capricho. El ser humano si vive a espaldas a Dios, empieza su corazón a llenarse de codicias según sus pasiones.
El Señor a través de este libro nos advierte que no seamos tercos y necios viviendo en desobediencia. El es misericordioso, Si, El nos perdona, Si, Él nos ama y nos bendice, Si, El desea lo mejor para nosotros, si. Pero El tambien no exigirá cuentas de lo que hicimos y dejamos de hacer por eso no tardes en volver al Senor.
Recuerdo una vez una Padre en el momento de mi confesión me dijo esta afirmación “ Dios nos ama a todos pero SÍ que ha sido misericordioso con usted “. Lo pongo en Mayuscula porque reconozco que a pesar de mis faltas y pecados, El Señor no solo me perdono una, ni dos, sino que me ha perdonado muchas veces, y hasta me ha bendecido más de lo que me merezco. Porque lo hace? Será porque ahora trato de llevar una vida coherente, será porque participo en la misa todos los dias, sera porque rezo el rosario y el rosario a la divina misericordia todos los dias, sera porque hago estas reflexiones o porque colaboro en la iglesia lo mas que puedo? No. Todas las cosas externas que uno pueda o deje de hacer no es para ganar puntos con el Señor y después pasarle la cuenta de cobro,, no es para que el lo vea, no es para aparentarle a El “ lo buena “ que soy. Todas esas prácticas y tradiciones externas me deben de llevar a cambiar mi corazón. Ahí está la verdad, ahí está el secreto. La maldad que existe comenzó primero en el corazón de un ser humano.
Volviendo al tema que nos interesa cual es los obstáculos que algunos podemos poner para no volver al Senor. La lectura nos habla acerca de la arrogancia, el cinismo y la negligencia.
La arrogancia es decir "Yo a nadie me someto". Es hacerse ley al propio gusto y creerse absoluto. Esta actitud insensata suele ir asociada con la abundancia de riquezas: "con ellas todo lo tengo". La norma del arrogante son sus instintos y pasiones, sus antojos y caprichos. Y de este modo, ciertamente, puede ser gobernado por otros, él, que no quería el amable yugo de Dios. No es raro, en efecto, que el arrogante, una vez conocido en sus propios vicios y mañas, sea manipulado a través de ellos en función de los intereses de otro más inteligente aunque quizá más disimulado también.
El Cinismo es decir: "he pecado y nada me ha sucedido". Lo más trágico del cínico es que hace una muralla de ceguera con sus propias palabras y así termina por convertir en desgracia suya lo que era ternura y paciencia de su Dios.
La Negligencia es "amontonar pecado tras pecado, diciendo: su misericordia es grande y él perdonará todas mis culpas" . He aquí otra ironía cruel: utilizar a Dios contra Dios, arguyendo su propia paciencia para arrojar en su rostro nuevas y peores faltas, pretendiendo que somos dueños de nuestro tiempo y que podremos siempre decidir nuestra suerte. Por eso esta lectura no advierte "no tardes en volverte al Señor".
Con mis propios ojos he visto algunos que están en el lecho de la muerte siguen de obstinados y continúan con el orgullo y la terquedad haciendo daño a los que están a su alrededor. Otros por su parte solo esperan estar en esa situación de dolor, de desánimo, viviendo la soledad, la enfermedad para buscar al Señor. Otros solo se quedan en las buenas intenciones porque se quedan en el querer y no en el hacer. Otros por ejemplo los invade el desánimo y lo que inicialmente era un deseo de cambiar y ser mejores terminan diciendo palabras necias que el maligno les trata de hacer creer para que aplacen el encuentro con el Señor.
El maligno siempre quiere que vivamos distraídos en este mundo, por eso nos vende la idea que el dinero lo es todo, que la belleza de afuera es lo que importa, que los éxitos dependen solo de ti, que eres exitoso por la posición que tengas ante una sociedad, que el amor, la felicidad y la tranquilidad lo puedes comprar, que tu eres el señor y dueño de tu vida. Que es imposible que puedas salir de ese problema. Es ahí donde debemos de pedirle al Señor discernimiento y sabiduría para encontrar la verdad.
Por último, quiero tocar un tema que quizás para algunos es tema tabú y que hasta los mismos ministros de la iglesia católica tratan de no tocar. Como es el exorcismo, el cielo, el purgatorio y el infierno.
Como católicos creemos en el cielo, en el purgatorio y en el infierno. El cielo es donde se encuentra Dios con sus ángeles y santos, nada que es impuro puede entrar allí, por eso todo aquel que muere va al purgatorio para purificarse. Los protestantes por ejemplo no creen en el purgatorio, porque piensan que el Señor es tan misericordioso que todos van derecho al cielo. Lo cual esto no es verdad. Entonces cuál es el fin que nos esforcemos en este mundo si todo vamos al cielo de una vez? El Señor es misericordioso, claro que si, pero recordemos que en el cielo nada puede entrar impuro. Por eso hay que orar por los difuntos que están en el purgatorio para que puedan ver rapido el rostro del Señor. El infierno claro que existe, son aquellas almas que nunca quisieron reconocer al Señor en su vida y siempre lo rechazaron y después de muertos prefieren seguir viviendo en y para el mal. Ellos siguieron en su soberbia y acaban mal.
Señor no quiero seguir siendo necio, hoy me pides que no confie en mis fuerzas para seguir mis caprichos; para seguir mis antojos y codicias caminando según mis pasiones. Hoy quiero orar por aquellas personas que aún no han decidido volver hacia ti, dale el discernimiento y la sabiduría para que comprendan que solo tu eres el camino para la salvación de sus almas. Dales mucho ánimo, perseverancia y coraje para que no se rindan en este camino que lleva hacia ti. Crece en ellos la Fe para que confíen y esperen en ti aunque ellos aún no puedan ver. Remueve de ellos la arrogancia , el cinismo y la negligencia en sus corazones porque estas tres cosas son las que evitan que ellos se acerquen a ti. Te pido que escuches esta oración de intercesión por ellos y haz con ellos lo que tu quieras, pero solo una cosa te pido, ten misericordia de ellos, porque no saben lo que hacen, Amen, Amen, Amen.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!
Tarea : Ser solidarios con aquellos que son necesitados
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† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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