martes, 4 de febrero de 2020

El rey David que nos enseña para nuestra vida?




2 Samuel 18,9-10.14b.24-25a.30-19,3
En aquellos días, Absalón fue a dar en un destacamento de David. Iba montado en un mulo, y, al meterse el mulo bajo el ramaje de una encina copuda, se le enganchó a Absalón la cabeza en la encina y quedó colgando entre el cielo y la tierra, mientras el mulo que cabalgaba se le escapó. Lo vio uno y avisó a Joab: "¡Acabo de ver a Absalón colgado de una encina!" Agarró Joab tres venablos y se los clavó en el corazón a Absalón.
David estaba sentado entre las dos puertas. El centinela subió al mirador, encima de la puerta, sobre la muralla, levantó la vista y miró: un hombre venía corriendo solo. El centinela gritó y avisó al rey. El rey dijo: "Retírate y espera ahí." Se retiró y esperó allí. Y en aquel momento llegó el etíope y dijo: "¡Albricias, majestad! ¡El Señor te ha hecho hoy justicia de los que se habían rebelado contra ti!" El rey le preguntó: "¿Está bien mi hijo Absalón?" Respondió el etíope: "¡Acaben como él los enemigos de vuestra majestad y cuantos se rebelen contra ti!" Entonces el rey se estremeció, subió al mirador de encima de la puerta y se echó a llorar, diciendo mientras subía: "¡Hijo mío, Absalón, hijo mío! ¡Hijo mío, Absalón! ¡Ojalá hubiera muerto yo en vez de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío!"
A Joab le avisaron: "El rey está llorando y lamentándose por Absalón." Así la victoria de aquel día fue duelo para el ejército, porque los soldados oyeron decir que el rey estaba afligido a causa de su hijo. Y el ejército entró aquel día en la ciudad a escondidas, como se esconden los soldados abochornados cuando han huido del combate.
Palabra de Dios


Salmo 85 " Inclina tu oído, Señor, escúchame"
Marcos 5,21-43
En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al lago. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia: "Mi niña está en las últimas; ven, pon las manos sobre ella, para que se cure y viva." Jesús se fue con él, acompañado de mucha gente que lo apretujaba.
Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Muchos médicos la habían sometido a toda clase de tratamientos, y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando que con sólo tocarle el vestido curaría. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias, y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió en seguida, en medio de la gente, preguntando: "¿Quién me ha tocado el manto?" Los discípulos le contestaron: "Ves como te apretuja la gente y preguntas: "¿Quién me ha tocado?"" Él seguía mirando alrededor, para ver quién había sido. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado, se le echó a los pies y le confesó todo. Él le dijo: "Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud."
Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: "Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?" Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: "No temas; basta que tengas fe." No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encontró el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos. Entró y les dijo: "¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta, está dormida." Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: "Talitha qumi" (que significa: "Contigo hablo, niña, levántate"). La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y se quedaron viendo visiones. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.
Palabra del Señor


Una de las tantas historias que me gusta de la Biblia es la del rey David porque a pesar de todo lo que le sucede, de sus aciertos y desaciertos siempre busca el amor de Dios. Puede sonar algo irónico cuando digo que hasta en sus desaciertos busca al Señor y es que él  descubre que cuando se equivoca sale en busca del Señor y se arrepiente.

Recordemos rápidamente algunas actitudes de David. David le perdona la vida al rey Saúl, porque este se había convertido en su peor e injusto enemigo y lo queria matar. También otra actitud que llama la atención es cuando el rey Saúl muere junto con su hijo Jonatán, Jonatán muy amigo de David, David lamenta de corazón la muerte no sólo de su amigo sino la del rey; porque el rey era el ungido del Señor. Aquí hay una primera enseñanza y es que David no se dejó enceguecer de la ira por las injusticias que caen sobre él, más bien mantuvo la mirada y su corazón puesto en Dios.

Hoy en la lectura encontramos un caso semejante,  Absalón, hijo de David, era el primogénito y según las costumbres el era quien heredaría el reinado de David. Pero David no quería eso, David quiere romper con esa costumbre y quiere que su sucesor sea Salomón, el hijo de Betsabé. Recuerda que Betsabé fue aquella mujer que David se enamoró, esta relación comenzó de una manera muy oscura como es el adulterio porque ella era una mujer casada. Para David esta mujer no solo la deseo sino que realmente la amo y el hijo de ese amor fue Salomón; porque el hijo que nació del adulterio murió.  David tuvo con Betsabé otro hijo que se llamó Salomón. El nombre de Salomón habla de paz y del perdon, perdon que el mismo David experimentó con Dios le había dado.  Es por eso que Salomón era el hijo predilecto de David.
Absalon enceguecido por la codicia del trono y del poder le declara guerra a su propio padre. Absalon al saber que David quería darle su reino a Salomón, se llena de celos, de envidia y por eso se va en contra de su padre David.  Llega la noticia a David de que Absalón, su hijo ha sido abatido, y todos esperan que el rey se alegre, pero muy al contrario, estalla en llanto y duelo.

Qué podemos aprender de las actitudes de David? Su corazón no está puesto en las cosas de la tierra, y aunque puede desearlas, en realidad su corazón no está apegado al poder ni al dinero y ni siquiera al placer. Puede parecer contradictorio porque en dia pasados vimos como David envia a matar a Urías el esposo de Betsabé para quedarse con ella. David ha cometido fallas, claro que sí, pero lo que le hace feliz a David es la obra de Dios, su unción, su reinado, la hermosura de su casa, el esplendor de sus victorias. David no le hace feliz que su enemigo Saúl hubiera muerto, o que su propio hijo que también tenía una guerra casada con él hubiera muerto.  A David lo mueve sentimientos más profundos, el sentimiento hacia Saúl es porque Saúl era el ungido de Dios, y el sentimiento hacia Absalón es porque es su hijo. Ambos enemigos a muerte pero David fue capaz de levantar o encontrar razones más altas. Sus razones no se basan en la seguridad, o de conveniencia, o razones de estrategia; David sabe darle razones al corazón, sus razones al amor. Es por eso que la muerte del rey Saúl como también la muerte de Absalón no es buena noticia para David.

Hoy el evangelio Jesús nos invita a levantarnos y es el mismo mensaje de la primera lectura. Hay que levantar no solo nuestra mirada sino también encontrar razones al corazón para actuar a la manera de David quien no se encegueció por el mal recibido, sino que más bien mantuvo la mirada y su corazón puesto en Dios.

Señor Jesús, como es de difícil descubrir en mi hermano tu presencia. Así como me has creado y habitas en mi, tu me enseñas que en mis hermanos también estas tu. Dame la gracia de ser movido por sentimientos más profundos y sinceros para lograr levantar y encontrar razones más altas de lo que humanamente puedo ver.  No permitas que el enojo, el dolor; la tristeza y el orgullo opaque la obra maravillosa que estas haciendo en mi y en mi hermano, porque no es en nuestras fuerzas sino por la gracia del Espíritu de Dios.  Amen.

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo por siempre sea Alabado!!!


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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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