jueves, 30 de septiembre de 2021

Así como San Jerónimo fue llamado por Dios para explicar y hacer comprender mejor la Biblia desde sus talentos, Dios también nos llama a nosotros desde nuestros talentos para servir a los demás.


Nehemías 8,1-4a.5-6.7b-12

En aquellos días, todo el pueblo se reunió como un solo hombre en la plaza que se abre ante la Puerta del Agua y pidió a Esdras, el escriba, que trajera el libro de la Ley de Moisés, que Dios había dado a Israel. El sacerdote Esdras trajo el libro de la Ley ante la asamblea, compuesta de hombres, mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era el día primero del mes séptimo. En la plaza de la Puerta del Agua, desde el amanecer hasta el mediodía, estuvo leyendo el libro a los hombres, a las mujeres y a los que tenían uso de razón. Toda la gente seguía con atención la lectura de la Ley. Esdras, el escriba, estaba de pie en el púlpito de madera que había hecho para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo -pues se hallaba en un puesto elevado- y, cuando lo abrió, toda la gente se puso en pie. Esdras bendijo al Señor, Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: "Amén, amén." Después se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra.
Los levitas explicaron la Ley al pueblo, que se mantenía en sus puestos. Leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura. Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: "Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis." Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la Ley. Y añadieron: "Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza." Los levitas acallaban al pueblo diciendo: "Silencio, que es un día santo; no estéis tristes." El pueblo se fue, comió, bebió, envió porciones y organizó una gran fiesta, porque había comprendido lo que le habían explicado.
Palabra de Dios

Salmo 18 “ Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón "

Lucas 10, 1-12
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios". Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios." Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo."
Palabra del Senor


En la primera lectura nos deja ver una vez más la fidelidad de Dios con su pueblo sin importar que el pueblo no lo sea. Dios ha sellado una alianza con su pueblo a través de Moises “ Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo”. Sabemos que el pueblo Judio se fue con otros dioses y por su desobediencia sufrieron el destierro a Babilonia. La historia se repite en nuestro tiempo, al ser tan duros de corazón y tan llevados de nuestro parecer terminamos sufriendo y siendo infelices.
A través de Esdras nos muestra la renovación de esa alianza del pueblo Judio con Dios estando ya de vuelta en Jerusalén en la fiesta de los Tabernáculos. Nos dice la lectura que Esdras leyó ante el pueblo la ley que Dios le dio a Moises. Los levitas leían el libro de Dios con claridad y explicando el sentido de forma que comprendieron la lectura.  De esta manera el pueblo asintió y renovó la alianza con Dios. Es por eso que ante este gran acontecimiento no había espacio para la tristeza, “ Hoy es un día consagrado a nuestro Dios, no hagan duelo ni llores...no estén tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza”.

Hoy celebramos a San Jerónimo, un santo quien fue elegido por Dios para explicar y hacer comprender mejor la Biblia. El mismo decía “ Quien no lee las escrituras no conoce a Dios “.
Retomando la primera lectura estas palabras de este santo nos lo confirma. Porque el Pueblo renovó la alianza con Dios?
El motivo fue que Esdras leyó ante el pueblo la ley que Dios le dio a Moises y esto ayudó a abrir el entendimiento para entender el mensaje de Dios. Y es que las Palabras de Dios tienen el poder de darnos claridad al mensaje que él mismo nos quiere dar. Por eso es tan importante leer la Palabra de Dios, unirnos a los grupos de oración, pertenecer a un estudio bíblico porque es una manera de ir acogiendo y entendiendo la Palabra que Dios nos quiere dar.

El evangelio tiene un significado de Misión, esto significa que Jesus envía de dos en dos delante de Él para llevar la buena noticia.  Jesus es muy realista y les advierte que no va ser fácil, “ los envío como corderos en medio de lobos “, que en sí la Misión es convertir esos lobos en corderos, ¡te puedes imaginar que reto tan difícil!

Los discípulos de Jesús que es lo que tienen que predicar? Lo mismo que predica Jesús “ Está cerca el reino de Dios”. La buena noticia es que Dios está dispuesto y se ofrece a ser su Rey. Dios no solo es nuestro creador, sino que desea mantener una relación de amor muy intensa con nosotros, siendo el Rey y Señor de nuestra vida, Él debe guiar nuestros pasos por los caminos que El mejor que nadie sabe que llevan al sentido, a la esperanza, a la alegría de vivir.

¿Cómo se puede lograr esto? Tienes que conocer en quién estás poniendo tu confianza y por eso es tan importante leer las escrituras.

Por último el gesto de sacudirse las sandalias no es más que una advertencia a quienes rechazan el mensaje de Dios, que aunque no lo acepten, de todos modos sepan que el reino de Dios está cerca.  

Oh San Jerónimo, que en tu vida mortal acogiste la mirada misericordiosa del Señor, y con el apoyo maternal de María Santísima fuiste renovado en la vida de la gracia, danos tu protección y alcánzanos de Dios una sincera conversión al Evangelio de la Salvación. Gloria al Padre...
Oh San Jerónimo, tú que has sido para huérfanos y necesitados una verdadera llama del amor divino, aliviándolos en sus miserias y penalidades, haz que, por tu ejemplo, aprendamos a acoger también nosotros a nuestro prójimo con la misma caridad con la que Cristo non ha amado. Gloria al Padre...
Oh san Jerónimo, que a lo largo de tu vida has revelado a los hombres la misericordia y la ternura de Dios,  acogiendo a niños y jóvenes y enseñándoles el camino del cielo, acoge y guía también a nuestra juventud y protégela de todo mal. Gloria al Padre...
Oh San Jerónimo, que en tu vida mortal, como buen Samaritano, has asistido con amor de padre a toda persona enferma de alma o cuerpo, socorre con tus oraciones y con tu paternal intercesión a todos nuestros hermanos enfermos, dándoles la fuerza y el valor necesario para aceptar y vivir en la fe este momento de dolor, y para que puedan verse pronto libres de la enfermedad; y, recuperada la paz y la salud, puedan alabarte en tu templo Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo….


--

Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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martes, 28 de septiembre de 2021

Nuestro testimonio de vida da pie para que los demás puedan decir esto? “ Queremos ir con vosotros porque hemos oído decir que Dios está con vosotros”

 


Primera lectura

Lectura de la profecía de Zacarías 8,20-23:
«Esto dice el Señor del universo:
Vendrán igualmente pueblos y habitantes de grandes de ciudades.
E irán los habitantes de una y dirán a los de la otra: "Subamos a aplacar al Señor; yo también iré a contemplar al Señor del universo.
Y vendrán pueblos numerosos, llegarán poderosas naciones buscando al Señor del universo en Jerusalén y queriendo aplacar al Señor».
«Esto dice el Señor del universo: En aquellos días, diez hombres de lenguas distintas de entre las naciones se agarrarán al manto de un judío diciendo: “ Queremos ir con vosotros, pues hemos oído que Dios está con vosotros”».
Palabra de Dios


Israel, tras vivir la durísima experiencia del Destierro, experimenta de nuevo con extraordinaria fuerza la presencia de Dios en sus vidas. Una nueva oportunidad se abre si vuelven a la Alianza y hacen penitencia respecto a sus pecados e infidelidades. Pero no solo para ellos, sino que, por boca de Zacarías, el Todopoderoso quiere hacer de Israel la gran referencia de Salvación para todas las naciones.

En este texto el Señor nos quiere recordar la gran responsabilidad que tenemos los cristianos ante Dios y ante nuestros hermanos. Cristo nos dio la salvación y nosotros debemos de cuidar esa salvación por eso que Cristo nos dejó su Santo Espíritu que es lo único que necesitamos. La Iglesia sólo tiene sentido si promueve y edifica entre los hombres el Reino de Amor con la ayuda de la Gracia y nuestra perseverancia. Ojalá seamos esa referencia de Dios a nuestras familias, amigos y comunidad para que ellos puedan decir “queremos ir con vosotros porque hemos oído decir que Dios está con vosotros”.

Salmo 86,1-3.4-5.6-7 R/. Dios está con nosotros

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9,51-56
Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tornó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.
De camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:
«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».
Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.
Palabra del Señor


Jesús había tomado la firme resolución de ir a Jerusalén y, para ello, no duda en transitar por el trayecto más corto, pero más complicado y no carente de riesgos, de cruzar por Samaría, región considerada por los judíos ortodoxos como impura ya que sus habitantes, también judíos aunque emparentados con gentiles, no admitían a Jerusalén y su Templo como el centro de la verdadera religión. Lucas no duda en recoger esta tradición que nos revela ciertamente que para Cristo,  Dios no tiene otro Templo que el corazón de los hombres.

Ante aquel rechazo, Santiago y Juan proponen una solución radical: hacer que baje fuego del cielo y terminar con aquellos samaritanos para siempre. La imagen es viva y actual. Casi se puede ver a los reactores israelíes volando sobre los campos y ciudades de Gaza o Cisjordania lanzando sus misiles (fuego del cielo) y destruyendo para siempre a los palestinos. Este es uno de los tantos ejemplos de israelíes y palestinos pero se podían haber puesto muchos otros. Los misiles siguen volando siempre en nombre de la defensa de nuestros altos intereses. Irak, Irán, Afganistán y tantos otros países se someten unos a otros a ese fuego del cielo que no soluciona nada y que no hace más que enconar los rencores, los odios y la división entre los pueblos.

El camino hacia Jerusalén es un itinerario necesario para la Salvación integral a la que todos estamos llamados, también los samaritanos. Es un camino de amor y sacrificio. También de rechazo e incomprensiones, incluso de sus propios discípulos y para todos quienes tomamos la decisión de seguir a Cristo.
Jesús es sencillo pero revolucionario: “No sabéis de qué espíritu sois. Porque no he venido a perder a los hombres sino a salvarlos.” Es otro planteamiento tan distinto al nuestro habitual que incluso hoy nos cuesta entenderlo en la Iglesia. Y demasiadas veces nos dedicamos a condenar en lugar de perdonar, salvar, curar, acoger y hacer fraternidad.

Señor qué grande es nuestra responsabilidad que tenemos ante ti y ante nuestros hermanos. La iglesia que tú fundaste está basada en el amor, la fraternidad, en la inclusión, en el perdón y tú mismo nos da la gracia de hacerlo porque un pedacito del corazón de Dios está en mi. Dame la gracia de ser buenos referentes donde habita Dios para nuestras familias, amigos y comunidad, que todos ellos puedan decir “queremos ir con vosotros porque hemos oído decir que Dios está con vosotros”. No permitas que nuestra falta de amor terminemos condenando en vez de perdonar, de destruir en vez de salvar, de rechazar en vez de acoger y de desunir en vez de vivir en fraternidad, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

Santa misa


 

lunes, 27 de septiembre de 2021

Cuál es mi compromiso para introducir el bien en el mundo? ¿Cómo quisieras que te recordarán?

 


Cuál es mi compromiso para introducir el bien en el mundo? ¿Cómo quisieras que te recordarán?


Primera lectura
Lectura de la profecía de Zacarías 8,1-8:
Vino la palabra del Señor del universo diciendo:
«Esto dice el Señor del universo:
Vivo una intensa pasión por Sión, siento unos celos terribles por ella».
«Esto dice el Señor:
Voy a volver a Sión, habitaré en Jerusalén.
Llamarán a Jerusalén “Ciudad Fiel”, y al monte del Señor del universo, “Monte Santo”».
«Esto dice el Señor del universo:
De nuevo se sentarán ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén; todos con su bastón, pues su vida será muy larga.
Y sus calles estarán llenas de niños y niñas jugando».
«Esto dice el Señor del universo:
Y si el resto de este pueblo le parece imposible que suceda esto en aquellos días, ¿será también imposible a mis ojos?». - oráculo del Señor del universo -.
«Esto dice el Señor del universo:
Aquí estoy yo para salvar a mi pueblo de Oriente a Occidente.
Los traeré y vivirán en Jerusalén; ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios en fidelidad y justicia».
Palabra de Dios


La Palabra de Dios nos trae esperanza en el hoy y en el futuro. Dios siempre ha salvado el Pueblo y quiere que ellos no olviden y nosotros tampoco. A veces nos puede suceder que se pierda la esperanza porque vemos que es un sueño imposible de alcanzar, un presente y un futuro mejor.  

Dios se presenta con dos cualidades “ Seré su Dios en fidelidad y justicia “.
Dios es fiel a nosotros incondicionalmente, El nos bendice, nos cuida, nos protege independientemente de lo que hagamos y dejemos de hacer. La misma escritura nos dice “ El hace salir el sol a los buenos y malos de corazón”. Preguntémonos si nosotros somos fieles a sus enseñanzas?  Nosotros somos fieles a su amor? Pero para responder esto necesitamos ser conscientes de que es lo que Dios nos quiere salvar, de que es lo que Él nos quiere cuidar. Entonces, la promesa de salvación por parte de Dios ¿despierta algún interés real en mi vida? ¿Encuentra eco dentro de mí? ¿Por dónde andan mis búsquedas de salvación? ¿En quién o en qué pongo mi esperanza?

En la lectura el profeta nos dibuja la salvación de Dios de una manera muy gráfica y sencilla y es que las calles de Jerusalén estarán pobladas de ancianos y ancianas, que se sentarán tranquilos, chiquillos y chiquillas que jugarán en ellas… El mensaje es “ estar sentados tranquilos “. Algunos piensan por ejemplo que no hay problema como malgastar esta vida porque al fin de cuentas cuando dejemos este mundo, Dios nos va a perdonar nuestros pecados y todo estará bien. La salvación no es solo para después de la muerte, Dios nos está salvando siempre. El Señor nos salva de las tristezas, del agobio, de la desesperanza, de la falta de perdón, del orgullo, de la falta de caridad, de tantas cosas que no nos hacen felices y hacer feliz a los demás.  Experimentar la salvación de Dios supone ponerse a la tarea de “vencer al mal con el bien”, no porque sea una obligación sino porque es el único modo de sentirse felices en lo profundo.

Revisa a tu alrededor, en tu familia, en tu grupo de amigos, cuales son los males, personales y colectivos que nos azotan hoy? ¿Cuál es mi compromiso para introducir el bien en el mundo?

Salmo 101,16-18.19-21.29.22-23 R/. El Señor reconstruyó Sión, y apareció en su gloria

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9,46-50
En aquel tiempo, se suscitó entre los discípulos una discusión sobre quién sería el más importante.
Entonces Jesús, conociendo los pensamientos de sus corazones, tomó de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo:
«El que acoge a este niño en mi nombre, me acoge a mi; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado. Pues el más pequeño de vosotros es el más importante».
Entonces Juan tomó la palabra y dijo:
«Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y, se lo hemos prohibido, porque no anda con nosotros».
Jesús le respondió:
«No se lo impidáis; el que no está contra vosotros está a favor vuestro».
Palabra del Señor

Uno de los males que todos padecemos es querer ser reconocidos, el ser admirados, en que nos tengan en cuenta, en que nos valoren. Eso les sucedió también a los discípulos.

Normalmente entendemos por “poder” la capacidad para someter a las cosas, o a las personas a la propia voluntad. Para Jesús el poder es otra cosa, el poder verdadero, el auténtico... es la donación de sí mismo, enteramente, a la causa del Reino de Dios.

Donarse a sí mismo es servir sin importar que te vean, que te aplaudan, o que te reconozcan. Donarse a sí mismo es ofrecer el perdón sin importar si la otra persona te lo acepta. Donarse a sí mismo es ayudar al otro sin esperar nada a cambio. Donarse a sí mismo es amar aunque no seas amado. Donarse a sí mismo es hacer el bien a pesar de que recibas calumnias y maldad. Es por eso que Jesús toma a un niño (de su época, no de la actual) y nos invita a hacernos como ellos. El niño era el prototipo de los que no cuentan: ningún poder, ningún control, ninguna importancia, total dependencia…Ser como niños es tener la convicción que quien nos sostiene es Papito Dios y obedecemos lo que Él nos pide que hagamos desde el amor .  

No creamos que por estar “ cerca de Jesús “ merecemos un lugar principal. Parece lógico y normal. Pero Jesús al poner delante a un niño nos enseña que hay que hacerse esclavo y servidor para ser el más importante.

Mi amado Jesús, hoy me dices que el mayor poder no está en la capacidad para someter a las cosas, o a las personas a la propia voluntad, sino que el poder verdadero, el auténtico... es la donación de sí mismo, enteramente, a la causa del Reino de Dios que no es más que donarse a sí mismo desde Tu amor.  Dame la gracia de ayudar al otro sin esperar nada a cambio, la capacidad de amar aunque no sea amad@, de hacer el bien a pesar de que reciba calumnias y maldad. Dame tu corazón Señor para poder amar de verdad, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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viernes, 24 de septiembre de 2021

Responder la pregunta de Jesus nos exige una respuesta que lleva al compromiso.

 



Responder la pregunta de Jesus nos exige una respuesta que lleva al compromiso.

Primera lectura
Lectura de la profecía de Ageo 2, 1-9
El año segundo del rey Darío, el día veintiuno del mes séptimo, llego la palabra del Señor por medio del profeta Ageo:
«Di a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, a Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote, y al resto de la gente:
“¿Quién de entre vosotros queda de los que vieron este templo en su primitivo esplendor? Y el que veis ahora, ¿no os parece que no vale nada?
Ánimo, pues Zorobabel - oráculo del Señor -; ánimo también tú, Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote.
¡Ánimo gentes todas! - oráculo del Señor -. ¡Adelante, que yo estoy con vosotros! - oráculo del Señor del universo -.
Ahí está mi palabra, la que os di al sacaros de Egipto; y mi espíritu está en medio de vosotros: ¡No temáis!
Pues esto dice el Señor del universo:
Dentro de poco haré temblar cielos y tierra, mares y tierra firme. Haré temblar a todos los pueblos, que vendrán con todas sus riquezas y llenaré este templo de gloria, dice el Señor del universo.
Míos son la plata y el oro - oráculo del Señor del universo -.
Mayor será la gloria de este segundo templo que la del primero - dice el Señor del universo.
Y derramaré paz y prosperidad en este lugar, oráculo del Señor del universo”».
Palabra de Dios

Salmo 42,1.2.3.4 R/. Espera en Dios, que volverás a alabarlo: «Salud de mi rostro, Dios mío»

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9,18-22
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
«¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos contestaron:
«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha resucitado uno de los antiguos profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Pedro respondió:
«El Mesías de Dios».
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. porque decía:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Palabra del Señor


Como nos gustan que nos aplaudan, que nos hablen cosas bonitas al oído, como buscamos aquellas personas que nos alimentan el EGO. De la misma manera nos incomoda cuando nos bajan de las nubes y nos llaman la atención. Algunas personas por ejemplo hasta son capaces de levantar calumnias para sanar el orgullo herido. Otros por ejemplo creen que por seguir a Cristo todo va estar viento en popa, adiós dificultades, van a ser queridos y acogidos por todos, lo cual no es verdad. Ageo es un profeta muy realista y quiere que el pueblo se baje de ese mundo mágico que quiere vivir.  

Es el versículo 5 el que ponen las cosas en su sitio: "Según la palabra que pacté con vosotros a vuestra salida de Egipto, y en medio de vosotros se mantiene mi Espíritu: no temáis". El pueblo estaba en esclavitud y es liberado por Dios. Luego estaban en el desierto y empezaron a maldecir a Dios, en otras palabras se les olvidó lo que estaban viviendo con los faraones. Vuelven a caer en la esclavitud y hasta es destruido el templo, pero Dios desde su misericrodia utiliza a un rey para que ellos puedan construir un templo. En todo esto podemos ver como Dios mantiene su palabra, su pacto: su Espíritu estará siempre con ellos, con nosotros; no hay por qué temer. No resulta fácil no temer, las circunstancias a veces nos hacen vivir en el temor, en el miedo, en la zozobra. Descubrir en medio de todo el Espíritu de Dios no es fácil, pero… hay que confiar. No queda otra. ¡No tenemos más opción!

En el evangelio Jesús os hace esta pregunta, ¿Y vosotros, ¿quién decís que soy yo…?

Estamos ante la pregunta clave de Jesús a sus discípulos y, por tanto, a nosotros: ¿Quién decís que soy yo?  Fue una pregunta bien formulada. No existen preguntas sin respuesta, salvo cuando se formulan mal.

Jesus no tenía problemas de identidad personal pero si quería poner a prueba a los suyos. La respuesta que espera Jesús es, quien es El para ellos. No es decir quien era. Jesus espera una respuesta que lleve al compromiso y acciones reales que demuestren el convencimiento y la decisión de seguirlo.

La pregunta sigue ahí para cada uno de nosotros. Y una vez que se responde, qué sucede, cómo cambiamos de actitudes, qué compromisos adquirimos, qué remueve nuestro interior, qué o cómo estamos dispuestos a transformar el entorno en que vivimos, vamos a seguir igual. Por eso, ante Jesús no importa tanto el qué respondemos como el cómo lo mostramos. Nuestras acciones son la prueba de lo que Él significa para nosotros. Jesus quiere hacernos pensar, que nos cuestionemos, que no traguemos entero. Recuerda quien es El para nosotros se responde con actos concretos.

Jesús hoy con amor me preguntas quien eres tu para mi,  y esta respuesta depende de lo que tu significas para mi, y esto me lleva a un compromiso concreto viviendo el evangelio. Si realmente digo que tu eres mi existir, entonces mis actitudes deben reflejar tu bondad, tu amor, tu mansedumbre, tu fidelidad, que mi ser sea configurado por ti, que tu llenes todo mi ser para poder transformar el entorno en que vivo. Tú sabes que desde mis fuerzas es imposible porque la vanidad y el orgullo luchan dentro de mí evitando que tú reines en mi.  Dame la gracia de demostrarte con acciones concretas lo que tu significas para mi, a quien sigo y a quién soy fiel para que podamos conquistar más territorios y corazones en Tu Nombre, Amen.

Dios te bendiga,

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     Sandra Yudy Zapata Escudero

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jueves, 23 de septiembre de 2021

¿Por qué es importante creer en Dios y en su Hijo Jesucristo?


 ¿Por qué es importante creer en Dios y en su Hijo Jesucristo?


Primera lectura
Comienzo de la profecía de Ageo 1, 1-8
El año segundo del rey Darío, el día primero del mes sexto, la palabra del Señor fue dirigida a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y a Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote, por medio del profeta Ageo:
«Esto dice el Señor del universo: Este pueblo anda diciendo:
"No es momento de ponerse a construir la casa del Señor"».
La palabra del Señor vino por medio del profeta Ageo:
«¿Y es momento de vivir en casas lujosas mientras el templo es una ruina?
Ahora pues, esto dice el Señor del universo:
Pensad bien en vuestra situación. Sembrasteis mucho, y recogisteis poco, coméis y no os llenáis; bebéis y seguís con sed; os vestís y no entráis en calor; el trabajador guarda su salario en saco roto.
Esto dice el Señor del universo: Pensad bien en vuestra situación. Subid al monte, traed madera, construid el templo. Me complaceré en él y seré glorificado, dice el Señor».
Palabra de Dios


En la primera lectura nos habla que el pueblo judío ha podido volver a su tierra, a Palestina, después del exilio en Babilonia. El profeta Ageo se da cuenta que estos judíos se preocupan principalmente de reconstruir sus casas, de trabajar la tierra para obtener sus frutos… olvidándose de construir a Dios su Templo. Esto fácilmente nos sucede a nosotros, tratamos de construir nuestra vida sin Dios, entonces le damos más peso al descanso, la pereza, el trabajo, la familia, las diversiones, y los amigos que hasta al mismo Dios.

Ageo nos recuerda que no les va bien así en sus trabajos temporales, olvidándose de Dios: “Sembrasteis mucho y cosechasteis poco, comisteis sin saciaros… y el que trabaja a sueldo recibe la paga en bolsa rota”. Por eso, les apremia a construir la casa de Dios. “Subid al monte, traed maderos, construir el Templo”.  

La lección para nosotros los cristianos es que hemos de hacer que nuestro corazón sea el Templo de Dios, para que desde ahí Dios guíe todas nuestras acciones y nuestros pasos. El tiene el poder de reorganizar nuestras prioridades, de ponerle orden a nuestra vida y que ella tenga equilibrio. Nada ni nadie nos puede apartar de Dios ni de su Hijo Jesucristo. Recordemos que Jesus nos dijo: “Vosotros buscad primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura”.

Salmo Sal 149,1-2.3-4.5-6a.9b R/. El Señor ama a su pueblo

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 7-9
En aquel tiempo, el tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba sobre Jesús y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes se decía:
«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?».
Y tenía ganas de verlo.
Palabra del Señor


El evangelio nos trae a Herodes quien está interesado en conocer a Jesús, pero será solo por curiosidad? ¿Qué es lo que realmente lo motiva a conocerlo? será su mensaje o más bien saber quien es su rival?

Todos sabemos que Herodes tenía temor de perder el poder,  terminó haciendo lo que no debía de hacer como era matar a un profeta. Herodes no tenía prudencia y además vivía del qué dirán porque a pesar de que “ apreciaba “ a Juan Bautista no se contuvo a la hora de ordenar que le llevasen su cabeza en una bandeja.
 
Jesus tenía algo muy especial, no solo por ser el Hijo de Dios sino porque es el mismo Dios y por eso trataba con amor especial a los pobres, a los afligidos, prometía un camino que llevaba a la alegría en esta tierra y a una felicidad total después de nuestra muerte, porque también anunciaba su resurrección y la de todos nosotros… Su fama llegó al virrey Herodes: “A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas. Y tenía ganas de verlo”.
La motivación de Herodes era solo curiosidad y el temor a que este nuevo profeta le pudiese echar en cara la muerte de Juan. Herodes enceguecido por su avaricia del poder no permitió que su corazón oyera a Jesus para que su vida cambiara.

Tú que estás leyendo esta meditación pregúntate, ¿por qué es importante creer en Dios y en su Hijo Jesucristo? Si ya has caminado algunas millas con Él, lo sientes como tu amigo? ¿Te sientes salvado por Cristo? ¿Te sientes amado por Cristo?  ¿Tú has dejado que el Señor te haya cambiado tu vida? o será que sigues apegado al dolor y sufrimiento y le tienes hasta el monumento de las lamentaciones. ¿Reconoces a Jesús que es la vida y la salvación, amor y esperanza, luz y reconciliación?

Mi amado Jesús, así como tú fuiste un amigo fiel al San Pío de Pietrelcina, que por su intersección alcance a ser un testigo fiel de fe y de amor. Fiel a tus enseñanzas, a ser obediente a tus designios para poder cumplir tu voluntad desde el amor. Que mi corazón se llene de ti y ser templo de tu Santo Espíritu. Ordena mis deseos, mis acciones, mi vida para que haya equilibrio y sea un verdadero testigo del poder de Dios.  No permitas que nada ni nadie me aparte de Dios ni de ti. Me aferro a esta promesa “ busquen primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura”, lo creo y lo espero en tu Nombre, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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miércoles, 22 de septiembre de 2021

Sentir vergüenza de nuestros pecados es la mejor señal que la Luz de Cristo está tocando nuestro ser.

 


Sentir vergüenza de nuestros pecados es la mejor señal que la Luz de Cristo está tocando nuestro ser.


Primera lectura
Lectura del libro de Esdras (9, 5-9):
Yo, Esdras, a la hora de la ofrenda de la tarde salí de mi abatimiento y, con mi vestidura y el manto rasgados, me arrodillé, extendí las las palmas de mis manos hacia el Señor, mi Dios, y exclamé:
«Dios mío, estoy avergonzado y confundido; no me atrevo a levantar mi rostro hacia ti, porque nos hemos hecho culpables de numerosas faltas y nuestros delitos llegan hasta el cielo.
Desde la época de nuestros padres hasta hoy hemos pecado gravemente. Por causa de nuestros delitos, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes hemos sido entregados a los reyes extranjeros, a la espada, a la esclavitud, al saqueo y a la vergüenza, como sucede todavía hoy.
Pero ahora, en un instante, el Señor nuestro Dios nos ha otorgado la gracia de dejarnos un resto y de concedernos un lugar en el templo santo. El Señor ha iluminado nuestros ojos y nos ha dado un respiro en medio de nuestra esclavitud.
Porque somos esclavos, pero nuestro Dios no nos ha abandonado en nuestra esclavitud, sino que nos ha otorgado el favor de los reyes de Persia, nos ha dado y respiro para reconstruir el el templo de nuestro Dios y restaurar sus ruinas y nos ha proporcionado un refugio seguro en Judá y Jerusalén».
Palabra de Dios


En esta primera lectura notemos que a través de Esdras se destaca la conciencia del pecado que el pueblo ha cometido. Esdras se hace portavoz de esa conciencia: un prolongado lamento y el reconocimiento de la culpabilidad del pueblo, que se confiesa y se contrasta con la justicia divina; Dios se ha comportado incluso con más benevolencia ante las culpas que se merecían.

Como nos hace falta tener esa conciencia, reconocer nuestro propio pecado y además reconocer la misericordia de Dios que tiene con cada uno de nosotros. ¿Qué nos lo impide? el egoísmo, el orgullo, el creernos sentir que somos “ Muy buenos “.
Esdras da una sincera confesión penitencial, se expresa una súplica confiada al Dios de la misericordia, una misericordia que se manifiesta en tres realidades reconfortantes: la conservación de algunos que se ha mantenido fiel al Dios de la alianza, el alivio de la esclavitud merecida por la conducta vivida y la benevolencia de Dios mostrada por el imperio dominante (los persas) para con el pueblo.
Dios sabe que en las peores circunstancias, siempre hay alguien en quien se puede confiar, algunos han permanecido fieles a Dios, esto le sucedió al pueblo. En nuestro caso por ejemplo, Dios no pierde la esperanza que volvamos hacia Él, por eso una y otra vez nos espera como el hijo prodigo. Sabemos que el pecado destruye nuestra vida, los males que los aquejan ha sido por causa de la desobediencia pero también a veces es necesario o Dios lo permite para que cojamos un escarmiento o aprendamos la lección. Por último Dios se ha portado con benevolencia porque no nos ha castigado conforme a nuestros pecados, Él mismo lo dijo “ Yo no vine a juzgar al mundo sino para que todos se salven” .  

Pidámosle al Señor que nos ayude a reconocer nuestro propio pecado, más que el del heman@. Que en nosotros crezca la confianza en Él, porque no somos nada sin El, que tengamos la convicción de que Él está siempre con nosotros y nos cuida.  Que el Espíritu Santo nos ilumine y nos guíe como también que nosotros seamos dóciles a sus inspiraciones, para que seamos obedientes y no tengamos que pasar por algún escarmiento o mala experiencia. Por último tenemos que reconocer la inmensa misericordia de Dios por cada uno de nosotros, porque Él no nos trata conforme a nuestros pecados.  

Salmo Tb 13,2.3-4.6 R/. Bendito sea Dios, que vive eternamente

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,1-6)
En aquel tiempo, habiendo convocado Jesús a los Doce, les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.
Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles:
«No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco tengáis dos túnicas cada uno.
Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.
Y si algunos no os reciben, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de vuestros pies, como testimonio contra ellos».
Se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes.
Palabra del Señor


Voy a retomar la homilía de la Misa de hoy del Padre, Él nos preguntaba.. ¿Por qué es importante creer en Dios?

La respuesta está en el evangelio de hoy. Todo aquel que sigue fielmente el mensaje de Jesús tiene el poder y la autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. La razón es simple, si todo nuestro ser está lleno de Cristo, entonces es el mismo Cristo en persona quien lo hace a través de nosotros, lo que significa que nosotros somos solo un instrumento para que Dios pueda hacer las maravillas.  

La lectura continúa diciendo “ No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco tengáis dos túnicas cada uno”. Nuestra seguridad está solo en Dios, no tengamos temor de lo que nos pueda pasar. Demos el caso si perdemos la salud, el empleo, perdemos a un ser querido, o nos dejan solos, no te preocupes, no te angusties, dale tiempo a Dios para que obre y haga maravillas como lo hizo con su hijo Jesucristo que lo resucitó al tercer dia. Nuestra vida tiene que estar cimentada en la roca que es Cristo porque Él es el único que nunca falla. Confianza absoluta en Dios.

Por último  nos dice la lectura, “ Y si algunos no os reciben, al salir de aquel pueblo sacudí el polvo de vuestros pies, como testimonio contra ellos “. No creas que por ser seguidor de Cristo te van aplaudir, te van aceptar o te van a querer. Los primeros que te dejaran son los que dicen ser tus amigos, serás motivo de crítica y dudas de tu propia familia. Hay que ser capaces de aceptar el rechazo, la indiferencia, la burla, la ingratitud, que te miren con sospecha. Cristo padeció todo esto y mucho más, entonces como nosotros no lo vamos a vivir si decimos que somos sus discípulos?

Mi amado Jesús, hoy quiero sentirme como Esdras que sintió vergüenza de todo lo que te he ofendido, siempre tratando de justificar mis actos con el otro impidiendo descubrir mis propios errores.  Necesito que por tu gracia pueda reconocer lo que verdaderamente hay en mi, porque esto va a cambiar mi vida de lo contrario seguiré atrapado en la mentira, en mis lamentaciones, en la falta de perdón.  Ayúdame Señor a sentir vergüenza y culpa ante ti, como también que pueda reconocer tu inmenso amor y misericordia que tienes para darme, porque tu a pesar de todo me amas y me sigues bendiciendo. Gracias por tenerme tanta paciencia, perdoname por las veces que te ofendo a través de mis acciones con los demás. Hoy me dices el poder que tu me das si te sigo, el poder y la autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. Gracias por creer en mí y por la misión que me das como es amar y curar. Necesito que mi vida renazca contigo desde el agradecimiento y la humildad más profunda. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

--

Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Santa Misa


 

lunes, 20 de septiembre de 2021

Eres extensión de la Luz de Cristo o eres extensión de la luz de la oscuridad

 


Eres extensión de la Luz de Cristo o eres extensión de la luz de la oscuridad


Primera lectura
Comienzo del libro de Esdras 1,1-6:
El año primero de Ciro, rey de Persia, el Señor, para que se cumpliera la palabra del Señor por boca de Jeremías, el Señor despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia, para que proclamara de palabra y por escrito en todo su reino:
«Esto dice Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha encargado que le edifique un templo en Jerusalén de Judá. El que de vosotros pertenezca a su pueblo, que su Dios sea con él, que suba a Jerusalén de Judá, a reconstruir el templo del Señor, Dios de Israel, el Dios que está en Jerusalén. Y a todos los que hayan quedado, en el lugar donde vivan, que las personas del lugar en donde estén les ayuden con plata, oro, bienes y ganado, además de las ofrendas voluntarias para el templo del Dios que está en Jerusalén».
Entonces, los cabezas de familia de Judá y Benjamín, los sacerdotes y los levitas, y todos aquellos a quienes Dios había despertado el espíritu, se pusieron en marcha hacía Jerusalén para reconstruir el templo del Señor.
Todos los vecinos les ayudaron con toda clase de plata, oro, bienes, ganado y objetos preciosos, además de las ofrendas voluntarias.
Palabra de Dios


En esta primera lectura notamos cómo la acción de Dios mueve y despierta el corazón de los reyes a hacer su voluntad.

Para entender cuál es el mensaje que nos trae esta primera lectura debemos de ubicarnos en el contexto. Muchos de los judíos deportado en Babilonia se habían adaptado a vivir en tierra extranjera e incluso se habían enriquecido, es por ello, por lo que no todos quisieron regresar, ni hubo una imposición por parte del rey a la salida. El motivo principal del regreso a la patria no será otro que reedificar el templo de Yahvé en Jerusalén. Con el fin de invitar a emprender el regreso el rey hace un llamamiento a todos los que conviven con los judíos para que les ayuden con plata, oro, utensilios y ganados, cosas necesarias tanto para el largo viaje cuanto para poder rehacer su vida en Judá. Dios por mediación de Ciro no se olvida de su pueblo y lo provee, como lo ha hecho siempre, de aquello que necesitan para la vida, no solo el alimento sino también su presencia y su compañía.
Los vecinos, es decir, aquellos con los que el pueblo de Israel ha convivido, judíos o no, se muestran generosos, y se prestan a compartir unos bienes que no esperan ser devueltos. Finalmente, algunos grupos de judíos escuchan la voz de Dios que les apremia y anima a subir a Jerusalén y reconstruir el templo del Señor. Volver después de años de exilio no es fácil, hay que reconstruirse para construir una vida nueva en la que él Señor es su auxilio y su guía.

Esto nos trae como enseñanza que muchas veces el Señor permite que algunas cosas sucedan en nuestra vida porque tiene un plan mejor, por ejemplo descubrir aquellas cosas que aún no han sido sanadas, rencores, envidias, celos, orgullo, desamor, tristeza, temor, angustia, etc. Es por eso que en vez de renegar, maldecir, o estar enojados por lo que a veces vivimos, más bien pidámosle al Señor que nos de los ojos de la fe para que podamos ver como Él mueve los hilos de nuestra vida, descubriendo su presencia en cada situación y esto nos ayudará a despertar en nosotros la confianza en Él;  Cuando descubrimos que no estamos solos entonces nuestros oídos van a estar atentos a su voz, su voz que nos anima a creerle a Él, esperar y confiar en sus planes. Pidámosle al Señor que mueva y despierte nuestro corazón para hacer su voluntad.    

Salmo 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6 R/. El Señor ha estado grande con nosotros

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 8,16-18
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Nadie ha encendido una lámpara, la tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; sino que la pone en el candelero para que los que entren vean la luz.
Pues nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público.
Mirad, pues, cómo oís. pues al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener».
Palabra del Señor


Jesus nos dijo “ Yo soy la Luz del mundo “ y el evangelio nos invita a reflexionar acerca del símbolo de la Luz.

Miremos que nos quiere enseñar Jesús. Jesus toma como referencia las pequeñas lámparas de barro, llenas de aceite y provistas de una mecha. En el texto se pide que no se oculten o tapen, sino que se coloquen en lugares que permitan la visión de las cosas y de la realidad. La luz es una característica del mensaje de Jesús, su palabra ilumina el camino hacia Dios y nos invita a ser luz para los demás. De ahí, el interés en no ocultarla, en no negar la luz a ninguna persona. Los discípulos de Jesús pronto entendieron que su misión evangelizadora consistía en comunicar la luz de Cristo resucitado a todos los que aún no la habían recibido.

Pregúntate, ¿Tú...qué luz das? Eres extensión de la Luz de Cristo o eres extensión de la luz de la oscuridad?

La lectura continúa diciéndonos, lo oculto que se conocerá un día (8,17). Esta segunda sentencia nos habla de los secretos revelados. El término ocultar, de acuerdo con la tradición judía, nos habla de los misterios de Dios que aún permanecen ocultos y que serán revelados al final de los tiempos. La luz no solo ilumina el camino, sino que tiene la capacidad de penetrar en el corazón del ser humano y desvelar cómo responde a la palabra de Dios. La Palabra de Dios talla, molesta, incomoda y si no lo hace, entonces aún estás  ciego. A algunos de nosotros nos ha sucedido que cuando escuchamos una prédica o una homilía nos sentimos señalados, como si esas palabras fueran para nosotros. Es por eso que la Palabra de Dios tiene el poder de penetrar hasta el fondo de nuestro corazón.

Llamada a la escucha y una advertencia (8,18). La tercera sentencia es con el que se exhorta a escuchar la Palabra correctamente. No solo es importante escucharla, hay que obedecerla y obedecerla es adherirse al mensaje, a la buena noticia del Reino. Si no lo hacemos entonces hay una advertencia, sobre el tener y perder.  La dinámica de la gracia y el don de Dios posibilita a todo hombre y mujer a recibir el regalo de la Palabra, cuanto más se profundiza en ella, más y más crece en nuestra vida. Sin embargo, aquel que pierde el regalo del encuentro, que lo aplaza, que es indiferente al regalo que Cristo nos quiere dar, entonces va quedando atrás, se va alejando de la luz y es presa fácil de las obras del mal.

Mi amado Jesús, te pido que desde tu misericordia no te canses de mover y despertar en mí los sentidos para hacer su voluntad. Que pueda descubrir cómo mueves los hilos de mi vida, que descubra tu presencia en cada situación para que yo pueda aprender a confiar en Ti. Tu una y otra vez me dices que no estoy solo, pero cuánto necesito que en mi crezca la fe que digo tener. Deseo escuchar tu voz que me anima a seguir adelante.  Quiero ser la extensión de tu luz, Tu luz que me lleva hacia Dios y que es guía para los demás. Tu Palabra tiene el poder de revelar los secretos que tengo en el corazón, heridas que aún no han sido sanadas y necesitan ser sanadas por ti. Dame la gracia de tenerte para no perderme en este mundo, de esta manera podré decir que el Reino de Dios vive en mi, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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     Sandra Yudy Zapata Escudero

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viernes, 17 de septiembre de 2021

Santa Misa


 

Quien ha experimentado el poder sanador de Cristo, se convierte en su discípulo.

 



Quien ha experimentado el poder sanador de Cristo, se convierte en su discípulo.

Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 6,3-12
Querido hermano:
Esto es lo que tienes que enseñar y recomendar.
Si alguno enseña otra doctrina y no se aviene a las palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad, es un orgulloso y un ignorante, que padece la enfermedad de plantear cuestiones inútiles y discusiones sobre palabras; de ahí salen envidias, polémicas, blasfemias, malévolas suspicacias, altercados interminables de hombres corrompidos en la mente y privados de la verdad, que piensan que la piedad es un medio de lucro.
La piedad es ciertamente una gran ganancia para quien se contenta con lo suficiente. Pues nada hemos traído al mundo, como tampoco podemos llevarnos nada de él. Teniendo alimentos y con qué cubrirnos, contentémonos con esto.
Los que quieren enriquecerse sucumben a la tentación, se enredan en un lazo y son presa de muchos deseos absurdos y nocivos, que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males, y algunos, arrastrados por él, se han apartado de la fe y se han acarreado muchos sufrimientos.
Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de estas cosas. Busca la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Combate el buen combate de la fe. Conquista la vida eterna, a la que fuiste llamado y que tú profesaste noblemente delante de muchos testigos.
Palabra de Dios


 Salmo 48, 6-8. 9-10. 17-18. 19-20 R/. Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 8,1-3
En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del reino de Dios, acompañado por los Doce, y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos y de enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes; Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.
Palabra del Señor

Cuando vamos a unas exequias, osea a un funeral, recordamos que al mundo hemos venido sin nada y de él nos iremos sin nada. Pero también podemos decir que ante Dios seremos juzgados por el amor. Cristo es la esencia del amor y si nos unimos a Él entonces Dios vivirá y reinará en nosotros, lo que significa que El llene nuestra vida y El mismo quitara todo aquello que nos estorba y nos nos deja ser verdaderos hij@s de Dios como es la codicia, la vanidad, la fama, el ser el centro del ombligo.

Una de las señales que todo verdadero discípulo de Cristo debe tener es la piedad. La piedad es estar tan unido a Cristo que su dolor sea nuestro dolor, que a través de la oración descubramos su corazón que abraza a los más pequeños e indefensos y como consecuencia de nuestra unión con El entonces nosotros respondemos al llamado que Él nos hace. Es triste darse cuenta como algunos utilizan las necesidades de otros, los dolores de otros para sacar provecho de la situación. Por eso la lectura nos exhorta diciéndonos “ Algunos piensan que la piedad es un medio de lucro”. Hay que cuidarnos mucho de caer en la tentación de la codicia. Algunos por el amor al dinero que es la raíz de todos los males, y arrastrados por él, se han apartado de la fe y se han acarreado muchos sufrimientos.
Pablo no solo le hablo a Timoteo sino que también nos dice a nosotros, “Tu que eres hombre de Dios huye de estas cosas”, abre tus ojos, revisa tus sentidos, cuida y vigila tu corazón. “ Busca la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Combate el buen combate de la fe. Conquista la vida eterna, a la que fuiste llamado y que tú profesaste noblemente delante de muchos testigos”.

Pidámosle al Señor que nos ayude a buscar con sinceridad la justicia, fortalecer nuestra fe, y vivir como sus verdaderos discípulos para que atendiendo a su llamado encontremos el verdadero significado para qué fuimos creados.  

El evangelio resalta la labor de las mujeres en la evangelización de Jesus. Estas mujeres tenían algo en común,  “habían sido curadas de malos espíritus y de enfermedades”. Son mujeres que se sienten curadas por Jesús. Notemos que Jesús sin discriminar a la mujer la une a los doce apóstoles para llevar juntos la Palabra de Dios.

Como nos falta reconocer aquellas abuelas, madres, tías, vecinas, amigas quienes nos han ayudado a conocer más a Dios. Recordemos a María Magdalena quien tiene la primicia en el anuncio a los apóstoles de que Jesús ha resucitado. Está la valentía de Susana que prefiere morir antes que pecar y negar su amor por Cristo. Y otras muchas mujeres discípulas de Jesús, que gozaban de buena posición y le siguen ayudándole económica y materialmente.

Que hoy nosotras las mujeres nos sintamos amadas y sanadas por Jesús, El quien nos acompaña para ir juntos a predicar y transmitir la buena noticia desde la alegría y la humildad.

Mi amado Jesús, dame la gracia de tomar consciencia de mis heridas y enfermedades como también la humildad de reconocer que necesito ser sanado por ti. Que tu Santo Espíritu me impulse a moverme hacia ti para que Tú me sanes. Solo quien ha experimentado Tu poder sanador se convierte en Tu discípul@, y eso quiero ser. Entregarme totalmente a ti y a la causa del evangelio, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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jueves, 16 de septiembre de 2021

“Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor”

 




“Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor”


Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 12-16
Querido hermano:
Que nadie te menosprecie por tu juventud; sé, en cambio, un modelo para los fieles en la palabra, la conducta, el amor, la fe, la pureza.
Hasta que yo llegue, centra tu atención en la lectura, la exhortación, la enseñanza.
No descuides el don que hay en ti, que te fue dado por intervención profética con la imposición de manos del presbiterio.
Medita estas cosas y permanece en ellas, para que todos vean cómo progresas.
Cuida de ti mismo y de la enseñanza. Sé constante en estas cosas; pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan.
Palabra de Dios

A todos nos ha sucedido que tenemos más empatía con algunos predicadores que con otros. Algunos prefieren predicadores no tan regañones, otros los prefieren de su misma nacionalidad y que hablen en su idioma, otros que sus sermones u homilías no sean tan extensas, otros que den ejemplos concretos de cómo se practica la Palabra de Dios en sus vidas, otros prefieren los predicadores jóvenes, en fin.  

A esto se refiere la primera lectura. Pablo se da cuenta que algunos de los oyentes de Timoteo no le tenían en mucha consideración por ser demasiado joven. San Pablo le anima a que salve ese obstáculo. La mejor manera para ello es que sea un “modelo para sus fieles, en el hablar y en la conducta, en el amor, la fe y la honradez”.

Muchos de nosotros podemos saber los versículos de la Biblia de memoria. Eso no es lo que realmente importa. Hay que vivir aquello que predica. De lo contrario, correrá el peligro de que no se le haga caso… Pablo le da ánimo a Timoteo que no se preocupe por ser tan joven y predicar el mensaje de Cristo, más bien que se esfuerce en vivir aquello que predica. En mi caso por ejemplo, las grandes lecciones de vida me las han dado los jóvenes y los niños, y no necesariamente porque sean muy fervorosos y practiquen la religiosidad, sino porque ellos han experimentado el amor de Dios de otra manera y es por eso que cuando ellos se acercan a algún sacramento como por ejemplo la Eucaristía son más conscientes que hasta nosotros porque lo hacen.      
Las recomendaciones de Pablo a Timoteo no es solo para los predicadores. Todos nosotros tenemos una tarea y es cuidar los dones que el mismo Dios nos ha dado y es a través de la lectura de la Palabra, porque como dice San Jerónimo, “ El que no lee la Palabra de Dios, no conoce a Dios”. Pero además de leerla, ella nos anima y nos enseña; de la misma manera nosotros debemos de evangelizar a quienes tenemos a nuestro lado.

Salmo  110,7-8.9.10 R/. Grandes son las obras del Señor

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 7, 36-50
En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa. En esto, una mujer que había en la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con las lágrimas, se los enjugaba con los cabellos de su cabeza, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo:
«Si este fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando, pues es una pecadora».
Jesús respondió y le dijo:
«Simón, tengo algo que decirte».
El contestó:
«Dímelo, maestro».
Jesús le dijo:
«Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos le mostrará más amor?»
Respondió Simón y dijo:
«Supongo que aquel a quien le perdonó más».
Le dijo Jesús:
«Has juzgado rectamente».
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón:
«¿Ves a esta mujer? He entrado en tu casa y no me has dado agua para los pies; ella, en cambio, me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no mediste el beso de paz; ella, en cambio, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco».
Y a ella le dijo:
«Han quedado perdonados tus pecados».
Los demás convidados empezaron a decir entre ellos:
«¿Quién es este, que hasta perdona pecados?».
Pero él dijo a la mujer:
«Tu fe te ha salvado, vete en paz».
Palabra del Señor

En el evangelio vemos dos contrastes, el fariseo y la pecadora. De ambos aprendemos cosas muy valiosas.

La lectura nos dice que el fariseo Simón invita a Jesús a su casa, pero no lo toca, mantiene las distancias de seguridad. Admira a Jesús, quizás por eso lo invitó a su casa. Una cosa es admirar y otra cosa es conocer. Es por eso que el fariseo dice “Si este fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando, pues es una pecadora”. El fariseo es cortés,  mantiene en su posición, en otras palabras no se entrega.
La mujer pecadora da el primer paso: se introduce en la casa. Besa y unge a Jesús con perfume y lágrimas. No pierde el tiempo en averiguar “quién es”: se entrega sin condiciones. No justifica su conducta. Deja que fluyan las lágrimas. No pronuncia palabra. Su cuerpo entero se hace palabra. El fariseo tiene muchos prejuicios, se cree “ muy bueno “, y por no conocerse a profundidad desprecia lo que tiene frente a sus ojos. La mujer pecadora se conoce a profundidad, sabe que no es digna de estar allí pero se salta todos los prejuicios sociales y al acercarse a Jesus le expresa su cariño y no encontró otra manera mejor de demostrarlo que regándole los pies con sus lágrimas de arrepentimiento, con sus cabellos y con un perfume.

Jesús desde su misericordia intenta de ayudar a Simón y hacerle comprender su postura ante la mujer pecadora, le habla de dos deudores, uno con mucha deuda y otro con otra claramente inferior. El prestamista les perdona a los dos. Y hace caer en la cuenta a Simón que el de mayor deuda le amará más que el otro. Y concluye refiriéndose a la mujer pecadora y arrepentida: “Por eso te digo, sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor”. Y a ella le dijo: “Tus pecados están perdonados”. Quien ama… queda perdonado.

 No seamos como el fariseo que presumimos que Jesus hace parte de nuestra vida pero en verdad ni lo conocemos. Es imposible estar caminando con Jesús varias millas del camino y que nuestra vida siga de la misma manera.  No pidamos tantos milagros, menos  preguntas y más donación, menos sospechas y más lágrimas. Jesús nos muestra a todos el camino de su amor y de su perdón, solo es tener la actitud como la pecadora, entrega total y sin condiciones, no justifica su conducta porque se conoce a profundidad.  

Mi amado Jesús, tu corazón es tan grande que en él todos cabemos. No permitas que el orgullo y la soberbia que habitan en mi desprecie lo que tu traes para ofrecerme. Tu Señor ya has dado el paso en acercarte a mi, me has tendido la mano para levantarme y sostenerme,  regalame la humildad de tomar tu mano para caminar contigo sin preguntas, ni condiciones. Cerca de ti podré conocerme a profundidad porque Tu Palabra trae claridad a mi vida.  Dame la gracia de reconocer mis pecados y arrepentirme de ellos, que sienta el dolor profundo en las entrañas y a la vez experimente tu amor, porque el que conoce la gravedad del pecado y es perdonado descubre la inmensidad del amor, Amén.    

Dios te bendiga,

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miércoles, 15 de septiembre de 2021

El misterio de la Cruz es una invitación a la fe y a la solidaridad.

 



El misterio de la Cruz es una invitación a la fe y a la solidaridad.

Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 3, 14-16
Querido hermano:
Aunque espero estar pronto contigo, te escribo estas cosas por si tardo, para que sepas cómo conviene conducirse en la casa de Dios, ; quiero que es la Iglesia de Dios vivo, columna y fundamento de la verdad.
En verdad es grande el misterio de la piedad, el cual fue manifestado en la carne justificado en el Espíritu, mostrado a los ángeles, proclamado en las naciones, creído en el mundo, recibido en la gloria.
Palabra de Dios

Salmo 110, 1-2. 3-4. 5-6 R/. Grandes son las obras del Señor

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 19, 25-27
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre:
«Mujer, ahí tienes a tu hijo».
Luego, dijo al discípulo:
«Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.
Palabra del Señor


Lo que Pablo escribe a Timoteo está centrado en el misterio que veneramos. La piedad o misericordia de Dios por cada uno de nosotros que hasta lo llevó a enviar a su propio hijo, el verbo de Dios encarnado en la carne de Cristo y justificado por el Espíritu de Dios. Contemplado por los ángeles, recordemos que en el pesebre de Belén los ángeles lo contemplaban y lo adoraban. Cristo proclamó la buena noticia a todos, hasta los paganos, creído en el mundo, y llevado a la gloria. El amor de Dios se hizo palpable y a través de la fe podemos decir que Dios está cerca de nosotros posibilitando la cercanía de la intimidad de Dios.

En el salmo decimos “ Grandes son las obras de Dios”. El salmista nos urge a considerarlas y entender que en la historia personal y comunitaria, hay que reconocer cómo Dios sigue actuando su salvación. Son dignas de estudio para quienes las aman.

El misterio de la Cruz es una invitación a la fe y a la solidaridad. A la fe en el Dios que se ha abajado hasta someterse incluso a la muerte, y a la solidaridad que descubre el rostro de Cristo en los que sufren. Una de las frases de San Benito es “ Ora y trabaja”, esto es, no podemos ser solo adoradores, esforzarnos solo en la relación con Dios y descuidar la relación con los hermanos, no puede haber una relación solo vertical.  No olvides que la Cruz tiene una madera horizontal y otra vertical. Tampoco caigas en el error de solo servir y descuidar la oración. Si vas a servir y ayudar a los demás, entonces debes de llenarte primero de Dios y para eso hay que buscar la intimidad con El.

Cuando hemos pasado por el misterio del dolor, a veces no se necesita decir nada, pero como es de importante estar. Eso lo hizo Maria al pie de la cruz. Hoy nuestra iglesia celebra la memoria de la virgen Dolorosa y de hecho un rasgo esencial de la vocación de María es simplemente “estar”: en Caná de Galilea, al pie de la Cruz, en medio de la comunidad postpascual “María estaba allí”. Pero en ese simple y casi mudo estar de María las cosas no se quedan como están. Siempre pasa algo y algo bueno. Recordemos que en las bodas de Caná el agua se convierte en el vino nuevo. En Jerusalén la pequeña y débil comunidad de discípulos recibe el Espíritu Santo y sale a anunciar con valentía que Jesús es Señor y está vivo. Junto a la Cruz, en el momento de la muerte y la derrota, la presencia de María engendra nuevos vínculos de familiaridad. Jesús, el hijo de María, entrega al discípulo amado a María como hijo, y a ella al discípulo como Madre, quiere decir que todos, acogiendo a Cristo crucificado y permaneciendo al pie de la Cruz, nos convertimos en hermanos de Cristo, partícipes de su destino y, de su victoria.

Hoy el Señor nos exhorta a través de la Virgen Maria diciéndonos “ Tu sabes que cuento contigo y ...dónde tú estás?
Tú sabes que necesito tu presencia como hij@de Dios en la comunidad, en tu trabajo, en tu familia, en tu grupo de amigos no para señalar o juzgar, sino para llevar amor, paz, serenidad, esperanza, justicia y verdad. Necesito que estés presente en la comunidad viviendo tu fe que dices tener porque la comunidad se construye y se fortalece cuando se reúnen en mi Nombre. Esfuérzate dando un buen testimonio cristiano, no solo conmigo sino con los demás, porque en la cruz yo estaba unido al Padre y a la vez mis brazos estaban abiertos para acoger con amor a toda la humanidad. Eso es lo que te pido. Tu sabes que en tus fuerzas no podrás por eso te he dejado mi Espíritu para que sigas las pisadas de mi amor. Además, te deje a mi Madre, la Virgen María ella que al pie de la cruz padeció el dolor fuerte que es la oscuridad, aprende de Ella, unete a ella que fue mi primera discípula porque  ella al abrazar ese sacrificio redentor nació en ella la esperanza de la iglesia y de la humanidad. Amen.

Dios te bendiga

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     Sandra Yudy Zapata Escudero

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Santa Misa


 

martes, 14 de septiembre de 2021

En el mayor dolor brilla el mayor amor.

 


En el mayor dolor brilla el mayor amor.

Primera lectura
Lectura del libro de los Números 21, 4b-9
En aquellos días, el pueblo ese cansó de caminar y habló contra Dios y contra Moisés:
«¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin sustancia».
El Señor envió contra el pueblo serpientes abrasadoras, que los mordían, y murieron muchos de Israel.
Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo:
«Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes».
Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió:
«Haz una serpiente abrasadora y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla».
Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a alguien, este miraba a la serpiente de bronce y salvaba la vida.
Palabra de Dios


Salmo  77, 1-2. 34-35. 36-37. 38 R/. No olvidéis las acciones del Señor

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 13-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
«Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios».
Palabra del Señor


Algunas veces nos preguntamos porque Dios permite algunas cosas. Retomando una reflexión del Padre Pedro Justo Berrio donde nos invitaba a tener 5 actitudes frente al problema.
Abrazar el problema
Llenarnos de paz frente al problema
Ser pacientes y esperar que el problema madure
Poner fe a nuestra vida ante esta situación. Siempre hay un propósito Divino.
Llenarte de esperanza porque el problema no es para siempre.

Así como el Señor permite que algunas cosas nos sucedan también nos da el remedio. El pueblo Israelita fue incapaz de ver los signos de Dios a través de sus vidas. Recordemos que ellos estaban esclavizados en manos del faraón, Dios los libera a través de Moises y comienzan una travesía por el desierto para poder llegar a la tierra prometida. Vivir en el desierto no es fácil,  Dios quiere que su pueblo entienda que solo es posible vivir allí si confían sólo en Él. El pueblo no entendió esto sino que más bien empezó a renegar hasta llegar a decir “ ¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin sustancia”.

Recordemos las 5 actitudes ante el problema. Primero es muy importante ser conscientes que estamos en una situación que no podemos controlar, en vez de rechazar esa dificultad, abrazala, pídele al Señor que la abrace contigo. El acto de abrazarla es tomar esa cruz como lo hizo nuestro Señor Jesucristo, con paz, con serenidad, teniendo la seguridad que no estamos solos ante esa situación. Pedirle al Señor la gracia de la paciencia, porque el tiempo de Dios es perfecto. Si el problema no se ha solucionado, no te preocupes, el Señor aún sigue trabajando en el, dejalo que madure, no estropees el trabajo de Dios. Ante cualquier dificultad, recuerda que siempre hay un propósito Divino. No preguntes el porqué sino el para qué. Que debo de aprender de esta situación,  Dios que me quiere decir a través de esta dificultad, que hay dentro de mi que aun necesita ser sanado. Por último, llénate de esperanza, acuérdate que el problema no es para siempre. Recuerda la vez que tuviste un problema y no sabias como solucionarlo, ahora es solo un recuerdo, algo más que viviste y aprendiste.

En algunos países hoy se celebra la exaltación de la Santa Cruz. Desde el primer Viernes Santo, la cruz es nuestra señal, nuestra victoria. En ella recordamos la pasión y muerte de Jesús: “Lo arrancaron de la tierra de los vivos; por los pecados de mi pueblo lo hirieron”. Pero, sobre todo,  es trono de exaltación; así lo canta la liturgia: “Oh cruz fiel, árbol único en nobleza”, “Este es el árbol de la cruz en que estuvo clavada la salvación del mundo”.

La fiesta es llamada de la exaltación, y así lo proclama la Palabra. Aparece la imagen de la serpiente del desierto; mirarla era quedar curado. Recoge la expresión el Evangelio: “Como Moisés en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna”. Lo comenta San Pablo: primero, “se despojó de su rango”, en la Encarnación; luego, “se rebajó hasta someterse a una muerte de cruz”; y, por eso, “Dios lo levantó sobre todo, de modo que toda lengua proclame “Jesús es el Señor”. Muere el inocente, y carga con los pecados de todos. Es condenado, y él no condena sino que perdona. En el mayor dolor brilla el mayor amor.

Jesús acepta la cruz por obediencia. Asume el mal que le lleva a la cruz y lo destruye con el poder de su amor. Por eso, a los cristianos sólo nos queda contemplar, mirar, agradecer, adorar, aceptar  esta cruz. Es fácil llevar una cruz en una cadena colgada del cuello, pero es difícil seguir las pisadas de Jesus.  Una vez alguien me preguntó, ¿Porque siempre llevas en el cuello una imagen de la cruz? Y le dije “ No solo porque soy Cristiano sino porque no se me puede olvidar el gran amor que Cristo dejó en la cruz para darme vida y salvación “.  

Oracion a la Santa Cruz de Jesucristo

Dios todo poderoso
que habéis sufrido la muerte
sobre el árbol de la cruz,
por nuestros pecados,
acompáñadme,
Santa Cruz de Jesucristo,
ten piedad de mí.

Santa Cruz de Jesucristo,
rechazad de mi toda arma cortante y de fuego.
Santa Cruz de Jesucristo,
derramad sobre mi todo bien.
Santa Cruz de Jesucristo,
descartad de mi todo mal.

Santa Cruz de Jesucristo,
haced que alumbre el camino de la salud.
Santa Cruz de Jesucristo,
rechazad de mi todo atentado de muerte.
Santa Cruz de Jesucristo,
presérvame de accidentes corporales y temporales.
Que yo adore la Santa Cruz de Jesucristo por siempre;
Jesús de Nazaret crucificado, tened piedad de mí.
Haced que el Espíritu maligno y nocivo,
se aparte de mí, por los siglos de los siglos.
Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!



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