viernes, 17 de septiembre de 2021

Quien ha experimentado el poder sanador de Cristo, se convierte en su discípulo.

 



Quien ha experimentado el poder sanador de Cristo, se convierte en su discípulo.

Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 6,3-12
Querido hermano:
Esto es lo que tienes que enseñar y recomendar.
Si alguno enseña otra doctrina y no se aviene a las palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad, es un orgulloso y un ignorante, que padece la enfermedad de plantear cuestiones inútiles y discusiones sobre palabras; de ahí salen envidias, polémicas, blasfemias, malévolas suspicacias, altercados interminables de hombres corrompidos en la mente y privados de la verdad, que piensan que la piedad es un medio de lucro.
La piedad es ciertamente una gran ganancia para quien se contenta con lo suficiente. Pues nada hemos traído al mundo, como tampoco podemos llevarnos nada de él. Teniendo alimentos y con qué cubrirnos, contentémonos con esto.
Los que quieren enriquecerse sucumben a la tentación, se enredan en un lazo y son presa de muchos deseos absurdos y nocivos, que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males, y algunos, arrastrados por él, se han apartado de la fe y se han acarreado muchos sufrimientos.
Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de estas cosas. Busca la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Combate el buen combate de la fe. Conquista la vida eterna, a la que fuiste llamado y que tú profesaste noblemente delante de muchos testigos.
Palabra de Dios


 Salmo 48, 6-8. 9-10. 17-18. 19-20 R/. Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 8,1-3
En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del reino de Dios, acompañado por los Doce, y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos y de enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes; Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.
Palabra del Señor

Cuando vamos a unas exequias, osea a un funeral, recordamos que al mundo hemos venido sin nada y de él nos iremos sin nada. Pero también podemos decir que ante Dios seremos juzgados por el amor. Cristo es la esencia del amor y si nos unimos a Él entonces Dios vivirá y reinará en nosotros, lo que significa que El llene nuestra vida y El mismo quitara todo aquello que nos estorba y nos nos deja ser verdaderos hij@s de Dios como es la codicia, la vanidad, la fama, el ser el centro del ombligo.

Una de las señales que todo verdadero discípulo de Cristo debe tener es la piedad. La piedad es estar tan unido a Cristo que su dolor sea nuestro dolor, que a través de la oración descubramos su corazón que abraza a los más pequeños e indefensos y como consecuencia de nuestra unión con El entonces nosotros respondemos al llamado que Él nos hace. Es triste darse cuenta como algunos utilizan las necesidades de otros, los dolores de otros para sacar provecho de la situación. Por eso la lectura nos exhorta diciéndonos “ Algunos piensan que la piedad es un medio de lucro”. Hay que cuidarnos mucho de caer en la tentación de la codicia. Algunos por el amor al dinero que es la raíz de todos los males, y arrastrados por él, se han apartado de la fe y se han acarreado muchos sufrimientos.
Pablo no solo le hablo a Timoteo sino que también nos dice a nosotros, “Tu que eres hombre de Dios huye de estas cosas”, abre tus ojos, revisa tus sentidos, cuida y vigila tu corazón. “ Busca la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Combate el buen combate de la fe. Conquista la vida eterna, a la que fuiste llamado y que tú profesaste noblemente delante de muchos testigos”.

Pidámosle al Señor que nos ayude a buscar con sinceridad la justicia, fortalecer nuestra fe, y vivir como sus verdaderos discípulos para que atendiendo a su llamado encontremos el verdadero significado para qué fuimos creados.  

El evangelio resalta la labor de las mujeres en la evangelización de Jesus. Estas mujeres tenían algo en común,  “habían sido curadas de malos espíritus y de enfermedades”. Son mujeres que se sienten curadas por Jesús. Notemos que Jesús sin discriminar a la mujer la une a los doce apóstoles para llevar juntos la Palabra de Dios.

Como nos falta reconocer aquellas abuelas, madres, tías, vecinas, amigas quienes nos han ayudado a conocer más a Dios. Recordemos a María Magdalena quien tiene la primicia en el anuncio a los apóstoles de que Jesús ha resucitado. Está la valentía de Susana que prefiere morir antes que pecar y negar su amor por Cristo. Y otras muchas mujeres discípulas de Jesús, que gozaban de buena posición y le siguen ayudándole económica y materialmente.

Que hoy nosotras las mujeres nos sintamos amadas y sanadas por Jesús, El quien nos acompaña para ir juntos a predicar y transmitir la buena noticia desde la alegría y la humildad.

Mi amado Jesús, dame la gracia de tomar consciencia de mis heridas y enfermedades como también la humildad de reconocer que necesito ser sanado por ti. Que tu Santo Espíritu me impulse a moverme hacia ti para que Tú me sanes. Solo quien ha experimentado Tu poder sanador se convierte en Tu discípul@, y eso quiero ser. Entregarme totalmente a ti y a la causa del evangelio, Amén.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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