jueves, 23 de septiembre de 2021

¿Por qué es importante creer en Dios y en su Hijo Jesucristo?


 ¿Por qué es importante creer en Dios y en su Hijo Jesucristo?


Primera lectura
Comienzo de la profecía de Ageo 1, 1-8
El año segundo del rey Darío, el día primero del mes sexto, la palabra del Señor fue dirigida a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y a Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote, por medio del profeta Ageo:
«Esto dice el Señor del universo: Este pueblo anda diciendo:
"No es momento de ponerse a construir la casa del Señor"».
La palabra del Señor vino por medio del profeta Ageo:
«¿Y es momento de vivir en casas lujosas mientras el templo es una ruina?
Ahora pues, esto dice el Señor del universo:
Pensad bien en vuestra situación. Sembrasteis mucho, y recogisteis poco, coméis y no os llenáis; bebéis y seguís con sed; os vestís y no entráis en calor; el trabajador guarda su salario en saco roto.
Esto dice el Señor del universo: Pensad bien en vuestra situación. Subid al monte, traed madera, construid el templo. Me complaceré en él y seré glorificado, dice el Señor».
Palabra de Dios


En la primera lectura nos habla que el pueblo judío ha podido volver a su tierra, a Palestina, después del exilio en Babilonia. El profeta Ageo se da cuenta que estos judíos se preocupan principalmente de reconstruir sus casas, de trabajar la tierra para obtener sus frutos… olvidándose de construir a Dios su Templo. Esto fácilmente nos sucede a nosotros, tratamos de construir nuestra vida sin Dios, entonces le damos más peso al descanso, la pereza, el trabajo, la familia, las diversiones, y los amigos que hasta al mismo Dios.

Ageo nos recuerda que no les va bien así en sus trabajos temporales, olvidándose de Dios: “Sembrasteis mucho y cosechasteis poco, comisteis sin saciaros… y el que trabaja a sueldo recibe la paga en bolsa rota”. Por eso, les apremia a construir la casa de Dios. “Subid al monte, traed maderos, construir el Templo”.  

La lección para nosotros los cristianos es que hemos de hacer que nuestro corazón sea el Templo de Dios, para que desde ahí Dios guíe todas nuestras acciones y nuestros pasos. El tiene el poder de reorganizar nuestras prioridades, de ponerle orden a nuestra vida y que ella tenga equilibrio. Nada ni nadie nos puede apartar de Dios ni de su Hijo Jesucristo. Recordemos que Jesus nos dijo: “Vosotros buscad primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura”.

Salmo Sal 149,1-2.3-4.5-6a.9b R/. El Señor ama a su pueblo

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 7-9
En aquel tiempo, el tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba sobre Jesús y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes se decía:
«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?».
Y tenía ganas de verlo.
Palabra del Señor


El evangelio nos trae a Herodes quien está interesado en conocer a Jesús, pero será solo por curiosidad? ¿Qué es lo que realmente lo motiva a conocerlo? será su mensaje o más bien saber quien es su rival?

Todos sabemos que Herodes tenía temor de perder el poder,  terminó haciendo lo que no debía de hacer como era matar a un profeta. Herodes no tenía prudencia y además vivía del qué dirán porque a pesar de que “ apreciaba “ a Juan Bautista no se contuvo a la hora de ordenar que le llevasen su cabeza en una bandeja.
 
Jesus tenía algo muy especial, no solo por ser el Hijo de Dios sino porque es el mismo Dios y por eso trataba con amor especial a los pobres, a los afligidos, prometía un camino que llevaba a la alegría en esta tierra y a una felicidad total después de nuestra muerte, porque también anunciaba su resurrección y la de todos nosotros… Su fama llegó al virrey Herodes: “A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas. Y tenía ganas de verlo”.
La motivación de Herodes era solo curiosidad y el temor a que este nuevo profeta le pudiese echar en cara la muerte de Juan. Herodes enceguecido por su avaricia del poder no permitió que su corazón oyera a Jesus para que su vida cambiara.

Tú que estás leyendo esta meditación pregúntate, ¿por qué es importante creer en Dios y en su Hijo Jesucristo? Si ya has caminado algunas millas con Él, lo sientes como tu amigo? ¿Te sientes salvado por Cristo? ¿Te sientes amado por Cristo?  ¿Tú has dejado que el Señor te haya cambiado tu vida? o será que sigues apegado al dolor y sufrimiento y le tienes hasta el monumento de las lamentaciones. ¿Reconoces a Jesús que es la vida y la salvación, amor y esperanza, luz y reconciliación?

Mi amado Jesús, así como tú fuiste un amigo fiel al San Pío de Pietrelcina, que por su intersección alcance a ser un testigo fiel de fe y de amor. Fiel a tus enseñanzas, a ser obediente a tus designios para poder cumplir tu voluntad desde el amor. Que mi corazón se llene de ti y ser templo de tu Santo Espíritu. Ordena mis deseos, mis acciones, mi vida para que haya equilibrio y sea un verdadero testigo del poder de Dios.  No permitas que nada ni nadie me aparte de Dios ni de ti. Me aferro a esta promesa “ busquen primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura”, lo creo y lo espero en tu Nombre, Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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