Al nacer de nuevo mi palabra, caminar, mirar y obrar tienen un propósito distinto, glorificar a Dios.
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 32-37
" El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común. "
Salmo 92, 1ab. 1c-2. 5 R/. El Señor reina, vestido de majestad
Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 7b-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu». Nicodemo le preguntó:
«¿Cómo puede suceder eso?». Le contestó Jesús: «¿Tú eres maestro en Israel, y no lo entiendes? En verdad, en verdad te digo: hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero no recibís nuestro testimonio. Si os hablo de las cosas terrenas y no me creéis, ¿cómo creeréis si os hablo de las cosas celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna».
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 32-37
" El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común. "
Salmo 92, 1ab. 1c-2. 5 R/. El Señor reina, vestido de majestad
Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 7b-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu». Nicodemo le preguntó:
«¿Cómo puede suceder eso?». Le contestó Jesús: «¿Tú eres maestro en Israel, y no lo entiendes? En verdad, en verdad te digo: hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero no recibís nuestro testimonio. Si os hablo de las cosas terrenas y no me creéis, ¿cómo creeréis si os hablo de las cosas celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna».
Palabra del Señor
Señor qué grande es tu sabiduría porque es a través de ella que nos vas llevando al conocimiento y la voluntad de Dios. Hoy me enseñas que la unidad de pensamiento y de corazón en la comunidad cristiana se da por el compartir el único tesoro que es Cristo resucitado. La iglesia que la formamos todos nosotros está cimentada por la roca que es Cristo y al ser alimentada por el Espíritu Santo ha de llegar a ser lugar de acogida, misericordia, crecimiento, unidad, labor misionera, entrega confiada.
Tú Señor me has dado la primera comunidad que es mi familia, ayúdame a cuidarla, protegerla, que sea casa de oración, de misericordia, de perdón, de amor y respeto. Que seas Tu el centro de ella para que pongas en orden nuestras vidas regalándonos la gracia de la docilidad en la voluntad, para que seamos capaces de ser flexibles, ofrecer el regalo del perdón fácilmente, y crecer en la capacidad de amar. De esta manera nuestra alma se eleva conforme al Espíritu Santo de Dios porque al nacer de nuevo mi palabra, caminar, mirar y obrar tienen un propósito distinto, glorificar a Dios.
Dios te bendiga,
¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!
--
†
Que la
paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en
el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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