lunes, 12 de junio de 2017

Las bienaventuranzas es el anuncio del gozo que Dios ofrece a sus hijos a quienes deciden vivir a la manera de Cristo.


2 Corintios 1, 1-7

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a la Iglesia de Dios que está en Corinto y a todos los santos que residen en toda Acaya: os deseamos la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios del consuelo! Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios. Si los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, gracias a Cristo rebosa en proporción nuestro ánimo. Si nos toca luchar, es para vuestro aliento y salvación; si recibimos aliento, es para comunicaros un aliento con el que podáis aguantar los mismos sufrimientos que padecemos nosotros. Nos dais firmes motivos de esperanza, pues sabemos que si sois compañeros en el sufrir, también lo sois en el buen ánimo.
Palabra de Dios


Que hermosa lectura del dia de hoy. Tenemos una Padre de misericordia y Dios de consuelo. Primero reflexionemos  que es un Padre lleno de misericordia, un Padre que nunca se cansara de ofrecernos su perdón por mas pecados y equivocaciones que tengamos. Porque El nos ofrece su misericordia? Para que tengamos vida eterna con él después de la muerte. Solo el que comprende el significado después de la muerte reconoce y acepta la misericordia de Dios aquí y ahora.

Ayer celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad, que no es más que el amor de Dios, Dios Padre que nos crea con amor, Dios Hijo que nos redime o salva por amor y Dios Espíritu Santo que nos impulsa hacer obras buenas con y por amor.

La lectura nos dice que tenemos un Dios de consuelo, Dios nos da este hermoso regalo del consuelo para que superemos la tristeza. Pero realmente qué es consolar? Consolar es reconstruir algo que ha quedado en ruinas después de un fracaso, de un dolor profundo, una decepción fuerte o de una pérdida irreparable. Entonces cómo se puede reconstruir o que se necesita para reconstruir algo que ha quedado destruido? Se necesita que haya comprensión, paciencia, ternura, sabiduría para reconocer cuales son las cosas que deben seguir en pie y cuales definitivamente deben ser removidas.

Dios es un excelente consolador, Él quien nos creó nos conoce muy bien.  Lo más maravilloso es que Dios se hace presente en el rostro concreto de un buen amigo quien no te juzga, no te critica pero que te hace ver los errores, de esta manera Dios demuestra su misericordia para que recapacites que estas haciendo con tu vida. También Dios se hace presente en los momentos difíciles a través de alguien que te ofrece su consuelo para que no te sientas solo y te de animo para que sigas adelante.

Que maravilloso es tener un Dios que nos ama y que nos ofrece Su amor desde la misericordia y consuelo.

En la actualidad, tenemos que reconocer cómo los cristianos son perseguidos y asesinados en las diferentes partes del mundo por ser “ Cristianos “. Pero también hay otras maneras de persecución al ser excluirlos no dejándolos  participar en medios políticos y públicos.

Hace pocos días me sorprendí en un partido de fútbol que en memoria del atentado de Londres un grupo de Arabia Saudí ignoraron un minuto de silencio. Este gesto era una manera de consolar a los seres queridos de estas personas fallecidas. Que triste pero hasta donde estamos llegando que nos importa muy poco el dolor y sufrimiento del otro. Hasta donde estamos llegando!

Salmo 33 " Gustad y ved qué bueno es el Señor. "

Mateo 5,1-12

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: "Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros."
Palabra de Dios
Te alabamos Señor


Las bienaventuranzas es el anuncio del gozo que Dios ofrece a sus hijos a quienes deciden vivir a la manera de Cristo.

Es un poco paradójico escuchar “ felices a los pobres, los sufridos, los mansos o los perseguidos “. Cierto que es una contradicción abierta y casi desafiante a los valores y estilos que vemos triunfar en el mundo.

No vamos muy lejos, en los mensajes publicitarios que nos dicen “ Encuentra la paz que tanto anhelas viviendo en este lujoso lugar “, “Este es el lugar perfecto para que disfrutes en familia “.  “ Lo que estabas esperando “. El mundo nos ha enseñado que para alcanzar la felicidad, la paz, el amor, el bienestar está en las cosas de afuera, en el tener y en el comprar.

El ser humano busca la alegría y es un eterno buscador del amor. Desea vivir en paz y ser inmortal. Es por eso que busca la alegría en las cosas que le dan satisfacción y seguridad como por ejemplo los bienes materiales. Estoy alegre si puedo hacer el viaje que quiero, estoy alegre si tengo el trabajo que quiero, estoy alegre si tengo en el banco cierta cantidad de dinero, estoy alegre si puedo hacer lo que me da la gana, estoy alegre si soy reconocido ante una sociedad y me admiran. Pero cuántos pueden decir …. Estoy alegre porque tengo a Dios en mi corazón? Como dice Santa Teresita del Niño Jesús “ A quien Dios tiene nada le falta “.

El ser humano es un eterno buscador del amor. Fuimos creados para amar, pero no desde ese amor erótico, egoísta, que solo busca la satisfacción personal. El verdadero amor es aquel que nos invita a salir de nosotros mismos y dar la vida por el hermano. El amor desde el servicio, la entrega, la paciencia, el perdón, llevar consuelo y esperanza a aquellos que están cansados y agobiados de la vida. Amar es salir de nuestro pequeño mundo para encontrarse con el otro. Es escuchar con el corazón,  mirar al otro con misericordia, hablar con bondad y hacer obras de amor.

Pero también el ser humano busca la paz, paz que no se encuentra en la fortaleza de las cuentas bancarias, la paz no se encuentra en las comodidades que podamos tener, paz no se encuentra en la estabilidad en una relación afectiva. La paz solo la da nuestro Señor Jesucristo cuando  tu le permites que él viva y reine en tu vida. Problemas siempre van a existir, pero los problemas se enfrentan de una manera diferente si tienes a Dios en tu corazón. Bien lo decía Jesús “ Mi paz os dejo y mi paz os doy, no como la da el mundo “.

Por último el ser humano busca la inmortalidad. Escuchamos algunos que orgullosamente hablan acerca de sus apellidos, lo que hicieron sus bisabuelos, abuelos y piensan que esta tradición es motivo de orgullo porque hicieron muchas cosas para que fueran vistas por los demás. Algunas familias piensan que el mejor legado para sus hijos es la fortuna que está representado en propiedades y cuentas bancarias. En la vida he aprendido que el mejor legado que uno le pueda dejar a sus hijos son los valores cristianos como es la honestidad, el amor, el servicio, el perdón, la caridad y alimentar la vida espiritual.

Por eso es motivo de escándalo al escuchar que  felices son los pobres, los sufridos, los mansos o los perseguidos . Lo que significa ser felices los pobres son aquellos quienes reconocen que necesitan a Dios. Felices los sufridos porque Dios los consuela y les da su amor. Felices los mansos porque no viven de apariencias y tienen la dicha de vivir desde la libertad. Felices los perseguidos porque anuncian con alegría el mensaje de Cristo que es la verdad y la libertad y desean que otros también tengan esta hermosa experiencia sanadora y liberadora.

Señor qué gran desafío me invitas a que tome, ir en contracorriente. Esto significa sacrificio y morir a mi mismo. Dame la gracia Señor de tener un corazón pobre para reconocer que te necesito, la capacidad de afligirme por el dolor de los demás, de ser humilde y manso como lo fuiste Tu para dejarme guiar por tu Espíritu Santo, y evangelizar con alegría y entusiasmo la buena noticia para que otros tengan la hermosa experiencia de un Dios sanador y liberador, Amen, Amen, Amen.

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!

Tarea : Dar palabras de consuelo a quien lo necesite

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