martes, 13 de febrero de 2018

Hay levadura buena como la Palabra de Dios y levadura de los fariseos que hace mucho daño….



Santiago 1,12-18

Queridos hermanos: Dichoso el hombre que soporta la prueba, porque, una vez aquilatado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que lo aman. Cuando alguien se ve tentado, no diga que Dios lo tienta; Dios no conoce la tentación al mal y él no tienta a nadie. A cada uno le viene la tentación cuando su propio deseo lo arrastra y seduce; el deseo concibe y da a luz el pecado, y el pecado, cuando se comete, engendra muerte. Mis queridos hermanos, no os engañéis.

Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni períodos de sombra. Por propia iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas.
Palabra de Dios

Hoy la primera lectura nos deja claro que Dios no es quien nos envia las tentaciones, sino que en nosotros al vivir en el pecado, nuestro propio deseo nos arrastra y seduce hacia el.

Es importante saber esto, porque muchos cometemos este error al decir “ de Dios viene la tentación, y justificamos esto cuando decimos que es porque Dios necesita saber cuanto lo amamos “.   Como dice la lectura “  Dios no conoce la tentación al mal y él no tienta a nadie “.

Seguramente muchas veces lo decimos porque queremos justificar nuestro comportamiento. Entonces terminamos diciendo cosas como esta “ Dios me puso una prueba tan difícil que no la pude soportar.” Y entrar luego a quejarnos de la dureza de la vida o cobijarnos todos en la fragilidad humana.

Hoy Santiago nos quiere exhortar al decirnos que debemos ser honestos con nosotros mismos. No le echemos la culpa a Dios, al amigo, a la situación que nos rodea, no podemos escabullirnos tan fácilmente con el pecado. Ser honestos implica buscar dentro de nosotros mismos, ir a la raíz de nuestras fallas, entrarnos al profundo de nuestro corazón.

Mañana que comenzamos la cuaresma con el Miércoles de Ceniza,  sea el tiempo para ser honestos con nosotros mismos y buscar en el fondo de nuestro corazón que es lo que me impide crecer en la relación con Cristo.

Salmo 93 " Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor. "
Marcos 8,14-21

En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían más que un pan en la barca. Jesús les recomendó: "Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes." Ellos comentaban: "Lo dice porque no tenemos pan." Dándose cuenta, les dijo Jesús: "¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿No acabáis de entender? ¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los oídos si no oís? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Os acordáis?" Ellos contestaron: "Doce." "¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?" Le respondieron: "Siete." Él les dijo: "¿Y no acabáis de entender?"
Palabra de Dios


Hoy Jesús nos pide "Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes."

Si recordamos en otro pasaje de la Biblia, Jesús nos habla acerca de una mujer que amasa la harina y le hecha levadura para que esta crezca. Si comparamos con esa levadura y la de hoy del evangelio, vemos que existen dos levaduras. Una levadura buena que es la del evangelio, y la otra que es la de los fariseos y la de herodes, osea una levadura que no es buena.

Si retomamos la levadura buena que es la del Evangelio, osea la Palabra de Dios acompañada con un buen testimonio de vida, fácilmente logra un resultado muy grande y bueno. De la misma manera la levadura mala, logra un resultado también grande pero daña. Quizás para ambos casos utilizan la misma estrategia para difundir. 

Demos el caso de las redes sociales, algunos las utilizamos para evangelizar y llevar el mensaje de Dios a otros, como otros utilizan este medio para hacer el mal, por ejemplo acabar con la honra y el nombre de alguien, para dar informaciones que no son veraces o que tienen la intención de generar duda, entre otros males.

Es por eso que hoy el evangelio nos enseña que no solo es importante utilizar un método para hacer las cosas, sino que lo más importante es conocer cual es la verdadera intención que tenemos para hacerlo. Algunas obras pueden comenzar y tener una buena intención, pero despues se puede perder el horizonte. Para que esto no suceda, nuestro corazón debe estar unido a Cristo, solo así tendremos los sentimientos, pensamientos y acciones como Cristo.  

Como decía San Ignacio de Loyola el cual su lema era “ Que todo lo que hagas sea buscando siempre la Gloria Divina “.

Purifiquemos nuestro corazón para que todo lo que hagamos busquemos la Gloria Divina, que el Nombre de Dios sea Santificado, que la Voluntad de Dios se realice, y que su Reino venga y habite en nuestro corazón.

Hoy vengo a tu Señor para que purifiques mis pensamientos, mis sentimientos, mi corazon, todo mi ser, porque aunque quiero seguirte desde mi ser, hay algo dentro de mi que me lo impide. Dame la voluntad de renunciar a mi mismo para poderte seguir. Es por eso que necesito de tu ayuda para que me liberes de las cadenas que no me permite establecer una relación sincera contigo.  Dame la gracia de hacer obras buenas en tu Nombre y que seas Tu iluminando mis sentimientos y mi caminar para siempre buscar la Gloria y el Honor tuyo, que el Nombre Tuyo sea Santificado, que la Voluntad tuya se realice, y que Tu Reino venga y habite en nuestro corazón.

Amen, Amen, Amen.

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!!

Tarea : Revisa en tu interior cual es tu verdadera motivación cuando haces el bien. Sera que buscas siempre la Gloria y el Honor para Dios?


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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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