miércoles, 12 de septiembre de 2018

Dios me llama desde la libertad, El quiere que construya mi vida tomando en serio lo que soy y lo que puedo ser.


1 Corintios 7, 25-31
Hermanos: Respecto al celibato no tengo órdenes del Señor, sino que doy mi parecer como hombre de fiar que soy, por la misericordia del Señor.
Estimo que es un bien, por la necesidad actual: quiero decir que es un bien vivir así.
¿Estás unido a una mujer? No busques la separación.
¿Estás libre? No busques mujer; aunque, si te casas, no haces mal; y, si una soltera se casa, tampoco hace mal. Pero estos tales sufrirán la tribulación de la carne. Yo respeto vuestras razones.
Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor.


Hoy quise tomar la reflexión de esta primera lectura del Padre Fray Nelson Medina que habla acerca del celibato. El dice lo siguiente:

“Sin duda, uno de los reclamos más frecuentes a la Iglesia en nuestra época se refiere al celibato obligatorio de los sacerdotes--una tradición que se remonta muchos siglos dentro de la Iglesia Católica en Occidente. Puede sorprendernos ver que el apóstol san Pablo recomienda el celibato no sólo para los ministros del pueblo santo sino para todos. No es una obligación, en este caso, pero sus razones han tenido un peso muy grande en la valoración que nuestra Iglesia tiene del celibato para los sacerdotes.

El punto central en la propuesta de Pablo es que si uno está enamorado de Dios, convencido del poder del Evangelio y deseoso de servir a Cristo siempre y en toda circunstancia, ello es más fácil y mejor para la persona que no tiene que agradar a una pareja. No desconoce Pablo los bienes del matrimonio ni habla nunca en contra de su dignidad y belleza pero es evidente a todos que una persona casada, cuando de veras quiere entregarse al Señor, a menudo halla dificultades en su propio cónyuge.

Es bueno saber que el celibato obligatorio para los sacerdotes podría terminar en la Iglesia Católica pues es una disposición que viene de la misma Iglesia y que Ella podría cambiar. Pero también es bueno saber lo que eso implica en términos de lo que hoy nos enseña san Pablo. Quizá lo que nos falta no es tanto un cambio en la ley sino un cambio en nuestra manera de amar al Señor.”

Salmo 44 " Escucha, hija, mira: inclina el oído."

Lucas 6, 20-26

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: "Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.  Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas."
Palabra de Dios
Te alabamos Señor

Hoy el evangelio nos trae las bienaventuranzas. Las bienaventuranzas realmente que es? Jesús nos habla de las bienaventuranzas porque El sabe muy bien que en algún momento nuestra vida, valga la redundancia nuestra vida se va volver trizas y El va estar allí para darnos consuelo.

Si revisamos cada bienaventuranza es preciosa,  "Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios “. Dichoso aquel quien solo confía en el señor, dichoso el que tiene a Dios en el primer lugar de su vida, dichoso el que ha encontrado a Dios en su corazón, dichoso aquel que puede afirmar “ sin Dios no soy nada “.  

“ Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.”, dichosos aquellos que les gustan las cosas de Dios, dichosos aquellos que buscan la verdad, dichosos aquellos que tiene hambre de conocer a profundidad a Dios. Dichosos los que por hambre toman tiempo para estar con Dios.

“ Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis.”, dichosos los que se unen al dolor de Cristo, dichosos los que sufren y se preocupan por los hermanos que están pasando dificultades, dichosos los que lloran por la indiferencia de algunos ante Dios, dichosos los que lloran por los niños que son abortados, dichosos los que viendo injusticias no callan.

“ Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre “. Dichosos que por seguir a Cristo nos rechacen, se burlen y nos insulten.

Como dice la lectura y la promesa que el Señor nos da “ Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas “. Entonces es más importante agradar a los hombres o a Dios que es nuestro creador?  

Agradar a los hombres es ir en contracorriente al mensaje de Cristo. El presente nos puede deslumbrar y hasta nos puede hacer pensar que nunca se va acabar. Hoy eres aplaudido y amado por unos, quizas mañana eres repudiado y rechazado por otros. Hoy tienes reconocimientos y mañana facilmente ya ni te conocen. Por eso no puedes absolutizar el presente. Dios es el que trae novedad a tu vida, si solo si te dejas llevar por El. El es quien abre un futuro, sana y libera tu pasado y también es quien convierte lágrimas de dolor en cantos de gozo, o risas de frivolidad en lamentos de duelo.

Jesús lo que quiere es que tomemos la decisión de ser felices o ser infelices. Hay que escoger, El quiere que escojamos, vida o muerte, alegría o tristeza, ser felices o infeliz, bienaventurado o malaventurado. Jesús nos muestra el lado de cada moneda, así como nos dice las bienaventuranzas también nos dice las Ay, osea de las malaventuranzas. Jesús pronuncia la verdad de las bienaventuranzas y además nos invita desde la libertad que debemos escoger, osea las bienaventuranzas. Si miramos con detenimiento Jesús está diciendo bienaventurados los que tienen grietas en su vida, los que se sienten tristes, los que tienen el mundo roto y despedazado porque desde su dolor se abren a la escucha del mensaje de Jesús. Los malaventurados son aquellos que construyen su vida sin Dios y es por eso que se cierran a la gracia de Dios. 

El Señor nos da libertad para que construyamos nuestra vida,  esto implica tomar en serio lo que somos y lo que podemos ser. Claro que desde la libertad vamos a tomar decisiones correctas y otras veces no, pero en esos errores que tomemos, Jesús que es el misericordioso va estar allí para levantarnos y darnos su amor.

Señor desde mi libertad me pides que tome una decisión como quiero construir la vida que tú me has dado. Tu lo unico que quieres es que yo sea feliz y es por eso que hoy me dices “ No importa si tu vida está rota, no importa si fracasaste como pareja, como madre, como hij@,  no importa si tu vida esta vuelta trizas, gracias por haberme encontrado y por venir hacia mi. Yo soy el pañuelo que limpia tus lágrimas, mis brazos te darán abrigo y en mi pecho sentirás lo mucho que te amo.  Yo soy quien te sana y te libera de tu pasado como también quien convertirá tus lágrimas de dolor en cantos de gozo, Amen, Amen, Amen.

Dios te bendiga,
Alabados ea Jesucristo!!!
Tarea: Como estas construyendo tu vida?

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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