Proverbios 30, 5-9
La palabra de Dios es acendrada, él es escudo para los que se refugian en él.
No añadas nada a sus palabras, porque te replicará y quedarás por mentiroso.
Dos cosas te he pedido; no me las niegues antes de morir: aleja de mí falsedad y mentira; no me des riqueza ni pobreza, concédeme mi ración de pan; no sea que me sacie y reniegue de ti, diciendo: "¿Quién es el Señor?"; no sea que, necesitando, robe y blasfeme el nombre de mi Dios.
Palabra de Dios
Te has preguntado cuales son las cosas que tu le pides a Dios? Normalmente cuando uno se empieza a acercar a Dios hace oraciones como estas “, Dios ayudame a ganarme la lotería para poder pagar las deudas, Dios ayudame a ganar el examen, a recuperar mi salud". Nuestra oración nace desde una necesidad que necesita ser suplida.
Hoy en la lectura vemos como estas súplicas o peticiones van más allá, no se queda meramente en lo terrenal. Bien lo decía nuestro Señor Jesucristo “ deseen primero los bienes del cielo y todo lo demás vendrá por añadidura “.
Retomando la lectura nos dice “ Dos cosas te he pedido; no me las niegues antes de morir: aleja de mí falsedad y mentira”. Esta petición es sabia porque es tomar la decisión de vivir en la verdad, tanto alejándonos de aquellos que son mentirosos y que nosotros tampoco vivamos en la mentira.
La segunda petición es "no me des pobreza ni riqueza, dame sólo lo necesario para vivir; no sea que la abundancia me aparte de ti y me haga olvidarte; no sea que la pobreza me obligue a robar y me lleve a ofenderte." . Es poner por encima de la necesidad material la unión con Dios; es decir, el criterio para gobernar las cosas temporales es no perder las eternas. Esto no significa conformismo. Hacer esta petición es desear vivir en sobriedad. La Pobreza me puede llevar a la desesperación y la riqueza a la soberbia, a la arrogancia y hasta olvidarme de Dios.
Pidámosle al Buen Dios que nos ayude a caminar en la verdad y vivir en la sencillez, para que nos pongamos en la misma ruta de Cristo, el Hijo del Dios vivo.
Salmo 118 " Lámpara es tu palabra para mis pasos, Señor"
Lucas 9, 1-6
En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles: "No llevéis nada para el camino: ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero; tampoco llevéis túnica de repuesto. Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si alguien no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa".
Ellos de pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Podríamos titular la reflexión de hoy como La Palabra de Dios antídoto que cura el alma.
Así como el ser humano sufre de enfermedades el alma también se enferma. Entre algunas enfermedades del ser humano encontramos problemas cardiacos, desórdenes alimenticios, desnutrición, fiebres, gripe, infecciones respiratorias, parálisis, sordera, pérdida de la visión, heridas, problemas respiratorios, depresión, agonía entre otras. Si vemos con detenimiento a nuestro alrededor es fácil encontrar también enfermedades del alma como es la soledad, la tristeza, el desánimo, el resentimiento, el orgullo.
Es por eso que ha veces cuando hay una enfermedad física y no se encuentra la raíz del problema que lo causa o cuando por más que se trate no hay ninguna mejora, podemos llegar a la conclusión que la raíz de esa enfermedad puede ser una enfermedad del alma. La razón es porque hay unidad entre el cuerpo y alma.
Si tomamos solo tres ejemplos como es la desnutrición, las heridas y la agonía como enfermedades fisicas y del alma vemos:
Todos sabemos que si una persona a su temprana edad no ha recibido la adecuada nutrición esto le puede dejar secuelas para toda la vida. Esto es que si no recibiste calcio cuando eras pequeño entonces ahora que tienes 16 años vas a tomar todo este calcio y asunto arreglado. Hay cosas que sí se pueden reparar y otras no tan fácilmente. Así como hay una desnutrición física por falta de vitaminas, también hay una desnutrición espiritual. Hay experiencias afectivas que son muy importantes y que nos ayudan a ser personas de carácter, con una personalidad segura de sí mismos. Por ejemplo los niños que han tenido que vivir alejados de sus padres, sin amor, sin cariño por un largo tiempo, son niños que al crecer les ha tocado colocar un caparazón donde no demuestran sentimientos porque no quieren ser vulnerables. Entonces son egoístas. Aquí por ejemplo el evangelio tiene que llegar de una manera muy potente para poder derribar el muro construido por ellos y sanar esas heridas profundas porque hay vacíos de amor paterno, porque hay sensaciones de abandono, porque hay miedos y angustias en ese corazón.
En el caso de las heridas, todos hemos pasado por ese camino, heridas como la humillación, la traición, el desamor, el rechazo. Por último la agonía, esta se refiere que es la última etapa de suspiro antes de morir. En el alma son lo sentimientos de frustración, pérdida de sentido y valor por la vida. En estos y en más casos vemos como es necesario que el evangelio llegue con poder, porque es la medicina que el mundo necesita. Un mundo que se debate en la soledad, en el dolor y en la necesidad.
Señor qué gran exhortación me haces en mi corazón. Hoy me pides que sea un testimonio vivo que Tu vives en mi. Mi primera comunidad que tu me entregas para que la cuide es mi propia familia, dame el valor de hacerlo, caridad para dejar que tu rostro brille en mis obras diarias, y amor, gotas de amor que debo poner en cada cosa que haga por los demás, eso es vivir en oración contigo. Tu esperas que viva en constante misericordia con los demás, porque así como hay enfermedades físicas, también existen enfermedades del alma como es la soledad, la tristeza, el desánimo, el resentimiento y el orgullo. Ayúdame a ser un buen servidor tuyo que anuncie la Buena Noticia para que esa Palabra de Dios que tiene poder sea la medicina para este mundo que se debate en la soledad, en el dolor y en la necesidad. Amen, Amen, Amen.
Dios te bendiga,
Alabados sea Jesucristo!!!
Dios te bendiga!!!
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† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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