viernes, 26 de octubre de 2018

Jesús nos invita a aprender a mirar así como El, desde una mirada atenta y progresiva, una mirada que es capaz de encontrar detrás de esa persona que falla, en ella también está la presencia de Cristo.


Efesios 4, 1-6
Hermanos:
Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.
Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.
Palabra de Dios

Hoy la Primera lectura Pablo nos invita a vivir en comunidad de la siguiente manera, debe brillar la humildad, debemos ser amables, comprensibles, sobrellevar las cargas de los demás y procurando mantener la unidad.
Recordábamos ayer la petición que le hace Pablo de rodillas a Dios, Robustecernos en el espíritu, enraizados en el amor, habitados por Cristo y llenos de sabiduría espiritual osea discernimiento.

Ayer comenzamos el grupo de oración de la comunidad y fue una experiencia muy especial, muy bonita. Cuando vivimos la fe en comunidad, la Fe, la Esperanza y la Caridad van creciendo en cada uno de nosotros. Es por eso que yo estoy de acuerdo e impulso los grupos de oración.

Cuando abrimos el corazón a los demás, cuando escuchamos al otro no solo con los oídos sino con el corazón, cuando dejamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida estamos dando el primer paso como es la humildad y de amabilidad. Comprender que cada uno tiene sus dificultades, temores, angustias y que gracias al amor me puedo poner en el lugar del otro donde comprendo que el otro también es importante. Que el mundo no solo gira a mi alrededor sino que hay otros que están cerca de mi y que necesitan de mi. Gracias al amor de Cristo podemos permanecer en la unidad, la Unidad que nos trae el Espíritu Santo de Dios. Cuando decimos un solo cuerpo y un solo espíritu es porque la Unidad que nos traer el Espíritu de Dios hace posible que cada uno haga parte y formemos  parte del Cuerpo de Cristo y el mismo Espíritu de Dios que habita en cada uno de nosotros hace posible que haya unidad a pesar de la diversidad que existe en la comunidad.

Pablo nos recuerda que tenemos un mismo Dios, una Fe y hemos recibido un bautismo. El Espíritu nos infunde el deseo de confesar juntos que hay "un solo cuerpo y un solo Espíritu,  un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Un solo Dios, Padre de todos, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo" (Ef 4, 4-6). Sentimos esto como un deber, como algo que debe hacerse para que "el mundo crea" (Jn 17, 21). Por eso un cristiano que divida y que no se abra al diálogo da mucho qué decir.

Algunos cristianos aún no ha podido comprender la acción o misión que tiene el Espíritu Santo. El Espíritu Santo de Dios es quien nos da los buenos sentimientos en el corazón para hacer obras en el Nombre de Dios, como por ejemplo hacer actos de perdón, de reconciliación, obras de caridad.

En la Encíclica sobre el Ecumenismo, Ut Unum Sint: "La fuerza del Espíritu de Dios hace crecer y edifica la Iglesia a través de los siglos. Dirigiendo la mirada al nuevo milenio, la Iglesia pide al Espíritu la gracia de reforzar su propia unidad y de hacerla crecer hacia la plena comunión con los demás cristianos. ¿Cómo alcanzarlo? En primer lugar con la oración. La oración debería siempre asumir aquella inquietud que es anhelo de unidad, y por tanto una de las formas necesarias del amor que tenemos por Cristo y por el Padre, rico en misericordia. La oración debe tener prioridad en este camino que emprendemos con los demás cristianos hacia el nuevo milenio. […] ¿Cómo alcanzarlo? Con la esperanza en el Espíritu, que sabe alejar de nosotros los espectros del pasado y los recuerdos dolorosos de la separación; Él nos concede lucidez, fuerza y valor para dar los pasos necesarios, de modo que nuestro empeño sea cada vez más auténtico. Si nos preguntáramos si todo esto es posible la respuesta sería siempre: sí. La misma respuesta escuchada por María de Nazareth, porque para Dios nada hay imposible."

Salmo 23 " Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor  "

Lucas 12, 54-59

En aquel tiempo, decía Jesús a la gente:
-«Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace.
Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?
Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel.
Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo. »
Palabra de Dios
Te alabamos Señor


Hoy el evangelio nos hace una fuerte exhortación porque Jesús nos llama hipócritas porque “ si sabemos interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabemos interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabemos juzgar nosotros mismos lo que se debe hacer? “

Cuántas veces hemos escuchado una y otra vez los evangelios, algunas veces con explicaciones muy profundas y otras no tan profundas. Sabemos que nos dice, cual es la enseñanza, cuál es el mensaje que el señor nos quiere dar pero nos hacemos los desentendidos. Somos muy buenos en mirar a los demás, pero somos muy flojos en mirarnos a nosotros mismos. Reconocemos los errores de los demás, sus fallas, desaciertos, pero como nos cuesta de reconocer los propios. 

Hoy Jesús nos invita a aprender a mirar. A mirar que? en otras palabras a leer lo que te rodea? Mientras Pablo nos invitaba a mirar hacia adelante y hacia arriba, Jesús nos invita a mirar el entorno. Esto lo podemos confirmar cuando dice la lectura  “ Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino, no vaya ser que yendo al tribunal te vaya mal”.  Puede uno pensar que Jesús lo que quiere decir es que tengamos cuidado, porque?, Cuando vamos al tribunal, el mismo abogado nos advierte que debemos decir y que no debemos de decir. Algunos por ejemplo se confían en ellos mismos y están seguros que van a salir ganado el pleito. Esta seguridad se basa en ellos mismos, en sus capacidades. Jesús nos invita a buscar una conciliación con aquel que me esta poniendo pleito.

Jesús nos invita hacer esto, porque cada uno que está envuelto en el pleito tiene su justificación para decir estoy en lo cierto y es el otro es el que está equivocado. Jesús quiere que nos volvamos a mirar reconociendo si realmente estamos seguros que somos inocentes, porque podría suceder que sea lo contrario. A veces por estar tan seguros de sí mismos podemos caer en el error, en encerrarnos en nuestras opiniones, en nuestros sentimientos, en nuestras acciones. Jesús quiere crearnos una duda sana.

Cuando estamos convencidos que estamos haciendo lo correcto, nos volvemos ciegos y sordos, no aceptamos objeciones. Jesús nos invita a aprender a mirar, a que no nos creamos tan buenos y tan inocentes. Jesús quiere que tengamos una buena autoestima pero tampoco que nos creamos tan buenas personas que perdamos la capacidad de escucha y de ver los errores que aún tenemos. Si comienzas a elogiarte, si elogias tus ojos no olvides que tus ojos también se equivocan, tu mirada también falla, no olvides que siempre tienes algo que aprender y a pesar de que los demás te injurien y levanten falsas calumnias, tendrás algo que aprender. 

Mi amado Jesús, hoy me pides que no solo me quede mirando mis pies, mi ombligo, hoy me pides que me levantate !, que mire de frente, mire adelante, mire lo que está por venir y además que mire arriba. Hoy descubro  la maravillosa vocación que he recibido. Hoy miro con esperanza mi vida porque no estoy solo, porque Dios habla a través de ella. Dame la gracia de mirar hacia adelante, mirar más al lado, mirar más al frente y mirar más profundo para descubrir en esa mirada progresiva, en esa mirada atenta y humilde poder encontrar que detrás de esa persona que falla y que te ha lastimado está también la presencia de Cristo.  Amen, Amen, Amen.

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!

Tarea: Pidamosle al Señor que nos ayude a tener una mirada profunda como El


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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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