lunes, 22 de abril de 2019

Ante la tumba vacía…..



Hechos 2,14.22-33  

El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: "Judíos y vecinos todos de Jerusalén, escuchad mis palabras y enteraos bien de lo que pasa. Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme al designio previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de paganos, lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él: "Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, exulta mi lengua, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia."
Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: El patriarca David murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy. Pero era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo; cuando dijo que "no lo entregaría a la muerte y que su carne no conocería la corrupción", hablaba previendo la resurrección del Mesías. Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, de lo cual todos nosotros somos testigos. Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo."Palabra de Dios
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: "Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros." Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.
Palabra de Dios
Jesús, hoy quieres que contemplemos la tumba vacía y recordar las palabras del ángel “no tengan miedo… ha resucitado”. Frente a la tumba vacía siento que ella trae a mi corazón desánimo, tristeza, me moviliza y me cuestiona,  pero a la vez tu quieres que mire más allá porque la tumba vacía me quiere animar a creer y a confiar que Dios “acontece” en cualquier situación, en cualquier persona, y que su luz puede llegar a los rincones menos esperados y más cerrados de la existencia.  Jesús, Tú ha resucitado, y quieres renovar nuestra fe, resucitar nuestra esperanza y creatividad para enfrentar los problemas presentes, porque sabemos que no vamos solos, Tu está en medio de nosotros, Amen.
 Dios te bendiga,


Salmo 15 " Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti"

Mateo 28,8-15  
En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: "Alegraos." Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo: "No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán."

 Seguimos con la celebración de la Pascua y esto se extiende hasta el próximo Domingo que es la fiesta de la Divina Misericordia. La Pascua es una fiesta de alegría, de gozo y de esperanza para las almas creyentes. Por eso en esta semana Octava de Pascua unámonos al regocijo universal contemplemos  y mejor amar a nuestro Divino redentor. Si tanto nos estremeció el corazón verle así destrozado en la Cruz, "que ni siquiera parecía humano" (Is 52,14), ahora, por razón de justicia, nos corresponde abrir el alma y reconocer su gran amor y aceptarlo a nuestro Adorable Dueño y Señor. Tal es el sentido de este Domingo de ocho días, de este Domingo inmenso, de este Domingo santo, solemne y grande, que se llama "Octava de Pascua".

 La primera lectura de hoy nos transporta del principio al final del tiempo llamado "pascual". Este tiempo litúrgico empieza con la Solemnidad misma de la Pascua y se prolonga hasta Pentecostés. Pues bien, precisamente desde el día de Pentecostés nos alcanza la palabra del apóstol Pedro: "A Jesús de Nazareth, que conforme a los planes y propósitos de Dios, fue entregado, ustedes lo mataron, crucificándolo por medio de hombres malvados. Pero Dios lo resucitó, liberándolo de los dolores de la muerte, porque la muerte no podía tenerlo dominado". Sin Pascua no hay Pentecostés, porque Cristo dijo: "si no me voy, el Paráclito no vendrá para estar con ustedes" (Jn 16,7). Pero sin Pentecostés no es posible recibir ni entender el misterio de la Pascua, pues dijo Cristo también: "Cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a la verdad completa... El Paráclito mostrará mi gloria, porque recibirá de lo que es mío y se lo dará a conocer a ustedes" (Jn 16,13.14).  Así entendemos el vínculo íntimo entre el ascenso de Cristo desde el seno de la tierra, que se celebra en Pascua y el descenso del Espíritu desde el seno del Padre, que se celebra en Pentecostés. Cristo envía al Espíritu, y el Espíritu trae a nosotros el misterio, la presencia y la gracia de Cristo.

 Hoy el evangelio nos dice que las mujeres  impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. Estas mujeres primero se impresionaron pero la alegría de la resurrección hace que venzan el miedo. Recordemos que el ángel es quien se les aparece como un relámpago pero el mismo ángel las anima anunciando la victoria de Jesús sobre la muerte y enviándolas a que reuniera a los discípulos de Jesús en Galilea. Y en Galilea ellas podrán verle de nuevo. La alegría de la resurrección comienza a vencer el miedo. Se inicia el anuncio de la vida y de la resurrección.

Recordemos las palabras del resucitado " Alégrese ", " No tengan miedo " , " id a comunicad ", " vayan ", " allí me verán ".

Jesús se les aparece a las mujeres, nos podría sorprender esto y hasta preguntarnos porque Jesús no se le aparece primero a sus discípulos ? Recordemos que los discípulos estaban llenos de miedo y se dispersaron. Estas mujeres aunque tenían temor es más grande su amor y llenas de fe van hacia la tumba a visitar el cuerpo de Jesús. Cuando Jesús se les aparece ellas tienen miedo y además alegria. Jesús mismo va a su encuentro y dice: “¡Alégrense!”. Ellas se postran y adoran. Es la postura de quien cree y acoge la presencia de Dios, aunque sorprende y supera la capacidad humana de comprensión. Ahora Jesús mismo da la orden de reunir a los hermanos en Galilea: "No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.”

Estas mujeres no solo se quedan para mismas la Buena Noticia, sino que obedecen a Jesús, ellas van y comunican a los demás y la misión que Jesús les encomiendan ellas lo hacen " vayan a Galilea; que allí lo verán ".

Este evangelio que nos trae como enseñanza para nosotros. Primero recordemos que estas mujeres iban hacia el sepulcro pero como Él no estaba allí entonces nos lanza a nuevas direcciones. Cual es la nueva dirección que Él nos quiere llevar? la nueva dirección es a evangelizar, a compartir la buena nueva de la salvación. Jesús utiliza a estas tres mujeres para que nosotros aprendamos que es lo que se necesita para evangelizar. Jesús quiere que tengamos presente en la evangelización tres momentos que Él mismo tuvo con estas mujeres, encuentro, alegría y prisa. No podemos evangelizar si no tenemos estas tres encuentro, alegría y prisa.

Para evangelizar tu y yo necesitamos un encuentro personal con Cristo. Como vamos hablar de Cristo si no sentimos o hemos experimentado su amor, su misericordia, su perdón, su paz, el gozo que Él mismo nos da. No puedes hablar de alguien que tu no conoces.

Para evangelizar tu y yo necesitamos también alegria. Recordemos que estas mujeres llevaban alegría cuando salieron del sepulcro y cuando Jesús se encuentra con ellas vuelve y les dice “ alégrense”. No podemos enfocarnos más en los problemas que está viviendo nuestra iglesia, los abusos, la caída de vocaciones, el alejamiento de los jóvenes, los divorcios, los abortos, la eutanasia, el irrespeto por la vida, todo esto está pasando si, pero nosotros como evangelizadores debemos llevar la Buena Noticia a ese mundo que vive en desesperanza, la Buena Noticia es Alegría.  Alegría porque no estamos solos, que por más desolación, tristeza, y olor a muerte tengamos a nuestro alrededor, estamos alegres porque Cristo está en medio de nosotros.

Para evangelizar tu y yo necesitamos prisa. El mismo Papa Francisco nos invita a llegar primero, a salir de nuestras periferias, hay que llegar pronto porque no sabemos si aquella persona que está sufriendo depresión alcancemos a detenerlo, porque si la depresión llega primero que yo a esa persona fácilmente la depresión se adueña de la persona y termina en algo fatal. Si a esa persona le llega una ideología de un ateo, fácilmente vamos a tener otro ateo.

Jesús, hoy quieres que contemplemos la tumba vacía y recordar las palabras del ángel “no tengan miedo… ha resucitado”. Frente a la tumba vacía siento que ella trae a mi corazón desánimo, tristeza, me moviliza y me cuestiona,  pero a la vez tu quieres que mire más allá porque la tumba vacía me quiere animar a creer y a confiar que Dios “acontece” en cualquier situación, en cualquier persona, y que su luz puede llegar a los rincones menos esperados y más cerrados de la existencia.  Jesús, Tú ha resucitado, y quieres renovar nuestra fe, resucitar nuestra esperanza y creatividad para enfrentar los problemas presentes, porque sabemos que no vamos solos, Tu está en medio de nosotros, Amen.

 Dios te bendiga,
 


 Alabado sea Jesucristo!!!




-- Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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