miércoles, 10 de abril de 2019

Cual es tu pequeño imperio? los pequeños imperios humanos son aquellas cosas que no nos gustan que nos contradigan.



Daniel 3,14-20.91-92.95
En aquellos días, el rey Nabucodonosor dijo: "¿Es cierto, Sidrac, Misac y Abdénago, que no respetáis a mis dioses ni adoráis la estatua de oro que he erigido? Mirad: si al oír tocar la trompa, la flauta, la cítara, el laúd, el arpa, la vihuela y todos los demás instrumentos, estáis dispuestos a postraros adorando la estatua que he hecho, hacedlo; pero, si no la adoráis, seréis arrojados al punto al horno encendido, y ¿qué dios os librará de mis manos?" Sidrac, Misac y Abdénago contestaron: "Majestad, a eso no tenemos por qué responder. El Dios a quien veneramos puede librarnos del horno encendido y nos librará de tus manos. Y aunque no lo haga, conste, majestad, que no veneramos a tus dioses ni adoramos la estatua de oro que has erigido."
Nabucodonosor, furioso contra Sidrac, Misac y Abdénago, y con el rostro desencajado por la rabia, mandó encender el horno siete veces más fuerte que de costumbre, y ordenó a sus soldados más robustos que atasen a Sidrac, Misac y Abdénago y los echasen en el horno encendido. El rey los oyó cantar himnos; extrañado, se levantó y, al verlos vivos, preguntó, estupefacto, a sus consejeros: "¿No eran tres los hombres que atamos y echamos al horno?" Le respondieron: "Así es, majestad." Preguntó: "¿Entonces, cómo es que veo cuatro hombres, sin atar, paseando por el horno sin sufrir nada? Y el cuarto parece un ser divino."
Nabucodonosor entonces dijo: "Bendito sea el Dios de Sidrac, Misac y Abdénago, que envió un ángel a salvar a sus siervos que, confiando en él, desobedecieron el decreto real y prefirieron arrostrar el fuego antes que venerar y adorar otros dioses que el suyo."
Palabra de Dios


Daniel 3 " A ti gloria y alabanza por los siglos"

Juan 8,31-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: "Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." Le replicaron: "Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Seréis libres"?" Jesús les contestó: "Os aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque no dais cabida a mis palabras. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre."
Ellos replicaron: "Nuestro padre es Abrahán." Jesús les dijo: "Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre." Le replicaron: "Nosotros no somos hijos de prostitutas; tenemos un solo padre: Dios." Jesús les contestó: "Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió."
Palabra de Dios


Hoy la primera lectura nos trae dos grandes enseñanzas de parte del rey Nabucodonosor y de los tres jóvenes Sidrac, Misac y Abdénago.

Recordemos lo que dice la lectura que el rey intimido a estos tres muchachos diciéndoles que tenían que adorar a una estatua que él había hecho y si no lo hacían ellos serian arrojados al horno encendido “. Los muchachos desobedecen al rey y le dijeron "Majestad, a eso no tenemos por qué responder. El Dios a quien veneramos puede librarnos del horno encendido y nos librará de tus manos. Y aunque no lo haga, conste, majestad, que no veneramos a tus dioses ni adoramos la estatua de oro que has erigido.".

El rey Nabucodonosor que es idolatra utiliza las armas de la idolatría como es la seducción y el temor para que accedan a sus peticiones. Los Jóvenes lo que hacen es defender su fe. Ellos ponen su confianza en Dios al decir “ El Dios a quien veneramos puede librarnos del horno encendido “, pero a renglón seguido afirman   “ Y aunque no lo haga, conste, majestad, que no veneramos a tus dioses ni adoramos la estatua de oro que has erigido “. La fe nos lleva primero a arrojarnos y a confiar pero luego esta fe llega a toda su pureza cuando ella misma es probada, osea es afirmar “ me vaya bien o me vaya mal estoy con el Señor”. Esto solo es posible cuando estamos firmes en Dios desde el amor y la esperanza, a esto se le llama las virtudes teologales.

Dice la lectura que el rey los oyó cantar himnos; extrañado, se levantó y, al verlos vivos, preguntó, estupefacto, a sus consejeros: "¿No eran tres los hombres que atamos y echamos al horno?" Le respondieron: "Así es, majestad." Preguntó: "¿Entonces, cómo es que veo cuatro hombres, sin atar, paseando por el horno sin sufrir nada? Y el cuarto parece un ser divino.". El significado de esta parte es lo siguiente: detrás de una prueba que duele , que talla, que mortifica hay una liberación de nuestras ataduras. Recordemos que a estos tres muchachos los entraron al horno amarrados y ahora el rey los ve bailando y además ve el tercer hombre como un ser divino. Recuerda que cuando te encuentres en medio de la dificultad no pienses que estás solo enfrentando esa situación, es el mismo Dios que te acompaña y te da fortaleza para seguir y pasar la prueba.

En esta primera parte encontramos el mensaje como es la esencia de la fe, la idolatría y la salvación .

Ahora vamos a mirar lo que nos quiere enseñar el profeta Daniel con el rey Nabucodonosor:
Dice la lectura que el rey Nabucodonosor estaba furioso contra Sidrac, Misac y Abdénago, porque desobedecieron a sus peticiones, ellos le llevaron la contraria al no querer adorar a la estatua que había hecho. La lectura utiliza esta expresión “ con el rostro desencajado por la rabia mandó encender el horno siete veces más fuerte que de costumbre, y ordenó a sus soldados más robustos que atasen a Sidrac, Misac y Abdénago y los echasen en el horno encendido. Para el rey el imperio era la estatua, para cada uno de nosotros puede ser el imperio que nadie tome mis las cosas, que no me muevan ese plato, la planta, el cojín, la plata, que nadie corra las cortinas, el mueble, el sillón, el imperio puede ser el carro, la Tv., la familia, mis hijos, el programa, mis ideas, mi imagen , mis gustos. Mientras vivamos en comunidad siempre habrá contradicciones y dificultades como también nos ayudan a descubrir cuales son nuestros pequeños imperios.

Cada uno de nosotros tenemos un imperio que lo cuidamos y del cual no nos gusta que nadie nos lo contradiga. Dice la lectura que el rostros del rey se desencajo, y movido por su ira pidió a sus soldados que encendieran el horno siete veces más fuerte que de costumbre. Posiblemente cuando Dios interrumpe nuestros planes tenemos esa misma actitud, irá , hacemos mala cara y hasta nos apartamos de él. Cuando Dios contradice nuestros planes tenemos dos opciones quedarnos con los ojos fijos en porque no funciono, en mi ira y en el enojo o más bien abro los ojos para ver la oferta de Dios. Si tomo esta última seguramente vamos a llegar a la admiración. Eso le sucedió al rey. recordemos lo que dice la lectura "¿No eran tres los hombres que atamos y echamos al horno?" Le respondieron: "Así es, majestad." Preguntó: "¿Entonces, cómo es que veo cuatro hombres, sin atar, paseando por el horno sin sufrir nada? Y el cuarto parece un ser divino.". El rey ante la admiración y  grandeza no tuvo más opción que rendirse ante El. rendirnos es entregar el orgullo.

Termina la lectura diciendo “ Nabucodonosor entonces dijo: "Bendito sea el Dios de Sidrac, Misac y Abdénago, que envió un ángel a salvar a sus siervos que, confiando en él, desobedecieron el decreto real y prefirieron arrostrar el fuego antes que venerar y adorar otros dioses que el suyo."

En este segundo mensaje encontramos una conversión que fue a la fuerza. El rey al sentir rechazo o contradicción en sus planes le da ira, luego admira lo que está viendo, posteriormente se rinde y entrega sus armas, por último reconoce la grandeza de Dios y lo alaba.

Bendito Dios gracias por poner en mi camino aquellas personas que me contradicen porque detrás de esa contradicción o llamada de atención hay una obra hermosa de misericordia que viene de ti. No permitas que el enojo enceguece mi alma y no sea capaz de reconocer la oferta que traes para mi.  Dame la gracia de reconocer mis pequeños imperios para no caer en falsas seguridades que solo me apartan del plan que tú mismo quieres para mi, bueno, agradable y perfecto. Regálame de tu sabiduría para obedecerte desde el amor y purifica mi fe hasta el punto de decir “ me vaya bien o me vaya mal estoy contigo Señor “. Por último gracias Dios por todas las veces que desobedeces mis planes porque seguramente me has liberado de algo peor que me iba a suceder. Te alabo, te bendigo y te doy gracias., Amen.

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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