lunes, 8 de abril de 2019

No te confíes de tu inteligencia humana para tomar decisiones, las mejores decisiones son las que vienen de la Sabiduría de Dios.


Daniel 13,1-9.15-17.19-30.33-62
En aquellos días, [vivía en Babilonia un hombre llamado Joaquín, casado con Susana, hija de Jelcías, mujer muy bella y religiosa. Sus padres eran honrados y habían educado a su hija según la ley de Moisés. Joaquín era muy rico y tenía un parque junto a su casa; como era el más respetado de todos, los judíos solían reunirse allí. Aquel año fueron designados jueces dos ancianos del pueblo, de esos que el Señor denuncia diciendo: "En Babilonia la maldad ha brotado de los viejos jueces, que pasan por guías del pueblo." Solían ir a casa de Joaquín, y los que tenían pleitos que resolver acudían a ellos. A mediodía, cuando la gente se marchaba, Susana salía a pasear por el parque de su marido. Los dos ancianos la veían a diario, cuando salía a pasear en el parque, y se enamoraron de ella. Pervirtieron su corazón y desviaron los ojos, para no mirar a Dios ni acordarse de sus justas leyes.

Un día, mientras acechaban ellos el momento oportuno, salió ella como de ordinario, sola con dos criadas, y tuvo ganas de bañarse en el parque, porque hacía mucho calor. Y no había nadie allí, fuera de los dos ancianos escondidos y acechándola. Susana dijo a las criadas: "Traedme el perfume y las cremas y cerrad la puerta del parque mientras me baño." Apenas salieron las criadas, se levantaron los dos ancianos, corrieron hacia ella y le dijeron: "Las puertas del parque están cerradas, nadie nos ve, y nosotros estamos enamorados de ti; consiente y acuéstate con nosotros. Si no, daremos testimonio contra ti diciendo que un joven estaba contigo y que por eso habías despachado a las criadas." Susana lanzó un gemido y dijo: "No tengo salida: si hago eso, seré rea de muerte; si no lo hago, no escaparé de vuestras manos. Pero prefiero no hacerlo y caer en vuestras manos antes que pecar contra Dios." Susana se puso a gritar, y los ancianos, por su parte, se pusieron también a gritar. Uno de ellos fue corriendo y abrió la puerta del parque. Al oír los gritos en el parque, la servidumbre vino corriendo por la puerta lateral a ver qué le había pasado. Y cuando los ancianos contaron su historia, los criados quedaron abochornados, porque Susana nunca había dado que hablar.

Al día siguiente, cuando la gente vino a casa de Joaquín, su marido, vinieron también los dos ancianos con el propósito criminal de hacer morir a Susana. En presencia del pueblo ordenaron: "Id a buscar a Susana, hija de Jelcías, mujer de Joaquín." Fueron a buscarla y vino ella con sus padres, hijos y parientes. Toda su familia y cuantos la veían lloraban. Entonces los dos ancianos se levantaron en medio de la asamblea y pusieron las manos sobre la cabeza de Susana. Ella, llorando, levantó la vista al cielo, porque su corazón confiaba en el Señor. Los ancianos declararon: "Mientras paseábamos nosotros solos por el parque, salió ésta con dos criadas, cerró la puerta del parque y despidió a las criadas. Entonces se le acercó un joven que estaba escondido y se acostó con ella. Nosotros estábamos en un rincón del parque y, al ver aquella maldad, corrimos hacia ellos. Los vimos abrazados, pero no pudimos sujetar al joven, porque era más fuerte que nosotros y, abriendo la puerta, salió corriendo. En cambio, a ésta le echamos mano y le preguntamos quién era el joven, pero no quiso decírnoslo. Damos testimonio de ello." Como eran ancianos del pueblo y jueces,] la asamblea [los creyó y] condenó a muerte a Susana. Ella dijo gritando: "Dios eterno, que ves lo escondido, que lo sabes todo antes de que suceda, tú sabes que han dado falso testimonio contra mí, y ahora tengo que morir, siendo inocente de lo que su maldad ha inventado contra mí."

El Señor la escuchó. Mientras la llevaban para ejecutarla, Dios movió con su santa inspiración a un muchacho llamado Daniel; éste dio una gran voz: "¡No soy responsable de ese homicidio!" Toda la gente se volvió a mirarlo, y le preguntaron: "¿Qué pasa, qué estás diciendo?" Él, plantado en medio de ellos, les contestó: "Pero, ¿estáis locos, israelitas? ¿Conque, sin discutir la causa ni apurar los hechos condenáis a una hija de Israel? Volved al tribunal, porque ésos han dado falso testimonio contra ella."

La gente volvió a toda prisa, y los ancianos le dijeron: "Ven, siéntate con nosotros y explícate, porque Dios mismo te ha nombrado anciano." Daniel les dijo: "Separadlos lejos uno del otro, que los voy a interrogar yo." Los apartaron, él llamó a uno y le dijo: "¡Envejecido en años y en crímenes! Ahora vuelven tus pecados pasados, cuando dabas sentencias injustas condenando inocentes y absolviendo culpables, contra el mandato del Señor: "No matarás al inocente ni al justo." Ahora, puesto que tú la viste, dime debajo de qué árbol los viste abrazados." El respondió: "Debajo de una acacia." Respondió Daniel: "Tu calumnia se vuelve contra ti. El ángel de Dios ha recibido la sentencia divina y te va a partir por medio." Lo apartó, mandó traer al otro y le dijo: "¡Hijo de Canaán, y no de Judá! La belleza te sedujo y la pasión pervirtió tu corazón. Lo mismo hacíais con las mujeres israelitas, y ellas por miedo se acostaban con vosotros; pero una mujer judía no ha tolerado vuestra maldad. Ahora dime: ¿bajo qué árbol los sorprendiste abrazados?" Él contestó: "Debajo de una encina." Replicó Daniel: "Tu calumnia se vuelve contra ti. El ángel de Dios aguarda con la espada para dividirte por medio. Y así acabará con vosotros."

Entonces toda la asamblea se puso a gritar bendiciendo a Dios, que salva a los que esperan en él. Se alzaron contra los dos ancianos a quienes Daniel había dejado convictos de falso testimonio por su propia confesión. Según la ley de Moisés, les aplicaron la pena que ellos habían tramado contra su prójimo y los ajusticiaron. Aquel día se salvó una vida inocente.
Palabra de Dios


Salmo 22 " Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo "

Juan 8, 12-20
En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos:
«Yo soy la luz del mundo. El que me siga no caminará a oscuras, sino que tendrá la luz de la vida».
Al oír esto, los fariseos le dijeron:
«Estás dando testimonio de ti mismo; por tanto, tu testimonio no tiene valor».
Jesús les contestó:
«Aunque doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es válido, porque sé de dónde vengo y a dónde voy. Ustedes, en cambio, no saben ni de dónde vengo ni a dónde voy. Ustedes juzgan con criterios mundanos. Yo no juzgo a nadie, pero si lo hiciera, mi juicio es válido, porque no soy yo sólo el juez, sino que también está conmigo el Padre, que me envió. En su ley está escrito que el testimonio dado por dos testigos es válido. Pues bien: un testigo a mi favor soy yo mismo; pero también da testimonio a mi favor el Padre, que me envió».
Ellos le preguntaron:
«¿Dónde está tu Padre?»
Jesús les contestó:
«Ni me conocen a mí ni conocen a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre».
Jesús dijo esto cuando estaba enseñando en el templo, junto a las alcancías de las ofrendas. Sin embargo, nadie se atrevió a detenerlo, porque aún no había llegado su hora.
Palabra de Dios


Hoy la primera lectura nos narra acerca de cómo Dios salva una vida inocente. Aquí vemos cómo la maldad no triunfó porque Dios se valió del profeta Daniel para hacer posible que se salvara esta vida.

Porqué acusan a Susana? Estos dos hombres ancianos la acusan por envidia. Ella a pesar de estar en esa situación tan agobiante y tensa persevera en su virtud y no cae en traicionar sus propios principios y creencias. Susana no se intimida por lo que la acusan, más bien se aferra a Dios, confia en Dios, cree en Dios y espera en Dios.

Esta es la primera enseñanza que nos trae la lectura. No podemos traicionar nuestros principios y creencias por nada y por nadie. Tenemos que ser perseverantes en las virtudes cristianas como es el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad, la fe, la mansedumbre y la templanza y muchas mas, estas son las obras del Espíritu Santo de Dios.

La lectura nos continúa diciendo que Daniel movido por el Espíritu Santo separa a estos dos hombres y les hace a cada uno la pregunta con la finalidad de encontrar la verdad. Daniel está ungido por el Espíritu de Dios y sin importar que él era la minoría se deja guiar por Dios. Esto porque es importante. A veces encontramos personas que se desaniman y viven desde el pesimismo. Ejemplo, encontramos expresiones como esta “ Los jóvenes ya empiezan los noviazgos y comienzan a tener relaciones sexuales con su pareja. Las parejas  ya no creen en el matrimonio. No hay nada que hacer para frenar el aborto, etc... “. No podemos ser tan pesimistas, tan conformistas y dejarnos que nos absorba y nos lleve la corriente del mundo. Un hombre, un solo hombre cambió la historia del mundo, ese fue Cristo, Jesús el ungido de Dios partió la historia del hombre en dos y sigue transformando. Dios nos llama a ser como Cristo, necesitamos más santos y santas a pie, personas que estén convencidas y le crean a Dios, que nuestra voluntad se ajuste a los deseos de Dios. Eso ya está sucediendo,  nuestra Iglesia católica ha tenido y sigue teniendo mártires,  santos y santas, personas que se apropiaron y se colocaron la camiseta de Cristo y aun siguen llevando su mensaje de amor a todo el mundo.

El tercer mensaje de la primera lectura es la sabiduría de Dios. Debemos ser humildes para reconocer que necesitamos la sabiduría de Dios y pedirle al Buen Dios que nos regale su sabiduría. No podemos confiarnos solo en nuestra inteligencia para solucionar nuestros problemas porque podemos caer en error de culpar a un inocente o salvar a uno que no es inocente. Siempre hay que buscar la verdad y hacer reinar la justicia, pero esto solo es posible con la ayuda Divina, la ayuda divina de la sabiduría de Dios.
Vemos como Daniel ante este episodio no se confía de sus virtudes, de su inteligencia humana, sino más bien se dispone para encontrar la verdad desde la sabiduría de Dios. Dios que es justo y misericordioso muestra su poder mostrando la mentira de tal calumnia contra Susana.

Señor hoy me pides que crea en ti, que confie en ti y que espere en ti. Ayudame a que cada dia mi fe crezca porque cuando estoy ante la dificultad empiezo a dudar de lo que Tu puedes hacer en mi y desisto en permanecer contigo al preferir los logro inmediatistas que no son duraderos y que me llevan al abismo. Aumenta la virtud de la paciencia y de la perseverancia y no permitas que traicione los valores cristianos.  Dame el valor de cambiar el mundo con los valores cristianos como Tu lo hiciste, siempre guiado por el Espíritu Santo de Dios y que el pesimismo no sea mi guia. Que siempre me acompañe la sabiduría de Dios para tomar las decisiones conforme a tu voluntad, Amén.

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!



--
Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

Encuentranos en : www.catolicosregina.com
Siguenos en facebook  https://facebook.com/orandoyviviendo/ 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios.

  Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios. Primera lectura Comienzo de la segunda carta del apóstol san Pablo a ...