jueves, 7 de noviembre de 2019

El ser humano se desgasta buscando a Dios y se nos olvida que El nos esta buscando….


Romanos 14,7-12
Hermanos: Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; en la vida y en la muerte somos del Señor. Para esto murió y resucitó Cristo: para ser Señor de vivos y muertos. Tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? Y tú, ¿por qué desprecias a tu hermano? Todos compareceremos ante el tribunal de Dios, porque está escrito: "Por mi vida, dice el Señor, ante mí se doblará toda rodilla, a mí me alabará toda lengua." Por eso, cada uno dará cuenta a Dios de sí mismo.
Palabra de Dios


Recuerdo unas Palabras de un gran amigo que me decía “ nosotros tenemos dos oídos y una boca, esto es para que seamos atentos para escuchar y lentos para hablar”. Como también la expresión de un padre “ El que juzga con rapidez al otro es porque no se conoce así mismo”.

Pablo pregunta en la primera de lectura: "¿por qué juzgas a tu hermano?". Es una buena pregunta, y no deberíamos dar la por respondida. De hecho, si no la respondemos a conciencia, lo más probable es que creamos que nuestros motivos y nuestras motivaciones al juzgar están correctas, y con ello por allá en la mente, seguiremos juzgando, y juzgando mal. Así que preguntémonos por qué juzgamos. Una cosa es juzgar y otra cosa es llamar la atención. Juzgar es cuando me hago una idea de algo por lo que he visto, me supongo o me imagino y doy un juicio, recuerda que solo Dios conoce el corazón humano. Juzgar es tomar el puesto de Dios, es decir hacer estas afirmaciones “ esa persona nunca va a cambiar, ese no va salir de las drogas, ellos nunca van a ser felices “, esto produce una condena "severa". Tal vez, caemos en el error para halagar nuestro ego y reafirmar que nosotros no somos así, que llevamos una vida inmaculada y ser admirados ante los ojos de los demás.

Totalmente diferente cuando le llamo la atención a alguien y es cuando la persona actúa de una manera equivocadamente y hay que dárselo a conocer, no podemos quedarnos callados, eso es un acto de misericordia.  Algunos entienden mal el mensaje de Cristo y piensan “ Yo no le puedo decir nada al otro porque quién soy yo para hacerlo ‘. Ya sabes una cosa es juzgar, criticar y otra cosa es llamar la atención por un acto concreto.

Uno de los signos que podemos darnos cuenta que vamos en el camino correcto al encuentro con Cristo es cuando reconoces que no eres tan bueno como piensas que eres, cuando ves a tu hermano con misericordia esto es no lo juzgas, no lo condenas, no lo criticas, lo amas como Cristo, lo perdonas como Cristo, lo ayudas como Cristo lo haría. Cuando tu reconoces tus miserias ante la inmensidad y hermosura de Cristo experimentamos la misericordia de Dios, y la que tu debes de tener con tu hermano. Ahí es donde se hace vida el evangelio de Cristo en ti.

Pidámosle al buen Dios que nos ayude a descubrirnos realmente quienes somos ante su mirada amorosa que siempre nos ofrece.

Salmo 26 " Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida"

Lucas 15,1-10
En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: "Ése acoge a los pecadores y come con ellos." Jesús les dijo esta parábola: "Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido." Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas para decirles "¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido." Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta."
Palabra del Señor


El ser humano se desgasta buscando a Dios y se nos olvida que El nos esta buscando. Cuando digo esto es que no está mal buscar a Dios, pero por estar buscando a Dios se nos olvida el amor que Él nos ofrece.

Recuerdo una vez alguien protestante me dijo, ."Yo me retire de la iglesia católica porque nunca sentí lo que yo ahora siento cuando voy a mi culto protestante. En el culto protestante si encontré a Dios."  .`Inmediatamente le dije ." El te estaba buscando pero tu no te dejaste encontrar por El ".

Las personas que caen en este error es porque quieren ser protagonistas de su propia vida. Son los que piensan que solo lo que ellos encuentran existe, solo lo que yo demuestre es verdad, solo lo que yo tengo cuenta. Dejemos esa arrogancia y más bien veamos a ese Dios que ha venido a buscarnos.

Pero cómo nos busca Dios ?
En la hermosura de la creación, en la simplicidad y ternura de la mirada de un niño, en la necesidad del pobre que espera recibir de nosotros un poco de cariño y a la vez nos revela la necesidad de ser amados. Dios nos busca a través de la Palabra. También Dios te busca en el silencio, cuando está en el sagrario, en la vida de los santos y santas de nuestra Iglesia Catolica, hombres y mujeres que se dejaron encontrar por Dios. Dios me está buscando y trata de dejarse encontrar. Dios me busca a través de la conciencia cuando me dice que deje los caminos tortuosos del pecado y a llevar una vida más limpia, luminosa, fecunda. Dios también te busca y te habla a través de los sueños. El también te busca en la Eucaristía, en los grupos de oración, en los retiros, en las palabras sabias de un amigo. El te busca y no se cansara de buscarte.

Ahora que es dejarse encontrar por Dios ?
Es dejar de esconderse. La voz de Dios corre más rápido que tus pasos. Su amor es más ágil que tu terquedad. Su providencia es más amplia que tus planes. El Papa Francisco nos decía que las ganas que Dios tiene para perdonarte son más grandes que tus ganas de pecar. Encontrarse con Dios es dejarse esconderse, admitir nuestra realidad, es dejar de presentar excusas y justificarse. Encontrarse con Dios es ajustarse al plan de Dios. Hay que rendirnos ante Dios, déjate encontrar por el amor de Dios. Rendirse es vencer, segun la logica del mundo rendirse es perder pero en la lógica de Cristo el que se rinde gana. El que se rinde ante Cristo vence.

Jesús, gracias porque no te cansas de dejar de buscarme. Tu me buscas desde la simplicidad y sencillez de un amanecer, como en el sonido de los pájaros, como también en la necesidad del pobre. Tu me buscas a través de Tu Palabra, en la Eucaristía, en el silencio, cuando estás en el sagrario, en la vida de los santos y santas. Tu me buscas en la voz de la conciencia, en los sueños, en los grupos de oración, en los retiros, en las palabras sabias de un amigo. Dame la gracia de dejarme encontrar por ti. No quiero esconderme más de ti, dame la humildad para admitir mi realidad. No quiero sacar mas excusas y justificarme. Quiero ajustarme al Plan de Dios y dejarme encontrar por el amor de Dios. Quiero rendirme ante ti para Tu hagas lo que quieras conmigo, Amen.

Dios te Bendiga,

Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!!!
Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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