Cristo nos trae unidad interior y el mal lo que hace es dividir nuestro interior.
Primera lectura
Romanos 6, 19-23
" Porque la paga del pecado es la muerte, mientras que el don de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro."
Romanos 6, 19-23
" Porque la paga del pecado es la muerte, mientras que el don de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro."
Sal 1,1-2.3.4.6 R/. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división. Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división. Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».
Palabra del Señor
Tu presencia Señor me trae unidad interior, regalándome la paz y la tranquilidad que tanto busco y deseo. Pero para que mi alma alcance esta unidad interior en Cristo, necesita primero que haya una guerra interior, y esto solo es posible cuando reconozco como es mi manera de actuar hacia ti a través del prójimo. El pecado causa una herida tanto en mi como en el otro, el pecado me debe causar un dolor profundo porque es una falta de amor y se entiende más cuando vemos el rostro de Cristo en su pasión y muerte. Este retrato nos recuerda cómo el pecado del mundo terminó acabando la vida de un justo. Vivir en pecado es cuando permito que mi corazón se llene de envidia, enfrentamientos, de dolor, de amargura y resentimientos llevando mi corazón hacia obrar el mal.
Señor ya te conozco y he visto lo que tú has hecho en mi, por eso te pido que me des Tu gracia para tener la voluntad de no abrir las puertas que me lleven a obrar el mal. Mi fragilidad humana solo es liberada y fortalecida en Ti.
Quema con el fuego de tu amor todo el pecado que aún me atrae hacia él para que al ser libre pueda obrar en justicia y en verdad, porque el resto de mis días quiero vivir en la Gracia del amor de Dios, Amen.
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