En aquellos días, después de la comida en Siló, mientras el sacerdote Elí estaba sentado en su silla junto a la puerta del templo del Señor, Ana se levantó y, desconsolada, rezó al Señor deshaciéndose en lágrimas e hizo este voto: "Señor de los ejércitos, si te dignas mirar la aflicción de tu esclava, si te acuerdas de mí y no me olvidas, si concedes a tu esclava un hijo varón, se lo ofreceré al Señor para toda la vida y la navaja no pasará por su cabeza". Mientras repetía su oración al Señor, Elí la observaba. Ana hablaba para sus adentros: movía los labios, sin que se oyera su voz. Elí, creyendo que estaba borracha, le dijo: "¿Hasta cuándo vas a seguir borracha? Devuelve el vino que has bebido". Ana respondió: "No es eso, señor; no he bebido vino ni licores; lo que pasa es que estoy afligida y me desahogo con el Señor. No me tengas por una mujer perdida, que hasta ahora he hablado movida por mi gran desazón y pesadumbre".
Entonces dijo Elí: "Vete en paz. Que el Señor de Israel te conceda lo que le has pedido". Y ella respondió: "Que tu sierva halle gracia ante ti".
La mujer se marchó, comió, y se transformó su semblante. A la mañana siguiente madrugaron, adoraron al señor y se volvieron. Llegados a su casa de Ramá, Elcaná se unió a su mujer, Ana, y el Señor se acordó de ella. Ana concibió, dio a luz un hijo y le puso de nombre Samuel, diciendo: "¡Al Señor se lo pedí!"
Palabra de Dios
Hoy la primera lectura nos narra la historia de Ana. Desde su angustia y dolor va al templo del Señor. Recordemos lo que dice la lectura “ "Señor de los ejércitos, si te dignas mirar la aflicción de tu esclava, si te acuerdas de mí y no me olvidas, si concedes a tu esclava un hijo varón, se lo ofreceré al Señor para toda la vida y la navaja no pasará por su cabeza". Esta mujer anhelaba tener un hijo y no podía porque era estéril. Ese era el dolor de esta mujer.
Esta petición de esta mujer desde su humildad nos debe llevar a reflexionar si realmente cuando estamos orando tenemos una actitud de corazón contrito y humilde. Recordemos que Ana está en el templo del Señor orandole y pidiéndole que le conceda este regalo como es ser madre.
Hoy empece la reflexión con esta frase “ Si los católicos realmente creyéramos en que Cristo está presente en el tabernaculo y su presencia esta en la Eucaristía, seríamos más oradores y frecuentariamos más la celebración de la misa “.
Personalmente disfruto mucho cuando exponen el Santisimo. Recuerdo que en mi pais, Colombia, prácticamente iba todos los dias a visitar el Santísimo al medio dia o al finalizar la hora laboral, ya que las iglesias se mantenían abiertas. Lo disfrutaba y lo sigo disfrutando porque en el silencio Dios nos habla, puedes estar con muchos problemas, con dificultades o hasta estar muy contento y agradecido y es muy provechoso ir a rezar y a visitar al Señor en el templo. Pienso que para algunos católicos todavía no estan muy convencidos o no se toman en serio que Cristo está en la hostia y en el vino como también su presencia en el tabernáculo.
Personalmente desde mi experiencia de Fe puedo decir y afirmar que la paz y la alegría que se siente al celebrar bien una Eucaristía y tomar tiempo para visitar el Santísimo es muy edificante porque he descubierto que en Dios esta mi fortaleza y mi victoria para Su Honor y su Honra.
1 Samuel 2 " Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador"
Marcos 1, 21-28
Llego Jesús a Cafarnaúm y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su enseñanza, porque no enseñaba como los letrados, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios". Jesús lo increpó: "Cállate y sal de él". El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió.
Todos se preguntaron estupefactos: "¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen". Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Hoy el evangelio nos muestra la sanación de un hombre. Pero más allá de esta sanación llama la atención lo que dice la lectura “ que el hombre que tenía un espíritu inmundo se puso a gritar: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios". Es interesante que mas facil reconocen al Hijo de Dios los espíritus inmundos que hasta los mismos letrados que estaban en la sinagoga.
Porque pudo haber sucedido esto? Facilmente porque los letrados estaban seguros que no necesitaban abrirse más hacia los demás, abrir su corazón y su ser. Ellos pensaban que ya lo tenían todo y lo conocían todo. Ese orgullo por el conocimiento y el poder no les permitió conocer al mismo Hijo de Dios. Todo lo contrario con los espíritus inmundos ya que ellos sí conocen sus miserias y sus debilidades.
Pienso que no solo algunos catequistas, pastores, sacerdotes, diaconos y laicos facilmente caemos en ese error. Recuerdo una vez que mi esposo a quien tanto amo pero a veces me saca de quicio me dice “ las reflexiones de la Novena de Navidad del año pasado utilizalas para este año y así ganas tiempo!”. Asi no es!, El Señor nos habla cada dia con su Palabra y en el hoy de tu vida. Las experiencias de ayer son diferentes a las de hoy. Por eso hay que dejarse sorprender y seducir por Cristo, esto es, darse la oportunidad de conocer a Jesús a profundidad, El te habla de manera diferente, con autoridad y poder en tu tiempo y en el hoy de tu vida.
Por último recordemos que estamos llamados a ser misioneros de Cristo, “ Vayan por todo el mundo y lleven la Buena Noticia”, en Mateo 10 : 8 Jesús nos dice “ Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios..”. No tengamos temor en hacer parte de la misión de Cristo empezando por nuestra propia familia, seamos personas más orantes, adoradores, si necesitamos mas Fe, pidamos a Dios para que nos ayude en creer y confiar más en Él, dejemos que Su palabra nos exhorte, nos sane y nos corrija, solo así podremos llegar alcanzar la estatura de Cristo y Su Espíritu Santo nos dará la fuerza y el poder para lograr la misión encomendada por el Buen Dios.
Señor hoy me pides que tenga más confianza en Ti y crea en tus promesas. Ayudame a abandonarme en tu regazo y verte con los ojos de la Fe Tu presencia en la eucaristía y en el tabernáculo. Gracias por estar allí presente de una manera visible y por enseñarme una vez mas que mi fortaleza y mi victoria está solo contigo. Ayudame a ser más adorador y orador para poderte conocer a profundidad, Amen, Amen, Amen.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo!!!
Tarea: toma un momento y lee 1 Samuel 2
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† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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