jueves, 28 de marzo de 2019

La terquedad rebelde del hombre y la terquedad de la misericordia de Dios!!!


Jeremías 7,23-28
Así dice el Señor: "Ésta fue la orden que di a vuestros padres: "Escuchad mi voz. Yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo; caminad por el camino que os mando, para que os vaya bien." Pero no escucharon ni prestaron oído, caminaban según sus ideas, según la maldad de su corazón obstinado, me daban la espalda y no la frente. Desde que salieron vuestros padres de Egipto hasta hoy les envié a mis siervos, los profetas, un día y otro día; pero no me escucharon ni prestaron oído: endurecieron la cerviz, fueron peores que sus padres. Ya puedes repetirles este discurso, que no te escucharán; ya puedes gritarles, que no te responderán. Les dirás: "Aquí está la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios, y no quiso escarmentar. La sinceridad se ha perdido, se la han arrancado de la boca.""
Palabra de Dios


Salmo 94" Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón."  

Lucas 11,14-23
En aquel tiempo, Jesús estaba echando un demonio que era mudo y, apenas salió el demonio, habló el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: "Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios."
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: "Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama."
Palabra de Dios


Hoy la primera lectura Jeremías nos muestra las causas para que nuestro corazón se endurezca: cuando no escuchamos la voz de los profetas, cuando escuchamos sólo nuestra propia voz y cuando no hay sinceridad en nuestros labios porque aprendimos a mentir.

Recordemos la lectura lo que dice “Así dice el Señor: "Ésta fue la orden que di a vuestros padres:  Escuchad mi voz. Yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo; caminad por el camino que os mando, para que os vaya bien.". Ayer decíamos que Dios desde su misericordia nos deja a la mano las claves para vivir bien en este mundo, esto es obediencia a sus preceptos. Es respetar y seguir a los enviados de Cristo en esta tierra y orar para que sus siervos sean santos y santas.

Ayer hablábamos de la obediencia y hoy Jeremías nos recuerda cómo es la terquedad rebelde del hombre. Le lectura sigue diciéndonos “ Pero no escucharon ni prestaron oído, caminaban según sus ideas, según la maldad de su corazón obstinado, me daban la espalda y no la frente “. Así como hay una terquedad rebelde del hombre también hay una terquedad de la misericordia de Dios.

Porque somos tan tercos y obstinados a nuestros caprichos? Cuando creemos que somos unas biblias, que nuestra idea es mejor que la de los demás, cuando pensamos que los demás están equivocados y nosotros solo tenemos la razón, cuando con ligereza señalo, juzgo, crítico y hasta pienso que tengo todo el derecho de hacerlo es por una sencilla razón, estas padeciendo de la enfermedad que se llama orgullo. 
Una de las afirmaciones que hasta personalmente me da risa porque yo también he caído es en ese error que cuando decimos de dientes para afuera “ Yo nos soy orgullosa “, realmente estoy afirmando que si somos orgullosos. Todos de grado menor o mayor tenemos algo de orgullo y eso nos hace a ser tercos y rebeldes.

Cuando las personas tienen algún tipo de apego por ejemplo emocional, el orgullo no los deja reconocer que esa debilidad los domina. Se Justifica de una u otra manera ese apego porque somos incapaces de reconocer que tenemos un apego que nos domina. Es por eso que la lectura termina diciendo “ La sinceridad se ha perdido “. Ya hasta hemos aprendido a mentir.
Nosotros somos expertos en buscar algún tipo de justificación para quedar como “buenos”. Esas justificaciones se convierten en “ armas”, para cuidar y alimentar el ego. Esas armas que utilizamos nos hace fuertes y hasta nos sentimos invencibles.

Jesús que hace. Cuando nosotros dejamos que El entre a nuestro corazón?
Él llega y toca nuestra debilidad y nos muestra que no somos tan fuertes. El utiliza nuestras armas que algun dia nos hicieron fuertes y nos desarma. Como nos desarma Jesus? Mostrándonos que detrás toda esa máscara hay miedo, orgullo, rencor, envidia. Nos muestra realmente que es lo que hay en nuestro corazón. Jesús entra por la puerta de nuestra ridiculez y nos hace ver lo que realmente somos.   Porque lo hace? para humillarnos? para castigarnos? para hacernos sentir mal? Para nada. Jesús lo hace porque Él quiere que no nos arrastremos, que no mendigamos más amor, que no vivamos con apegos que solo nos hacen sufrir, que nos salgamos de esa carcaza del orgullo, que escuchemos Su Palabra y que no mintamos más!..

Jesús toma esa debilidad, eso que nos dominaba y muestra Su poder para liberarnos.  El mal tiene poder, claro que si, pero Jesús tiene más poder porque El agarra al hombre fuerte y libera a las personas que estaban en el poder del mal. Por esto Lucas dice que la expulsión del demonio es una señal evidente de que el Reino de Dios ha llegado.

Por último qué significa "El que no está conmigo, está contra mí. El que no recoge conmigo, desparrama". Mucha gente que no es cristiana práctica el amor, la bondad, la justicia, muchas veces hasta mejor que los cristianos. No podemos excluirlos. Son hermanos y obreros en la construcción del Reino. Nosotros los cristianos no somos dueños de Jesús. Es lo contrario; ¡Jesús es nuestro dueño!

Jesús, en este tiempo de cuaresma me vuelves a llevar hacia el camino profundo de mi corazón y me adviertes que hay tres peligros que hacen que mi corazón se endurezca: no escuchar a los profetas, solo escuchar mi propia voz y cuando no hay sinceridad en mi corazón. Dame la Gracia de reconocer la rebeldía por causa de mi orgullo y ayúdame a dejarte entrar por la puerta de mi debilidad para que Tu me muestres la miseria en mi actuar, en mi sentir y en mi pensar. Toma todas esas debilidades y transformarlas con Tu poder para darle la Gloria y el Honor al Dios de los cielos. Amen.

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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