jueves, 21 de marzo de 2019

Si quieres encontrar lo que es sólido, lo que es verdadero y lo que permanece para siempre búscalo en el Señor.



Jeremías 17,5-10
Así dice el Señor: "Maldito quien confía en el hombre, y en la carne busca su fuerza, apartando su corazón del Señor. Será como un cardo en la estepa, no verá llegar el bien; habitará la aridez del desierto, tierra salobre e inhóspita. Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde; en año de sequía no se inquieta, no deja de dar fruto. Nada más falso y enfermo que el corazón: ¿quién lo entenderá? Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al hombre según su conducta, según el fruto de sus acciones."
Palabra de Dios


Hoy la primera lectura nos advierte que no debemos de poner nuestra confianza en otro ser humano. La razón es porque los seres humanos somos cambiantes, hoy te puedo decir que eres la razon de mi vida y mañana de pronto ese sentimiento cambia por varias razones. Piensa por un momento como pensabas cuando tenías 15 años, cual eran tus anhelos, tus gustos, tus relaciones personales. Ahora mira cinco o diez años después y que ves en tu vida. Para aquellos que estamos más entrados en edad  mira cómo eran tus prioridades hace 15 años atrás y ahora, han cambiado o son las mismas?....

Es por eso que la lectura es muy realista y nos pide que no confiemos en otro ser humano,  nuestra confianza tiene que estar solo en el Señor.

Todos podemos decir que hemos tenido desengaños y casi siempre el desengaño viene de aquella persona que estaba tan cerca de nosotros y que confiamos tanto. Para algunos el mejor amigo, un familiar ha llegado a la casa, sus hijos, su cónyuge, un compañero de trabajo.

El Señor hoy nos invita a sólo confiar en Él, y su promesa es que seremos como una árbol plantado junto al agua que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde; en año de sequía no se inquieta, no deja de dar fruto. Todo el que confía en el Señor no se desespera por más árido este el tiempo, siempre da fruto porque se alimenta del manantial que el Dios y su corriente de agua viva alimenta toda sus entrañas.

El profeta Jeremías muestra el realismo del ser humano, “ Nada más falso y enfermo que el corazón: ¿quién lo entenderá? Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al hombre según su conducta, según el fruto de sus acciones.". Solo el Señor conoce a profundidad lo que hay en nuestro corazón. Es por eso que el salmista proclama " Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor".

Salmo 1 " Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor"

Lucas 16,19-31
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: "Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas.

Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó: "Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas." Pero Abrahán le contestó: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros." El rico insistió: "Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento." Abrahán le dice: "Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen." El rico contestó: "No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán." Abrahán le dijo: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto.""
Palabra de Dios
Te alabamos Señor


Jesús para comunicar la buena noticia crea una historia y cuenta una parábola. Hoy a través de esta reflexión sobre una realidad visible nos lleva a descubrir los llamados invisibles de Dios, presentes en la vida.

Cuales son los detalles que nos trae la parábola del evangelio: El Pobre Lázaro, el rico sin nombre y el Padre Abrahan. Lázaro representa el grito callado de los pobres del tiempo de Jesús y de todos los tiempos. El rico sin nombre representa la ideología dominante de la época. Abrahan representa el pensamiento de Dios.

Hoy nos muestra dos extremos de la sociedad, por un lado la riqueza que se muestra en todo su esplendor de una manera agresiva y por el otro lado, el pobre sin recursos, sin derechos, que nadie lo acoge, a no ser los cachorros que lamen sus heridas. Lo único que los separa a los dos es la puerta cerrada de la casa del rico. Mientras el pobre está a la puerta del rico, de parte del rico no hay acogida ni piedad hacia los problemas del pobre. Mientras el rico estaba vestido de púrpura y de lino, Lázaro estaba cubierto de llagas y los perros le lamían sus llagas. Mientras el rico estaba saciado, Lázaro quería saciarse.  El pobre tiene su nombre inscrito en el libro de la vida, el rico no. El pobre se llama Lázaro. Significa Dios ayuda. A través del pobre Dios ayuda al rico y el rico podrá tener su nombre en el libro de la vida. Pero el rico no acepta ser ayudado por el pobre, pues guarda cerrada su puerta. Este inicio de la parábola que describe la situación es un espejo fiel de lo que estaba ocurriendo no solo en el tiempo de Jesús sino también lo que acontece hoy en el mundo!. Reflexionemos cuales son las cosas que me hacen ciego y no permite que vea a mis hermanos. Hay todo tipo de riquezas y el problema no es la riqueza en sí, sino cuando esas riquezas crean comodidad y nos llevan solo a satisfacer nuestros necesidades, caprichos y placeres y terminamos siendo indiferentes ante aquellos quienes sufren.

Otra enseñanza que nos trae este pasaje es que Dios desde su misericordia nos ayuda a que nos santifiquemos y podamos practicar las obras de misericordia con nuestros hermanos necesitados.  El Señor así como nos pide y espera mucho de nosotros El mismo también nos ayuda hacer la tarea, nos da las herramientas. Por eso mientras el pobre está en la puerta, todavía hay salvación para los ricos.  Pero después de que el pobre muere, muere también el único instrumento de salvación para los ricos. Ahora, el pobre está en el seno de Abrahán. El seno de Abrahán es la fuente de vida, y este hombre que fue invisible para los de este mundo si es visto por lo ojos de Dios.

Otra enseñanza que nos trae el evangelio es la conversación de Abrahan y el hombre rico. Jesús con esta parábola nos abre una ventana sobre el otro lado de la vida, el lado de Dios. No se trata del cielo. Se trata del lado verdadero de la vida que sólo la fe abre y que el rico sin fe no percibe. Porque el hombre rico sin nombre no lo percibe ? porque permitió que las cosas del mundo nublaran su vista y no pudiera ver y reconocer a los invisibles que estaban cerca de El. Por eso para este hombre rico todo lo que tenia se le derrumba ante la realidad de la muerte.

Esto lo podemos confirmar cuando este hombre rico le suplica Abrahan mandar a Lázaro para que advierta a sus 5 hermanos. Ahora si este hombre se preocupa por los demás, el no quiere que sus hermanos lleguen al mismo lugar de tormento. El rico reconoce que esté equivocado, pues habla de arrepentimiento, cosa que durante la vida no sintió nunca. El quiere un milagro, ¡una resurrección! Pero este tipo de resurrección no existe. La única resurrección es la de Jesús. Jesús resucitado viene hasta nosotros en la persona del pobre, de los que no tienen derechos, de los sin tierra, de los hambrientos, de los sin techo, de los que no tienen salud. En su respuesta final, Abrahán es breve y contundente: "Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán aunque un muerto resucite." Fin de la conversación “.

Señor hoy me das la clave para alcanzar la paz en esta tierra y un lugar en la eternidad que es el cielo. Me recuerdas que tu vienes en la persona del pobre, del sufriente, del que está sentado a la puerta de mi corazón.  Dame la gracia de poderlos reconocer porque por estar viviendo para mí mismo y preocupado, ocupado o por los afanes de la vida los demás se vuelven invisibles. Gracias por tu amor porque a través de ellos me ofreces tu misericordia para alcanzar la santidad y la salvación para la vida eterna, Amen, Amen, Amen.

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!  

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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