miércoles, 21 de agosto de 2019

La pereza camina tan despacio que muy pronto la alcanzan los demás vicios. Palabras de San Agustin


Jueces 9,6-15
En aquellos días, los de Siquén y todos los de El Terraplén se reunieron para proclamar rey a Abimelec, junto a la encina de Siquén. En cuanto se enteró Yotán, fue y, en pie sobre la cumbre del monte Garizín, les gritó a voz en cuello: "¡Oídme, vecinos de Siquén, así Dios os escuche! Una vez fueron los árboles a elegirse rey, y dijeron al olivo: "Sé nuestro rey." Pero dijo el olivo: "¿Y voy a dejar mi aceite, con el que engordan dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?" Entonces dijeron a la higuera: "Ven a ser nuestro rey." Pero dijo la higuera: "¿Y voy a dejar mi dulce fruto sabroso, para ir a mecerme sobre los árboles?" Entonces dijeron a la vid: "Ven a ser nuestro rey." Pero dijo la vid: "¿Y voy a dejar mi mosto, que alegra a dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?" Entonces dijeron a la zarza: "Ven a ser nuestro rey." Y les dijo la zarza: "Si de veras queréis ungirme rey vuestro, venid a cobijaros bajo mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano.""
Palabra de Dios


Hoy la primera lectura nos muestra cómo el ser humano trata de alguna manera hacer reinar sus ideas y sus deseos a toda costa. Recordemos que el pueblo de Israel, un pueblo bendecido y amado es también un pueblo desagradecido y rebelde. Entonces para qué ser rey en un pueblo así?

Esta lectura es un poco difícil de comprender porque nos presenta con diferentes personajes en este caso los árboles, caricaturizan las mentiras que nos decimos para hacer deseable el poder. Por ejemplo el olivo representa el engaño de quien deja el espacio en donde es útil para ser presuntuosamente inútil. La higuera hace el papel de quien deja de ser grato para cargarse con la antipatía del que se levanta sobre todos. La vid representa el que pierde el sentido de la gratuidad y la alegría por embriagarse en la codicia de dominar a otros. Por otro lado, está la zarza. Carece de la utilidad del olivo, la dulzura de la higuera y la alegría de la vid. No es realmente provechosa ni amable, y lo que ofrece, su sombra, es más una burla que otra cosa. Sólo una cosa tiene clara esta zarza: su orgullo. Si es que están tratando de burlarse, ya tiene preparado su fuego para acabar hasta con los cedros del Líbano. Un mensaje que debiéramos escuchar todos.

Ahora bien preguntémonos cada uno de nosotros qué árbol del bosque somos? Quizás pretendemos engañar al mundo pretendiendo ser muy “ buenos”.

Será que somos el olivo que pretendemos ser los útiles y pensamos que ningún proyecto puede ser logrado sin que estemos nosotros?, será que somos de aquellos que ponemos el obstáculo y buscamos a toda costa el error para juzgar y criticar el buen trabajo de otros solo por los celos al saber que no cuentan con nuestra opinión? 
O tal vez seremos como la higuera que terminamos siendo antipáticos por nuestra forma de ser, de hablar y de actuar? Nos creemos que somos las biblias, que nos sabemos todo y miramos a los demás por debajo? O quizás por los celos y la envidia nos vamos aislando de los demás volviéndonos antipáticos y falsos?
O más bien seremos la vid quien ha perdido el sentido de gratuidad y la alegría por estar codiciando el poder para dominar a otros? 
O posiblemente seremos como la zarza que carece de la utilidad del olivo, la dulzura de la higuera y la alegría de la vid. La zarza tiene una cosa clara: su orgullo.

Pidámosle al buen Dios que nos ayude abrir los ojos para ver qué es lo que está creciendo en nuestro corazón, y si es algo que va en contra del evangelio que lo arranque para que cada vez nuestra alma se purifique y deje brillar Su rostro en cada cosa que hagamos. 

Salmo 20 " Señor, el rey se alegra por tu fuerza. "

Mateo 20,1-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña."
Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos
Palabra de Dios


Hoy el evangelio nos habla del peligro de la ociosidad o también llamada pereza, unos de los pecados capitales. Hemos escuchado dichos como “ La pereza es la madre de todos los vicios “, o las palabras de San Agustín “ La ociosidad o la pereza camina tan despacio que muy pronto la alcanzan los demás vicios”.

Es triste ver cómo las personas piensan que el trabajo es un castigo, y algunos dicen irónicamente “ como sera de maluco el trabajo que por eso a uno le pagan”. El trabajo vidifica, no importa lo que haces, cual es tu responsabilidad en tu trabajo, cuál es el cargo que ocupas dentro de una empresa, como dijo el Santo Papa Juan Pablo II  que el trabajo es un camino de santificación porque “ lo que importa es en lo que te conviertes “. Así como el trabajador cambia el mundo hacia afuera, por ejemplo un abogado, un arquitecto, un médico, un constructor, un ingeniero, no solo importa lo que tu haces afuera sino lo que sucede dentro de ti.

Algunos podemos decir que conocimos a alguien cuando apenas estaba comenzando hacer sus pinitos o cuando no tenía plata, al pasar los años se enorgulleció su corazón por el poder o por el dinero. Esta persona hizo mucho para lograr lo que tiene ahora, me imagino que sacrificó muchas cosas, tiempo, tuvo que prepararse, pero poco a poco que iba alcanzando sus logros su corazón se hinchaba de orgullo. Por eso importa no solo lo que haces afuera sino lo que también sucede dentro de ti.  

Hoy el evangelio no invita  estar preocupados en trabajar en la viña del Señor. 

Pregúntate… Cómo estás gastando tu vida? cómo estás gastando tu tiempo?
Si Dios te llama a trabajar en su viña hazlo con generosidad y no pienses que por servirle a El, entonces El te debe algo, como lo dice en la lectura “ vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”. Seamos agradecidos con el Señor porque nos llama para que trabajemos en su viña. Recordemos las palabras de San Juan Pablo II “ el trabajo es una bendición porque es un camino de santificación”. Recuerda que Dios empezó a bendecirte desde el momento en que te llamó a la existencia y aumentó esa bendición desde el momento en que te llamó para ser colaborador de su viña..

Señor Jesús ayúdame a abrir los ojos para ver qué es lo que está creciendo en mi corazón, purifica mi alma con la fuerza de Tu Palabra y con Tu Espíritu Santo. No permitas tampoco que la pereza haga parte de mi, porque fácilmente caeré en otros más vicios. Dame la gracia de la humildad como los santos que al ser colaboradores de tu viña trabajaron con generosidad buscando siempre Tu Gloria porque no importa lo que haces sino en que te conviertes, Amen.

Dios te bendiga.

Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!!!

Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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