viernes, 16 de febrero de 2024

El Señor nos toca la debilidad para que mi corazón vuelva al primer amor....

 


El Señor nos toca la debilidad para que mi corazón vuelva al primer amor....

Lectura del libro de lsaías 58, 1-9a
" Este es el ayuno que yo quiero: soltar las cadenas injustas, desatar las corras del yugo, liberar a los oprimidos, quebrar todos los yugos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, cubrir a quien ves desnudo y no desentenderte de los tuyos. "

Salmo 50, 3-4. 5-6ab. 18-19 R/.
" Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias "

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 14-15
En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?». Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».
Palabra del Senor

En este primer viernes de cuaresma, Tú Señor me invitas al ayuno, un ayuno más del corazón que del cuerpo. Tu mismo me dices que es lo que esperas de mi, dar a conocer la Buena Noticia que eres Tu para que aquellos quienes viven en esclavitud puedan experimentar y disfrutar la libertad que Tu solo ofreces. Al llenarnos de Ti Señor viviremos en fraternidad y practicaremos la solidaridad con quien lo necesita. De la misma manera como tú nos cuidas y te preocupas por cada uno de nosotros, tú también esperas que nosotros lo hagamos, porque todos hacemos parte de una familia, tenemos un Padre común que es el Señor. Si abrimos la vida para que tu Señor actúes en mi corazón y si vivimos en profundidad y de manera consciente este tiempo de cuaresma que el paso del Señor, habrá una verdadera  transformación dando frutos de justicia, fraternidad y de paz que son siempre frutos del Espíritu de Dios.

Deseo vivir una fe auténtica, donde mi confianza esté solo en Ti Señor, que mis seguridades y alegrías broten por causa de la unión contigo. Que las renuncias y el desapego sea la mejor señal de amor, porque cada renuncia es darle vida al otro. Cada vez que una parte de mi muere como el orgullo, la soberbia, el enojo, la autosuficiencia, tu mismo me llenas de tu amor para que mi alma se una a ti y con tu presencia disipes mi tristeza, desesperanza, mis miedos y sea un motivo de alegría, compartir fraterno; de celebración.

Toca mi debilidad Señor para que al ser vulnerable mi corazón vuelva al primer amor y yo pueda escucharte y atender con prontitud lo que tu me pides.  Dame la gracia de que reconozca que mis actitudes empañan la obra que quieres hacer en mi y a través de mi. No permitas que me sienta mejor que los demás, sino al contrario para salir de mi autosuficiencia,  cultivar el agradecimiento porque en medio de mi fragilidad tú Señor me regalas tanta ternura y nos das la voluntad para abrirnos al compartir, con otros y otras, aquello que gratis hemos recibido. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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