Permanecer en hacer el bien en todo momento, esto es practicar el derecho y la justicia nos asegura vivir en y con Cristo.

 

Permanecer en hacer el bien en todo momento, esto es practicar el derecho y la justicia nos asegura vivir en y con Cristo.

Libro de Ezequiel 18, 21-28
" Si el malvado se arrepiente de todos los pecados cometidos y observa todos mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirás..."

Salmo 129, 1b-2. 3-4. 5-7ab. 7cd-8 R/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 20-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil” tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehena” del fuego. Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

Palabra del Señor

Señor tú eres un Dios justo y misericordioso, por eso toda mi rebeldía tiene consecuencias y tu misericordia me alcanza porque abres mi entendimiento y la conciencia para que me de cuenta de los errores que cometo. No permitas que abuse de tu amor y misericordia,  más bien que aproveche el tiempo de gracia que Tú me ofreces para vivir conforme a tu santa voluntad. 

Hoy me haces un llamado fuerte a la responsabilidad personal ante la Gracia que tú nos ofreces, acoger la Gracia, el amor tuyo o rechazarlo. Solo necesitamos tu Gracia porque ella nos sostiene nuestra fragilidad. Alimenta el deseo de vivir con actitudes más justas, fraternas, más coherentes con nuestra propia fe. Tu eres el Dios vivo que da la vida y que vence la muerte, soy yo quien decido si escojo la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Muchas bendiciones he perdido en mi vida al vivir a espaldas a ti, porque me dejo seducir del mal, el mal del orgullo, la autosuficiencia, la vanidad y la codicia. Ayudame Señor a ser fiel a la Gracia que me ofreces cada día. 

El amor que tu me ofreces, es el amor que debo de darle a mis hermanos. Un amor marcado por el amor fraterno, el perdón y la reconciliación. Que en este tiempo de cuaresma entremos en esa corriente de Gracia para que nos configuremos como tú, con tus sentimientos y actitudes, haciéndonos cada vez más semejantes a ti para que la reconciliación y la fraternidad sean una realidad en nuestra vida, porque no puedo llamar Padre a Dios si rechazo en mi corazón a mi hermano. 

Gracias Señor por la luz que nos das a través de tu Palabra para hacernos conscientes de nuestros fallos y limitaciones sabiendo que contamos contigo para seguir creciendo en el camino de la fe y la fraternidad. Amen.

Dios te bendiga,

¡Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!

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† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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