miércoles, 29 de mayo de 2019

El Espíritu Santo de Dios es un regalo que fue pagado con la sangre de Cristo.


Hechos 17, 15.22-18,1
En aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se volvieron con encargo de que Silas y Timoteo se reuniesen con Pablo cuanto antes.
Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo: "Atenienses, veo que sois casi nimios en lo que toca a religión. Porque, paseándome por ahí y fijándome en vuestros monumentos sagrados, me encontré un altar con esta inscripción: "Al Dios desconocido." Pues eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo. El Dios que hizo el mundo y lo que contiene, él es Señor de cielo y tierra y no habita en templos construidos por hombres, ni lo sirven manos humanas; como si necesitara de alguien, él que a todos da la vida y el aliento, y todo. De un solo hombre sacó todo el género humano para que habitara la tierra entera, determinando las épocas de su historia y las fronteras de sus territorios. Quería que lo buscasen a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos; así lo dicen incluso algunos de vuestros poetas: "Somos estirpe suya." Por tanto, si somos estirpe de Dios, no podemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre. Dios pasa por alto aquellos tiempos de ignorancia, pero ahora manda a todos los hombres en todas partes que se conviertan. Porque tiene señalado un día en que juzgará el universo con justicia, por medio del hombre designado por él; y ha dado a todos la prueba de esto, resucitándolo de entre los muertos."
Al oír "resurrección de muertos", unos lo tomaban a broma, otros dijeron: "De esto te oiremos hablar en otra ocasión." Pablo se marchó del grupo. Algunos se le juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más. Después de esto, dejó Atenas y se fue a Corinto.
Palabra de Dios


Hoy la primera lectura nos habla del dolor que siente Pablo ante el espectáculo deprimente de la multitud de ídolos de las calles de Atenas. Es una imagen triste, porque retrata esa otra tristeza, la del corazón que finalmente no encuentra sosiego a su ansiedad ni agua de vida para su sed. El que saca a Dios en su vida termina adorando lo que sea.
Dice San Agustín, el vacío del hombre solo se llenará con Dios. Nosotros hemos sido creados para el infinito porque salimos de un Dios que es infinito. Por eso las palabras de San Agustín tienen toda la razon, porque solo quedaremos saciados completamente cuando volvamos a donde salimos, Dios.  
Es triste uno ver cómo el ser humano se arrastra delante con los dioses muertos de este mundo. He visto como personas que cada vez se van hundiendo en los antivalores del mundo, de dejan absorber de tal manera que pierden su rumbo. Luego algunos de ellos cuando llegan a la ancianidad reconocen como desgastaron su vida y sus dones en cosas tan efímeras que solo les dejo vacio de amor y soledad, lleno de mentiras y sediento de la verdad que anhela y teme a la vez.

Así como Pablo se compadeció y empezó a predicar, qué nos corresponde a nosotros, cuál es nuestro deber?

Salmo 148 " Llenos están el cielo y la tierra de tu Gloria"

Juan 16,12-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que toma de lo mío y os lo anunciará."
Palabra de Dios


Hoy el evangelio Jesús nos afirma que no podemos cargar con todo lo que Él nos dice y es por eso que nos promete que nos enviará su Espíritu Santo quien nos guiará hacia la verdad.

Recuerdo las palabras de mi director espiritual Rodrigo que decía “ A Jesús hay que conocerlo, amarlo y seguirlo “. A Jesus lo conocieron sus discípulos y los que vivieron en tiempo de Jesús de manera personal mirándolo, vivieron con Él, escucharon su voz, algunos hasta lo tocaron. A Dios se conoce por medio de su Hijo Jesucristo, pero entonces cómo se puede conocer al Espiritu Santo?

Al Espíritu Santo se conoce por las obras que Él hace. El mismo Jesús nos lo dice “ os guiará hasta la verdad plena, os comunicará lo que está por venir y Él me glorificará”.
El Espíritu Santo es un regalo que fue pagado por la sangre de Cristo. Pero cómo uno puede valorar un regalo de estos sino se lo cuentan? Jesus nos mostro con su propia vida la acción del Espíritu Santo y Jesús lo  que nos quiere enseñar es que valoremos este regalo, por eso nos dice que es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo nos encaminara a la verdad plena, nos dará a conocer lo que está por venir y nos va ayudara a glorificar  a Jesús.

Primero miremos que significa que el Espíritu Santos nos guiará hasta la verdad plena. Voy a dar un ejemplo para que les quede más fácil de entender, el sacerdote dice “ Jesús está vivo “. Si lo escuchamos y hasta lo podemos repetir con nuestros labios. Pero cuando estamos en una dificultad necesitamos que el susurro de Dios nos recuerde lo que escuchamos del Padre “ Jesús está vivo “. El susurro de Dios nos recuerda esta verdad y nos convence que es verdad. Otro ejemplo es la confesión. Todos sabemos que necesitamos de la confesión para ser liberados del pecado.  El Espíritu Santo nos ayuda a que tengamos voluntad para acercarnos al padre y confesar nuestros pecados como también por convicción reconocer que hemos sido perdonados por Cristo.

Que significa que el Espíritu Santo nos da a conocer lo que está por venir. Como vivimos momentos de mucha incertidumbre a veces no sabemos si vale la pena esforzarse. Muchos jóvenes se preguntan...vale la pena estudiar? para qué, vale la pena de ser honrado? para qué, vale la pena casarse? para qué, vale la pena de seguir a Cristo? para que.  El que tiene el Espíritu Santo no trabaja a media máquina, acomplejado, pesimista, melancólico, dudoso. El Espíritu Santo ayuda a vencer esa nube de incertidumbre confirmándonos que si vale la pena amar, servir, buscar la verdad y practicar la caridad.
El que tenga el Espíritu Santo adentro no es que pueda adivinar todo el futuro pero recibe la luz necesaria para caminar con gozo, para caminar con empuje, y para comunicar a otros fuerza, ánimo y vida.  

El Espíritu Santo nos lleva a glorificar a Jesús. Esto es estar fascinado por Jesús, tener pasion por Jesus. Un corazón que está fascinado por Jesús es un corazón que no se deja engañar.  Glorificar a Jesús es liberar el alma. Porque el demonio para conseguir que nosotros pequemos siempre nos tiene que ofrecer algo. Un Corazón que está enamorado de Jesus es difícil que el mal lo pueda engañar porque un corazón enamorado de Jesus quiere hacer el bien en todo momento. Por ejemplo un hombre que está casado y se siente aburrido en su matrimonio, maltratado, incomprendido. Si este hombre se encuentra la sonrisa amable de una dama y encuentra una conversación agradable y un cariñito aquí y allá, fácilmente este hombre está tentado de caer en adulterio.
Si por el contrario hay un hombre que se siente feliz con su esposa y esta seguro de haber encontrado la mujer de su vida, su alegría y su mejor compañía.  Si este hombre se encuentra con esa misma mujer amable y una conversación agradable y un cariñito aquí y allá  ya no se deja convencer tan fácil porque se siente feliz con lo que tiene y no se deja seducir con lo que le ofrecen. El que está feliz con lo que tiene no está en venta. El Espíritu Santo hace algo así en nosotros. Hace que nos sintamos felices alabando a Jesús, bendiciendo a Jesús, conociendo a Jesús, amando a Jesús. Al nosotros estar felices con Jesús los pecados son fáciles de vencer y las tentaciones no tienen casi poder.

El Espíritu Santo nos ayuda a enamorarnos de Cristo, fascinarnos de Cristo, estar encantado de Cristo. La palabra encantado viene de Canto, estar encantado es estar metido en el canto de otro, en la música de otro. La Música de Jesús es el Espíritu, el Espíritu nos mete en la música de Jesús y aunque venga el demonio con sus ladridos y sus seducciones y le damos una patadita y se larga porque nosotros somos de Dios. 

Mi amado Jesús, qué gran regalo que nos has dado como es dejarnos Tu Espíritu que viva en nosotros. Este regalo tu nos lo diste con tu propia sangre. Danos la gracia de valorar este hermoso regalo tan precioso porque este regalo es el que tiene el poder de transformar nuestra vida. Tu Espíritu Santo es quien nos lleva a la verdad plena porque es el susurro de Dios que nos recuerda la verdad Divina. Es también el que nos da a conocer lo que está por venir confirmándonos que si vale la pena amar, servir, buscar la verdad y practicar la caridad. Por último es quien nos lleva a glorificar al Padre que está en los cielos al estar fascinado por ti. Que grande es tu amor por mi y que pequeño soy ante ti, Amen.  

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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