Colosenses 1,1-8
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a los santos que viven en Colosas, hermanos fieles a Cristo. Os deseamos la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre.
En nuestras oraciones damos siempre gracias por vosotros a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, desde que nos enteramos de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis a todos los santos. Os anima a esto la esperanza de lo que Dios os tiene reservado en los cielos, que ya conocisteis cuando llegó hasta vosotros por primera vez el Evangelio, la palabra, el mensaje de la verdad. Éste se sigue propagando y dando fruto en el mundo entero, como ha ocurrido entre vosotros desde el día en que lo escuchasteis y comprendisteis de verdad la gracia de Dios. Fue Epafras quien os lo enseñó, nuestro querido compañero de servicio, fiel ministro de Cristo para con vosotros, el cual nos ha informado de vuestro amor en el Espíritu.
Palabra de Dios
Hoy la primera lectura nos habla acerca de las semillas teologales que Dios nos ha dado a cada uno. Estas semillas teologales es la fe, la esperanza y el amor. Semillas que recibimos en el momento del bautismo. Donde hay, Fe, hay esperanza y donde hay amor esta Dios. Por eso estas tres virtudes hacen posible la transformación de una persona.
Cuando preparo a los niñ@s en la primera comunión y confirmación les hago esta comparación. Cuando estamos de cumpleaños y nos dan un regalo lo que nosotros hacemos es destaparlo verdad? De la misma manera cuando Dios nos da estos regalos debemos de destaparlo, esto quiere decir conocer de qué es el regalo, para que nos sirve, como lo podemos utilizar y porqué es tan importante el regalo.
La Fe es un regalo que solo viene de Dios, la Fe es saber que nosotros no llegamos a esta tierra por azar, que sí tuvimos unos padres que quizás nos amaron mucho o tristemente no, tenemos un Padre del cielo que sí nos estaba esperando con amor. Para Papa Dios no hay distancias, El siempre escucha y responde a nuestras oraciones y está feliz cuando nosotros lo estamos, también llora con nosotros porque Él siente todo lo que nos sucede. Para dar estas afirmaciones es porque has buscado la verdad, la verdad de quién es Dios, y porque el Hijo de Dios. Santo Tomás nos dice que la fe es perfección de la inteligencia. La inteligencia no es un pensamiento o idea brillante, la inteligencia que Dios nos da es para que busquemos la verdad. Al buscar la verdad nos sucederá como por ejemplo San Agustín que inquieto en buscar la verdad encontró al mismo Dios. En otras palabras la Fe que quiere entender. Dios nos da la fe y nos dice que si estamos escasos de fe, entonces que se lo pidamos y El nos la dará en abundancia.
La esperanza es poner en movimiento la fe. La esperanza me pone en camino a una comprensión más perfecta de la verdad. La esperanza es la confianza completa en Dios a pesar de todas las dificultades que se nos presenta, es estar firmes que El nos ama y que siempre es nuestro amigo y que está luchando hombro a hombro contra nuestros enemigos. La esperanza es locura a los ojos de este mundo, como para algunos la fe es algo caprichoso. A veces la realidad nos muestra que no vale la pena luchar para ser buenos, honestos, que por más que queramos cambiar el mundo es algo imposible. Por eso algunas religiones se han apartado de Dios porque creen en la reencarnación. Ellos afirman “ Si no fui bueno en este mundo no me preocupo porque en la otra vida puedo ser mejor y cada vez me reencarnaré en otras vidas hasta que logre la perfección del alma”. La esperanza de los católicos es que solo tenemos una vida que es esta y dependiendo como la aprovechemos será los peldaños para llegar a la vida eterna con Cristo. Nuestra vida no termina aquí, continúa en la eternidad con o sin Cristo.
Por último dar amor es muy fácil para aquellos quienes nos aman, pero que difícil es dar amor a aquellos que no se lo merecen. Cuando se tiene un profundo conocimiento y experiencia de Dios nos damos cuenta que nuestro corazón no puede dejar de amar porque está llamado a amar. Somos seres que necesitamos del amor, porque salimos del creador que es amor.
Salmo 51 " Confío en tu misericordia, Señor, por siempre jamás"
Lucas 4,38-44
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en seguida, se puso a servirles.
Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: "Tú eres el Hijo de Dios." Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese. Pero él les dijo: "También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado." Y predicaba en las sinagogas de Judea.
Palabra de Dios
El evangelio hay cuatro momentos. El primer momento vemos a Jesús como amigo y lucha contra nuestros enemigos. Jesús sana a la suegra de Simón no solo porque se lo piden sino también porque es amigo de Simon. Su amor lo impulsa hacer la sanción. Para nosotros por ejemplo nuestra práctica vivencial es orar por aquellos que conocemos y no conocemos, no necesitas saber cuales son las dolencias del otro para orar por el. Levanta una oración de intercesión por tus familiares, amigos, por aquellos que no conoces y también ora por tus malhechores. Dice la lectura Ella estaba con fiebre alta. En este caso el enemigo de ella era el quebranto de la salud y Jesús desde su misericordia la sana. No olvides que una de las obras de misericordia que Jesús nos invita es visitar a los enfermos.
El segundo momento es cuando Jesús pone las manos a cada uno de los enfermos y los iba curando. Jesús podía sanar solo pronunciando la Palabra de Dios, pero Jesús no lo hizo porque sabe que cada corazón necesita sentirse amado y sanado. Por eso lo hace de uno en uno. Quiere que el enfermo sienta su cercanía, su apoyo, su soporte, su amor, que son uno solo. No seamos a veces tan individualistas, ya sea por egoísmo o por el afán, no le damos tiempo de calidad a nuestros seres queridos. Ellos también necesitan ser escuchados, necesitan sentirse amados y sentir nuestro abrazo.
El tercer momento es los demonios. La lectura nos dice que “De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: "Tú eres el Hijo de Dios." Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías”. Recordemos que Lucas era médico, él sabía muy bien si los padecimientos era de enfermedad física o si la persona estaba poseída. La Biblia deja claro que así como Jesús sano de enfermedades físicas también Jesús liberó de personas que tenían demonios. Quizás en algunos casos la persona padecia de los dos, enfermedades físicas y estaba poseída. Es bueno aclarar esto porque algunos escépticos dicen que la Biblia se refiere a los endemoniados de aquellas personas que tenía ataques de epilepsia lo cual es falso. Jesús es el médico de cuerpo y médico del alma y se acerca a cada uno de nosotros con la única intención de sanarnos del alma y del cuerpo. Jesús es nuestro amigo.
El cuarto momento es cuando Jesús se va hacia otros pueblos a anunciarles el reino de Dios. Jesús le da sentido a su amor y a su amistad en cada cosa que hace con y por los necesitados. Jesús nos invita a no ser egoístas, a compartir todo lo que hemos recibido de Él. Compartir la fe, la esperanza y el amor a donde vayamos. Ir detrás de Cristo llegamos al Padre y al encontrarlo no nos podemos detener sino hay que salir a consolar, sanar, liberar y enseñar a tantos corazones necesitados de Dios.
Padre celestial gracias por tanto amor que me has dado sin merecerlo y por la paciencia que aun me tienes. Eres mi amigo que lucha contra mis enemigos, porque las batallas solo se vencen si estoy contigo. Te acercas a mi para que yo me sienta amad@ como también para sanarme de las enfermedades el alma y del cuerpo que me aquejan. Ayúdame a ser humilde para dejarte acercar porque lo que tu mas quieres es verme sano y libre. Tu me has dado las tres semillas desde mi bautismo, la fe, la esperanza y el amor, huellas que han quedado grabadas en mi alma . Poco a poco Tu vas construyendo y floreciendo en mi estos tres dones, porque no te cansas en hacerlo por el amor que me tienes. GRacias Padre Bueno por tu amor y por tu misericordia conmigo, Amen.
Dios te bendiga,
Alabado sea Jesucristo por siempre sea alabado!!!
† Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
Sandra Yudy Zapata Escudero
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