lunes, 29 de julio de 2019

Cuando parece que Dios nos ha fallado... es ahí cuando la fe alcanza su verdadera estatura!



1 Juan 4, 7-16
Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación para nuestros pecados. Queridos hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.
Palabra de Dios


Salmo 33 " Bendigo al Señor en todo momento "

Juan 11,19-27
En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá." Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará." Marta respondió: "Sé que resucitará en la resurrección del último día." Jesús le dice: "Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?" Ella le contestó: "Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo."
Palabra de Dios


Hoy las lecturas nos llevan a reflexionar a cada uno de nosotros cómo está nuestra fe y como es el amor hacia Dios.

Recordemos en Romanos 8:35 “ ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? “. Muchas veces nuestra fe es confrontada por situaciones que nos incomodan, que nos hacen salir de casillas, que hasta nos producen un profundo dolor, esto lo podemos ver claramente con el evangelio de hoy con la actitud de Marta.

Hace dos domingos atrás el evangelio nos mostraba una Marta que estaba muy ocupada en los quehaceres de la casa y estaba descuidando lo más importante.Quizás esa situación a muchos de nosotros nos puede pasar, tenemos altibajos en la relación con Dios, unas veces estamos más atentos, más dispuestos , más abiertos, con ganas de orar y otras veces no tenemos los mismos ánimos. En ese pasaje vemos como Jesús regaña de una manera amorosa a Marta y con el pasaje de hoy, la misma Marta nos da una gran lección para nuestra vida. 
Primero reconozcamos en la lectura la cercanía y el amor que tiene Jesús por esta familia de Betania. Esta familia está compuesta, hasta donde sabemos, por tres hermanos: Marta, María y Lázaro. Uno de los aspectos más bellos de esa familia está en Jn 11,5: "Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro". Es muy grato pensar en ese afecto cálido, cercano y puro con que Nuestro Señor regaló a estos hermanos, porque nos hace sentir de una manera casi tangible el amor humano del Hijo de Dios.
Lo segundo vemos como Marta expresa su dolor al decir "Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano….". Marta le hace un reclamo a Jesús pero a la vez profesa su fe desde su dolor “  Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá." . Marta no se queda en la página de la tristeza, de la desilucion, no le hace un monumento al dolor. Marta es capaz de mirar más allá desde su dolor y encuentra una esperanza. La fe de Marta es sometida al crisol. Su Fe es robusta a pesar de que Jesús la haya decepcionado pero ella está cargada de confianza en el Señor, confianza que solo la puede dar el Dios de la vida.

Es triste saber que algunos se alejan del Señor porque sienten que Jesús los decepciono. Padres que ven a sus hijos enfermos de cáncer, hijos que ven cómo sus padres poco a poco se van distanciando,  sacerdotes que desertan en su ministerio sacerdotal o que se ven envueltos en abusos sexuales, padres que ven cómo sus hijos se pierden en la droga y en el alcohol. Hoy Marta nos enseña que hay que esperar contra toda esperanza  porque Jesús no defrauda, Jesús no decepciona. Retomando todo el párrafo "Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora estoy segura de que Dios te concederá cuanto le pidas". Así habla Martha. Está segura del poder de Jesús, y esa certeza no queda destruida ni siquiera por el hecho aparentemente irreversible de la muerte. Ante la respuesta de Jesús "Tu hermano resucitará." a renglón seguido dice Marta "Sé que mi hermano resucitará en la resurrección del último día". Aquí la fe se funde en esperanza. En efecto, quién conoce cuánto puede Dios, conoce qué puede esperar de él.

Por último Jesús le dice: "Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?". Jesús una vez más la confronta con su Fe y ella desde su realidad, desde su dolor le contesta "Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.".

Pidámosle al Señor que nos ayude a ser como Marta, mujer creyente, ejemplo vivo de confianza en el Señor, que a través de su intersección inspire nuestras almas para reconocer que todos los afanes de la vida no valen tanto como escuchar las enseñanzas que vienen del Cielo y aprender a conseguir la eterna salvación. También danos la gracia Señor de crecer en el don de la Fe, porque la fe al pasar por el crisol del fuego es ahí cuando la fe alcanza su verdadera estatura y es que la robustez de la fe solo se levanta por encima del dolor y la decepción. Amen.

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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