domingo, 28 de julio de 2019

Lectio Divina

EN TODA ESTA LUCHA ME SIENTO REBOSANDO DE ALEGRÍA
Nuevamente vuelve Pablo a hablar de la caridad, para atemperar la aspereza de su
reprensión. Pues, después que los ha reprendido y les ha echado en cara que no lo aman
coma él los ama, sino que, separándose de su amor, se han juntado a otros hombres
perniciosos, por segunda vez, suaviza la dureza de su reprensión, diciendo: Dadnos amplio
lugar en vuestro corazón, esto es: "Amadnos". El favor que pide no es en manera alguna
gravoso, y es un favor de más provecho para el que lo da que para el que lo recibe. Y no
dice: "Amadnos", sino: Dadnos amplio lugar en vuestro corazón, expresión que incluye un
matiz de compasión.
"¿Quién -dice-nos ha echado fuera de vuestra mente? ¿Quién nos ha arrojado de ella?
¿Cuál es la causa de que nos sintamos al estrecho entre vosotros?". Antes había dicho:
Vosotros estáis encogidos por dentro, y ahora aclara el sentido de esta expresión,
diciendo: Dadnos amplio lugar en vuestro corazón, añadiendo este nuevo motivo para
atraérselos. Nada hay, en efecto, que mueva tanto a amar como el pensamiento, por parte
de la persona amada, de que aquel que la ama desea en gran manera verse
correspondido.
Ya os tengo dicho -añade-que os llevo tan en el corazón, que estamos unidos para vida
y para muerte. Muy grande es la fuerza de este amor, pues que, a pesar de sus
desprecios, desea morir y vivir con ellos. "Porque os llevamos en el corazón, mas no de
cualquier modo, sino del modo dicho". Porque puede darse el caso de uno que ame pero
rehúya el peligro; no es éste nuestro caso.

Me siento lleno de ánimos. ¿De qué ánimos? "De los que vosotros me proporcionáis:
porque os habéis enmendado y me habéis consolado así con vuestras obras." Esto es
propio del que ama, reprochar la falta de correspondencia a su amor, pero con el temor de
excederse en sus reproches y causar tristeza. Por esto, dice: Me siento lleno de ánimos y
rebosando de alegría.
Es como si dijera: "Me habéis proporcionado una gran tristeza, pero me habéis
proporcionado también una gran satisfacción y consuelo, ya que no sólo habéis quitado la
causa de mi tristeza, sino que además me habéis llenado de una alegría mayor aún".
Y, a continuación, explica cuán grande sea esta alegría, cuando, después que ha dicho:
Me siento rebosando de alegría, añade también: En toda esta lucha. "Tan grande -dice-es
el placer que me habéis dado, que ni estas tan graves tribulaciones han podido
oscurecerlo, sino que su grandeza exuberante ha superado todos los pesares que nos
invadían y ha hecho que ni los sintiéramos."

Responsorio 2 Co 12, 12. 15

R. Manifesté entre vosotros las señales de un apóstol verdadero: * con una paciencia
probada en todos los sufrimientos, signos, prodigios y milagros.
V. Gustosamente gastaré lo que tengo y me consumiré yo mismo todo entero por el bien
de vuestras almas.
R. Con una paciencia probada en todos los sufrimientos, signos, prodigios y milagros.

Oremos:
Oh Dios, protector de los que en ti esperan, sin ti nada es fuerte ni santo; multiplica sobre
nosotros los signos de tu misericordia, para que, bajo tu guía providente, de tal modo nos
sirvamos de los bienes pasajeros, que podamos adherirnos a los eternos. Por Jesucristo
nuestro Señor.
Amén.

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