miércoles, 31 de julio de 2019

Los tesoros de Dios no están visibles a simple vista, por eso se necesita sabiduría de Dios para poderlos encontrar.



Éxodo 34,29-35
Cuando Moisés bajó del monte Sinaí con las dos tablas de la alianza en la mano, no sabía que tenía radiante la piel de la cara, de haber hablado con el Señor. Pero Aarón y todos los israelitas vieron a Moisés con la piel de la cara radiante, y no se atrevieron a acercarse a él. Cuando Moisés los llamó, se acercaron Aarón y los jefes de la comunidad, y Moisés les habló. Después se acercaron todos los israelitas, y Moisés les comunicó las órdenes que el Señor le había dado en el monte Sinaí. Y, cuando terminó de hablar con ellos, se echó un velo por la cara. Cuando entraba a la presencia del Señor para hablar con él, se quitaba el velo hasta la salida. Cuando salía, comunicaba a los israelitas lo que le había mandado. Los israelitas veían la piel de su cara radiante, y Moisés se volvía a echar el velo por la cara, hasta que volvía a hablar con Dios.
Palabra de Dios


Salmo 98 " Santo eres, Señor, Dios nuestro."
Mateo 13,44-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra."
Palabra de Dios


Hoy la iglesia celebra la memoria de San Ignacio de Loyola. Particularmente me fascina estudiar y leer acerca de la vida de los santos  porque ellos son los faros de luz para el mundo. Lo digo porque ellos y ellas fueron personas del común, algunos fueron llamados a la santidad desde muy niños como Jacinta y Francisco que eran hermanos y tenían 6 y 9 años de edad. Jóvenes es el caso de Santo Domingo Savio a sus 15 años de edad, otros en a edad adulta, algunos de ellos vivieron muchos desórdenes en su vida como es el caso de San Augustin que se convirtió a los 32 años de edad.

Hoy San Ignacio de Loyola nos trae 4 luces para la vida y para llevar a cabo la misión de Cristo en esta tierra.
La primera es que San Ignacio de Loyola comenzó a leer la historia de los Santos una vez que cayó de convalecencia después de llegar de una guerra, ya que el era militar. El fascinado con la vida de los santos llegó hacerse esta pregunta muy profunda “ Si yo hiciera eso… que pasaria? “. El se dio cuenta que la vida de los santos era largo y estrecho, que no era nada fácil. Así como los santos necesitaban tener audacia espiritual para ganar las batallas esta audacia tenía tres ingredientes, fortaleza espiritual, Inteligencia Espiritual y percepción de las circunstancias. Fortaleza Espiritual que da la oración, el ayuno y la caridad La inteligencia espiritual y la percepción de las circunstancias que la da el discernimiento.  

La segunda luz que este santo nos da es que hay que tomarse en serio ser cristiano. Su agradecimiento por ser de Cristo lo lleva a tomar en serio su ser cristiano. Por eso nos da su gran itinerario espiritual comúnmente conocidos como ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola.

La tercera luz que este santo nos trae es la virtud de la magnanimidad en otras palabras grandeza del alma. Hay que tener un corazón grande para Dios. Una explicación que es preciosa y la da este santo es “ La cruz tiene una línea vertical que significa la profundidad que debe tener el evangelio en nosotros y la línea horizontal nos recuerda que el evangelio está llamado a conquistar naciones “. Por eso la grandeza del alma es conquistar más corazones para Dios.

La cuarta luz que este santo nos trae es que el centro unificador es el amor, el amor a Cristo en la eucaristía, el amor por la misión de Cristo para conquistar más corazones para Él, el amor a Cristo para acoger a los hermanos. 

Señor qué grande es Tu Gloria y tu Poder. Desde tu sabiduría nos diste a este gran hombre, San Ignacio de Loyola para que por medio de su obra “ Ejercicios Espirituales”, nuestra alma alcance la perfección al reconocer al Cristo crucificado que está lleno de amor por nosotros  y alcanzando la perfección de nuestra alma darle la Gloria a Dios. Danos la gracia de tomar en serio el ser cristianos, ser unos bautizados agradecidos. Que nuestro corazón se llene de ti, que tus Palabras lleguen a la profundidad de mi corazón para que me exhorten y me corrijan. Ayudame a tener más sensibilidad al corazón y más amor a Cristo en la Eucaristía.Hoy nos acogemos a esta frase de San Ignacio de Loyola “ Enséñanos buen Señor, a servirte como mereces, a dar sin contar el costo, a luchar sin contar las heridas y a no buscar descanso, a laborar sin pedir recompensa excepto saber que hacemos tu voluntad”, porque “ Todo para la mayor gloria de Dios “. Amen, Amen, Amen.

DIos te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!

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Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...
     Sandra Yudy Zapata Escudero

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