lunes, 8 de julio de 2019

Vivir es como hacer una escultura; cada martillazo importa!



Génesis 28,10-22a
En aquellos días, Jacob salió de Berseba en dirección a Jarán. Casualmente llegó a un lugar y se quedó allí a pernoctar, porque ya se había puesto el sol. Cogió de allí mismo una piedra, se la colocó a guisa de almohada y se echó a dormir en aquel lugar.

Y tuvo un sueño: Una escalinata apoyada en la tierra con la cima tocaba el cielo. Ángeles de Dios subían y bajaban por ella. El Señor estaba en pie sobre ella y dijo: "Yo soy el Señor, el Dios de tu Padre Abrahán y el Dios de Isaac. La tierra sobre la que estás acostado, te la daré a ti y a tu descendencia. Tu descendencia se multiplicará como el polvo de la tierra, y ocuparás el oriente y el occidente, el norte y el sur; y todas las naciones del mundo se llamarán benditas por causa tuya y de tu descendencia. Yo estoy contigo; yo te guardaré dondequiera que vayas, y te volveré a esta tierra y no te abandonaré hasta que cumpla lo que he prometido."
Cuando Jacob despertó, dijo: "Realmente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía." Y, sobrecogido, añadió: "Qué terrible es este lugar; no es sino la casa de Dios y la puerta del cielo." Jacob se levantó de madrugada, tomó la piedra que le había servido de almohada, la levantó como estela y derramó aceite por encima. Y llamó a aquel lugar "Casa de Dios"; antes la ciudad se llamaba Luz. Jacob hizo un voto, diciendo: "Si Dios está conmigo y me guarda en el camino que estoy haciendo, si me da pan para comer y vestidos para cubrirme, si vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios, y esta piedra que he levantado como estela será una casa de Dios."Palabra de Dios
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: "¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida." Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por toda aquella comarca.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor
     Sandra Yudy Zapata Escudero


Hoy la primera lectura Jacobo tiene un gran descubrimiento y es que Dios estaba y que siempre estuvo y esto lo llenó de sorpresa. Si miramos nuestra vida también nosotros nos podemos dar cuenta de esta verdad. Cuántas veces Dios nos ha librado de algún peligro, cuando hemos estado en dificultades económicas de alguna manera nos ha llegado su providencia, las veces que Dios nos ha mostrado su misericordia, su amor, su paciencia, su bondad.  Dios está cerca de mí y de ti más de lo que te puedes imaginar. Su presencia está en la creación pero a veces por esta tan afanados ni siquiera tenemos tiempo de contemplar su hermosura. Dios está presente en la Eucaristía, en la comunidad creyente, en las sagradas escrituras, y en el hermano necesitado. No dejemos que la vida nos absorba con sus afanes y con sus deleites y nos impida ver las maravillas de la presencia de Dios en nuestra vida.

Por otra parte, también Jacob descubrió que el cielo no estaba tan lejos. También esto es útil a nosotros. La eternidad está cerca; lo decisivo, lo definitivo, lo último no es sólo "último" sino que está ahí, y es por eso tan importante las decisiones que tomamos. Como dice un Santo de la iglesia el Padre Pío “ Comencemos hoy hermanos hacer el bien, que hasta ahora no hemos hecho nada “. Vivir es como hacer una escultura; cada martillazo importa; cada día importa, y todos dejan su huella. El cielo no está lejos, porque la versión definitiva de lo que seremos la hacemos con lo que vamos siendo.

Mateo 9,18-26  
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo: "Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá." Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría. Jesús se volvió y, al verla, le dijo: "¡Ánimo, hija! Tu fe te ha curado." Y en aquel momento quedó curada la mujer.

Hoy el evangelio nos trae dos sanaciones, la de la niña y la de la mujer que sufría flujos de sangre. En ambas sanaciones vemos que hay una clave “ creer “, tener fe. Si retomamos la lectura en la primera sanación dice "Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá." , Aquí vemos un acto de Fe. En la segunda sanación dice la lectura una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce  años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría. Jesús se volvió y, al verla, le dijo: "¡Ánimo, hija! Tu fe te ha curado." Y en aquel momento quedó curada la mujer.

Uno puede leer una y otra vez esta lectura y decir “ Sí, claro esto fue posible era ellos, Jesús estaba presente con ellos “. Pero cómo creer nosotros, como alcanzar la fe que se necesita para ver milagros. A veces uno se puede cuestionar el porqué a veces se demora tanto Dios para responder a nuestras peticiones. Eso sí que es un misterio hermoso. Dios desde su sabiduría nos va educando y entrenando. Por ejemplo para alcanzar una fe sólida necesitamos entrenamiento y es por eso que Dios no nos concede de inmediato lo que tanto queremos porque necesitamos perseverar en la oración, aprender a discernir qué es lo mejor para nuestra alma, fortalecernos para que no seamos unos flojos y llegue el desánimo, El quiere que tengamos la convicción que siempre nos escucha y que Su Plan es mejor que el de nosotros porque El es Bueno, Agradable y Perfecto. 

Hoy el evangelio nos quiere enseñar las grandes maravillas de la fe. La fe no significa negar la realidad sino ver a través de la realidad densa, oscura y fría descubrir que esa oscuridad no tiene la última palabra. Ahora bien, revisemos cuales son esas realidades dolorosas que tenemos, que nos lastiman, quizás esos dolores o resentimientos que han tenido poder sobre nosotros. Siendo conscientes de nuestra realidad, de nuestra dura y triste realidad pidámosle al Señor que nos dé la gracia de ir más allá de esa realidad oscura y que no nos quedemos ahí. Pidámosle al Señor como lo hizo este hombre que venga a nuestra casa y que tenga autoridad sobre tu vida y tu familia para que El obre con poder. Cristo viene, Cristo sana y Cristo libera y Cristo obra con Poder, Amen. 

Dios te bendiga,

Alabado sea Jesucristo!!!

Tarea: Revisa cuáles son esas realidades oscuras y tristes de tu vida  y pídele al Señor con Fe que venga a tu casa y a tu familia y que obre con poder. 
-- 
 Que la paz y el Amor del Señor permanezca en tu corazón como en el mio...

Encuentranos en : www.catolicosregina.com
Siguenos en facebook  https://facebook.com/orandoyviviendo/ 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios.

  Déjate iluminar para que puedas iluminar a otros con la Luz de Dios. Primera lectura Comienzo de la segunda carta del apóstol san Pablo a ...